Este médico albaceteño lidera un importante estudio sobre el ictus en el Hospital Vall d´Hebron

Doctor Manuel Requena

El hospital Vall d’Hebron publicaba los resultados de un estudio que abre una nueva vía para los pacientes con ictus. Una investigación liderada por el doctor albaceteño, Manuel Requena, que aporta datos que demuestran que el traslado directo de los pacientes con ictus a la sala de angiografía sin pasar de forma previa por el circuito habitual permite reducir el tiempo de actuación, un aspecto básico para los pacientes que presentan esta patología.

Tal y como informaban desde el propio hospital el trabajo ha sido publicado en la revista JAMA Neurology y ha estado liderado por el miembro de la Unidad de Ictus del centro catalán y el investigador del grupo de Investigación en Ictus del Vall d’Hebron Institu de Recera (VHIR), el doctor Manuel Requena. Bajo el título de ANGIOCAT se trata del primer estudio clínico aleatorizado a nivel mundial que publica datos de estas características y evidencia la solvencia del modelo.

En concreto detallaban que la investigación ha sido realizada a partir de 466 pacientes con ictus agudo. Así para llevar a cabo este estudio los especialistas establecieron dos circuitos entre los pacientes: El primero de ellos era el habitual, haciendo un primer diagnóstico a partir de un TAC y posteriormente haciendo una angiografía. El segundo de los circuitos se realizaba sin la parada en el TAC gracias a la mejora de la calidad de imagen de los equipos para realizar angiografías.

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Foto: Vall d’Hebron

“A pesar de las limitaciones de esta maquinaria respecto a los aparatos de TAC, los datos muestran que con la reducción de pasos se da una reducción de los tempos”, subrayaba el estudio. De este modo, el grupo de pacientes al que se sometió al nuevo tratamiento tardó una media de 18 minutos de la puerta a la punción y menos de una hora de la puerta a la reperfusión. Por contraposición, el tratamiento habitual reportó “un total de 42 minutos de la puerta a la punción y 84 minutos de la puerta a la reperfusión”, exponían.

Además, gracias a este estudio se logró reducir la severidad de las discapacidades a pesar que que los aspectos relacionados con la seguridad para los pacientes eran similares entre los dos grupos de pacientes. Igualmente cabe destacar que la nueva metodología también reporta beneficios para el funcionamiento interno del centro hospitlario, ya que la eliminación de pasos supone una reducción del volumen de trabajo en el servicio de urgencias.

De forma paralela, el aumento del volumen de pacientes unido a la reducción del tiempo de actuación supone un importante esfuerzo por parte de los profesionales de enfermería e intervencionistas. En concreto, el doctor albaceteño Manuel Requena, explicaba que «este estudio supone la primera evidencia prospectiva que el traslado directo a la sala de arteriografía hace que se lleven a cabo más tratamientos y que estos sean más rápidos, mejorando el pronóstico de los pacientes con ictus”.

En nota de prensa recordaban que “los protocolos vigentes en Cataluña establecen que el servicio de emergencias debe comunicarse con el centro que recibirá al paciente indicando que presuntamente presenta un ictus agudo y las horas desde los primeros síntomas”. Un protocolo de actuación que permite la clasificación de cada uno de los pacientes trasladados, pero en el caso del estudio, una vez llegaban al centro hospitalario eran asignados al azar a uno de los dos grupos.

Remarcaban que el estudio liderado por el doctor Requena incluyó a 174 pacientes “con una media de edad de 73, 4 años admitidos entre septiembre de 2018 y noviembre de 2020”. Del mismo modo apuntaban que cerca del 45% de estos pacientes eran mujeres y más del 55% eran hombres. Durante este periodo de tiempo un total de 2.111 pacientes “fueron admitidos con un diagnósticos de ictus en Vall d’Hebron”, de los que 426 encajaron con los criterios del estudio.

Se estima que el ictus afecta a 1 de 4 adultos mayores de 25 años, un dato que sitúa a esta patología como la segunda causa de muerte a nivel global y una de las principales causas de discapacidad a largo plazo. Cabe recordar que la evolución de los pacientes con ictus está fuertemente ligada con el tiempo en el que tardan en recibir el tratamiento, en este sentido especificaban que “cada hora de retraso el cerebro envejece 3,6 años en comparación a un cerebro normal”.

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