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Un héroe que echó raíces en Albacete

Las historia de Emilio López-Galiacho es la de un héroe que salvó decenas de vidas en Annual

El pasado 21 de julio Albacete rendía homenaje a los 146 albaceteños que perdieron la vida en el Desastre de Annual. Un homenaje en el Cementerio de la capital albaceteña, junto al que se celebró en La Roda, que fue el único que se realizó a todas las víctimas de este conflicto bélico en todo el país.

Fue hace 100 años cuando el Ejército español sufrió una de las mayores derrotas de su historia, en menos de 20 días, perdieron la vida en la región marroquí del Rif entre 8.000 y 13.000 españoles, de los que hasta 146 eran albaceteños de más de 400 que tomaron parte en el conflicto. Transcurrido un siglo de esa guerra que el periodista Manu Leguineche calificó como “la peor guerra en el peor momento en el peor sitio del mundo (…)”.

Emilio López-Galiacho, teniente médico de la Compañía Mixta de Sanidad Militar estuvo destinado en el puesto de Annual en julio de 1921. Su nieto, el presidente de la Asociación de Amigos de los Teatros Históricos (Amithe), Javier López-Galiacho, relataba la historia de su abuelo a El Digital de Albacete.

“Mi abuelo y su hermano eran hijos de uno de los pioneros del cine español quien no quiso que se dedicaran al teatro ya que tenían vocación de médicos”, detallaba Javier López-Galiacho. De este modo tras obtener la plaza de médico en Madrid, Emilio “decidió enrolarse en Sanidad Militar y fue destinado a Melilla”. 

Durante su estancia en la ahora Ciudad Autónoma “estuvo destinado como director de algún hospital militar de Melilla, pero además fue nombrado el Jefe de Montaña de Sanidad Militar”, subrayaba, un cargo que suponía estar al frente de “todas las mulas que llevaban las camillas para los heridos”. Así, Emilio López-Galiacho fue enviado al puesto de Annual, situado en la vanguardia del conflicto en 1921 con el propósito de que el Ejército español, con el general Berenguer al frente, tomase la Bahía de Alhucemas.

En la madrugada del 22 de julio de 1921 “ante el acoso de las tropas de Abd el-Krim el general Silvestre decidió la evacuación del puesto”, explicaba a El Digital de Albacete, Javier López-Galiacho. “Mi abuelo fue uno de los últimos en abandonar el puesto”, tal y como aparece reflejado en el expediente Picasso. “Los mandos habían salido rápidamente del puesto y él se quedó de los últimos decidiendo meter las mulas dentro de lo que era la enfermería donde había centenares de heridos procedentes de un puesto cercano que había sido evacuado previamente”, relataba López-Galiacho.

Su vocación y sentido del deber hicieron llevar a este médico militar la vida donde apenas quedaban esperanzas y “comenzó a trasladar los heridos con estas mulas”, remarcaba su nieto. Emilio López-Galiacho no dudó en arriesgar su vida para evacuar a los heridos pasando por un desfiladero en el que estaban apostadas las fuerzas rifeñas. “Mi abuelo no abandonó su puesto hasta que la última mula no estaba disponible y no quedaban más heridos que trasladar”, recordaba.

Incluso en este punto crítico en el que las balas cruzaban de un lado a otro del desfiladero “atendió a quienes estaban tendidos en el suelo con profundas hemorragias”, tal y como quedaba reflejado en el Informe Picasso. El calor, la falta de agua y la agresividad de las tropas del Rif hicieron mella en el médico, pero pese a ello “por todos los puestos que pasaba se dedicaba a atender a todos los heridos”.

Un impresionante testimonio que continúa cuando “a finales del año 1921 acude a salvar otro puesto”, indicaba Javier López-Galiacho. Pese a todas estas vicisitudes, este héroe logró volver a la Península tras haber atendido a infinidad de heridos en este conflicto bélico.

Tras sobrevivir, Emilio López-Galiacho tomaba la decisión de abandonar el Ejército en 1923 y “se sacó unas oposiciones de Médico Nacional”, apuntaba. Así, este médico natural de Valladolid y criado en Madrid, vino a ejercer su profesión a Albacete, tierra donde echó raíces.

En uno de sus primeros destinos, Valdeganga, conoció a Jacinta quien posteriormente se convertiría en su mujer. Después ejerció como médico en la localidad de Peñascosa “llegando a ser el médico de la familia del ganadero Samuel Flores”, destacaba el presidente de Amithe.

Junto a la familia que había creado de la mano de Jacinta se instaló en Albacete capital formando parte del equipo médico del Hospital Provincial, llegando a ser director del mismo. Pero otro conflicto armado marcó la vida de Emilio López-Galiacho, ya que con el estallido de la Guerra Civil y la llegada de las tropas republicanas a Albacete “fue sacado de su casa junto a su mujer y salvó la vida porque la facción de la Unión General de Trabajadores (UGT) indicó que se había dedicado a curar a enfermos pobres, siendo conocido como ‘el médico de los pobres’ ya que nunca pedía nada a cambio de sus consultas y atendía a todo el mundo”, manifestaba. 

Así, “pese a ser católico no murió fusilado porque una facción del ejército republicano le puso un par de milicianos en la puerta de casa para protegerlo”. Tras la victoria del ejército franquista “lo reprendieron y le abrieron un expediente precisamente por haber estado protegido por las fuerzas republicanas”, explicaba a El Digital de Albacete.

Emilio López-Galiacho se dedicó “al cumplimiento del deber y al cumplimiento de su vocación con los enfermos”, reconocía su nieto. Pero además luchó por que Albacete contara con un gran hospital, y fue quien puso la primera piedra del hospital actual.

100 AÑOS DEL DESASTRE DE ANNUAL

El pasado 21 de julio se cumplieron 100 años del Desastre de Annual y el Cementerio Municipal de Albacete acogía un homenaje a las víctimas de este conflicto armado. Un acto que contó con la presencia del alcalde de Albacete, Emilio Sáez; el presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero; y el y subdelegado de Defensa, el coronel Miguel Ángel de la Torre Solís.

Un sencillo y bonito homenaje frente al lugar en el que está enterrado Emilio López-Galiacho, “en su recuerdo y en el de los casi 200 albaceteños que perdieron la vida en el Desastre de Annual”, puntualizaba Javier López-Galiacho. Además, señalaba a El Digital de Albacete que este homenaje, junto con el de La Roda, fue “el único autorizado por el Ministerio”.

Así, esperaba poder realizar nuevos homenajes para recordar a las víctimas de Annual ya que “fueron personas que perdieron la vida o fueron héroes, como mi abuelo, por vocación o simplemente por el cumplimento del deber”. Igualmente remarcaba y pedía al Ayuntamiento de Albacete la creación “de un monumento o un espacio de recuerdo en memoria de las víctimas del Desastre de Annual”.

VOLCADO CON ALBACETE

Un gran médico que gracias a la etapa de Carmina Belmonte como alcaldesa de Albacete cuenta con una calle bajo el nombre de ‘Doctor Galiacho’ en la capital. Emilio López-Galiacho llevó vida y salud a quienes más lo precisaban en los lugares y momentos más conflictivos, pero además compartía una especial afición por el deporte y la tauromaquia.

En concreto, fue uno de los pioneros del fútbol el la capital albaceteña, formado parte del Real Unión Sport, equipo antecesor del Albacete Balompié. También fue parte del equipo médico de la Plaza de Toros de Albacete.

Emilio López-Galiacho “fue una persona muy implicada en la ciudad y ese amor por Albacete es lo que nos ha transmitido a todos”, consideraba su nieto. Poder sobrevivir al Desastre de Annual tuvo la suerte del destino de que recalase en Albacete una importante figura de la Medicina con una gran humanidad e implicado en la vida y el crecimiento de nuestra ciudad.

Marta Lopez

Periodista natural de Albacete. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Murcia con más de 4 años de experiencia en medios de comunicación.
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