El nuevo Plan Hidrológico del Júcar discrimina a la provincia de Albacete

“Teníamos asignada cantidad máxima de 300 hectómetros cúbicos anuales para el suministro de regadíos del acuífero que se van a reducir a 275 en el Horizonte 2027”

La Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental mostraba su “decepción y preocupación” tras la publicación del borrador del Plan Hidrológico de la Demarcación del Júcar. De este modo se procedía a la apertura de un plazo de participación pública que se extenderá a lo largo de los próximos seis meses.

Con el denominado Tercer Ciclo de Planificación Hidrológica entrando en su recta final, el presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental, Hermino Molina, apuntaba a El Digital de Albacete que “afecta de lleno a la provincia de Albacete”. Este procedimiento “deriva de la Directiva-Marco del Agua que es la que se estableció para ello”, explicaba.

“Nuestro Plan Hidrológico estaba en vigor desde enero de 1998 cuando posteriormente esta Directiva-Marco Europea estableció este tipo de planificaciones”, exponía Molina. Al respecto apuntaba que “por tanto, para nosotros es la cuarta Planificación Hidrológica y tiene bastante importancia porque en esta planificación original de la cuenca del Júcar se alcanzó un acuerdo entre el Gobierno de España y los gobiernos de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana para utilizar las aguas del Júcar en su cuenca y fuera de ella”. De este modo especificaba el presidente de la Junta Central de Regantes que “a Castilla-La Mancha se le permitía acceder a las aguas del Júcar, algo que hasta entonces no era posible, se establecían una serie de asignaciones y reservas para garantizar nuestras demandas y un desarrollo futuro, y a cambio la Comunidad Valenciana conseguía llevar el agua del Júcar a cualquier parte de su territorio y hacer trasvases del Júcar al Turia, al Vinalopó o a la Albufera”.

Tras esta regulación dieron comienzo los nuevos ciclos de Planificación “impuestos desde la Directiva-Marco Europea que revisan los Planes Hidrológicos, en nuestro caso el que teníamos en vigor, y se le da un enfoque distinto”, y añadía que “se buscaba conseguir unos objetivos medioambientales en el Horizonte 2027”. De este modo subrayaba Hermino Molina que “si tenemos en cuenta que el Primer Ciclo que imponía esta Directiva comenzaba en 2009, se supone que hasta 2027 había un periodo prudencial para conseguir estos objetivos medioambientales”.

Así todo pasaba por “adecuar estos objetivos a lo que teníamos en nuestra Planificación”, exponía. De este modo detallaba que estos objetivos recogían “una menor utilización de volúmenes de agua en las distintas actividades humanas y productivas porque el cuidado del Medio Ambiente requería de estas necesidades de agua y además el Cambio Climático amenazaba con reducir la disponibilidad de agua”.

Tanto el Primer como el Segundo Ciclo de Planificación Hidrológica “establecían una serie de medidas que había que acometer con financiación por parte del Estado para que se pudiera, de alguna forma, mantener los distintos usos pactados con anterioridad”, puntualizaba. Así, Molina explicaba que la manera de desarrollar estas medidas pasaba por poner en marcha “la modernización del regadío, incorporar depuración y desalación del agua o más obras de regulación”. 

Actuaciones que consideraba “había que haber hecho desde 2009 hasta ahora (2021) para que en esta nueva revisión del Tercer Ciclo de Planificación Hidrológica tuviéramos más recursos disponibles, que no se tensionaran las distintas actividades y que no fueran un enemigo del Medio Ambiente”. En el ciclo en el que se encuentran inmersos “resulta que no se han hecho los deberes de los Planes Hidrológicos anteriores, no se han acometido estos programas y actuaciones que hubieran propiciado que hoy hubiera más agua disponible”.

RECORTES

Por tanto subrayaba que “si queremos recuperar unos volúmenes de agua que no se van a ver compensados por otro lado, significa que aquellos usos que se están haciendo hay que reducirlos”. Así cabría preguntarse: ¿Cómo afecta todo esto a Castilla-La Mancha?. Una cuestión a la que Herminio Molina respondía que “nos afecta de una forma muy importante, concretamente en el Plan del Júcar”.

“Al no haber dispuesto de más volúmenes de agua y tener que hacer reducciones para que los objetivos se cumplan, en el caso concreto del Plan del Júcar se traduce en Castilla-La Mancha en una reducción de las asignaciones y reservas que ya teníamos hechas”, detallaba Herminio Molina. En concreto especificaba el presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental que estos recortes “podrían alcanzar hasta un 27% de la asignación que teníamos y que contemplaba el último Plan Hidrológico que se revisó en 2016”. Esta revisión determinaba una serie de volúmenes de agua que podían ser utilizados en esta zona de la región, pero “ahora con la mirada puesta en el Horizonte 2027 el recorte asciende hasta el 27% de estas asignaciones y reservas”, subrayaba.

La Mancha Oriental cuenta con más de 7.000 kilómetros cuadrados repartidos en su mayoría entra las provincias de Albacete y Cuenca. Así confesaba Molina que estos recortes van a suponer “un daño muy importante para las expectativas de estas provincias”.

Pese a todo apuntaba que “el usuario no va a notar estos recortes porque el abastecimiento es prioritario en cualquier Planificación Hidrológica”, por lo que aseguraba que “el abastecimiento de agua está garantizado”. Sin embargo señalaban que “el problema se centra en los usos de regadío fundamentalmente”.

Termino Molina recordaba que “en nuestro caso contábamos con unos usos de regadío previamente regularizados y había unas expectativas de poder transformar estos riegos”, y añadía que además “están aumentado las demandas del acuífero en base a los cultivos leñosos, como el almendro o el pistacho, están proliferando”. Pero puntualizaba que “con este panorama ahora se nos habla de reducir las disponibilidades que teníamos en un 27%, significa que en este Horizonte 2027 los regates vamos a tener que bajar la dotación de nuestros regadíos, los derechos que se nos han asignado en la regularización de este proceso se van a ver mermados y por otra parte los regadíos que había previsto en La Gineta-La Herrera-Montalvos desaparecen”.

Remarcaba que todo esto “supone un problema y un agravio ya que estos territorios han estado esperando esas transformaciones y ahora ven que desaparecen de la red de asignaciones y reservas del Plan Hidrológico”. Al respecto añadía el presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental que “realmente es una cuestión que va a causar un daño importante a la producción de la provincia, y que al final se va a traducir en un daño económico porque si podemos producir menos y ya no podemos instalar más regadíos ni completar los compromisos que había con esta provincia, suponen un daño y un agravio importante”.

UN PLAN “DISCIMINATORIO”

Igualmente añadía Hermino Molina que “para nuestra sorpresa, nuestra indignación ha venido cuando hemos visto que estas restricciones solamente se aplican en la parte de la cuenca del Júcar de Castilla-La Mancha”, y añadía que “estas demandas y usos que se atienden también desde el Júcar en la Comunidad Valenciana se mantienen”.

Por tanto consideraba que “entendíamos y creíamos que si había una restricción sería solidaria para todos los usuarios, pero hemos visto que esto no es así”. De este modo señalaba que el borrador del Plan Hidrográfico del Júcar “recoge que en nuestro territorio se van a poner en marcha restricciones pero en la Comunidad Valenciana no hay restricciones en lo que corresponde al Júcar”.

“Entendemos que es un Plan Hidrográfico discriminatorio para nuestra provincia, para nuestros usuarios y para nuestras expectativas”, reconocía Herminio Molina y añadía que “no lo compartimos ni estamos de acuerdo con esto”.

Hasta ahora los regentes de la zona de la Mancha Oriental “teníamos asignada cantidad máxima de 300 hectómetros cúbicos anuales para el suministro de regadíos del acuífero que se van a reducir a 275 en el Horizonte 2027”, un dato que supone una merma de 45 hectómetros cúbicos. A esta cantidad “hay que sumar los 80 hectómetros cúbicos de sustitución de bomberos adicionales que se mantienen.

“Teníamos una reserva de 100 hectómetros cúbicos para realizar distintas actuaciones en Albacete y Cuenca, como consolidar usos y poner en marcha nuevos regadíos, y que ha bajado a 15 hectómetros cúbicos”, exponía Herminio Molina, a lo que añadía que “además en el borrador del Plan Hidrográfico del Júcar se recoge que no están garantizados”.

Por todo ello el presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental aseguraba que “presentaremos las alegaciones oportunas y haremos una importante labor de concienciación a toda la población de esta grave situación”. Así detallaba que “no es solo un problema de los usuarios sino un problema de toda la región y que supondrá una merma de riqueza y de producción”.

Apostaba por “trasladar a todos los componentes de la Mesa del Júcar de 1997 que lograron este plan que satisfacía a la cuenca de Júcar en Castilla-La Mancha en lo que han quedado aquellos acuerdos y para que intentemos entre todos volver a conseguir que se mantenga lo acordado”. Destacaba que “no pedimos más, simplemente que se mantenga lo que se acordó y que si hay que hacer restricciones por el Cambio Climático y por una gestión determinada de los recursos hidrológicos por cuestiones medioambientales que se haga de una forma solidaria en todo el territorio y que no repercuta solo sobre los usuarios Castilla-La Mancha, porque es algo que no estamos dispuestos a consentir”.

/Marta López/

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