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EDITORIAL | Albacete se apaga ante la mediocridad de sus dirigentes y la pasividad de su sociedad

Albacete se apaga poco a poco sin que la sociedad reaccione merced a las decisiones políticas de los últimos años que está ahogando el crecimiento de la capital más poblada y dinámica de Castilla-La Mancha.

La segunda mitad del siglo XIX y el pasado siglo XX fueron determinantes en el crecimiento de Albacete, y es que a comienzos de siglo la capital era un municipio con poco más de 20.000 habitantes y finalizó el mismo rozando los 180.000. La llegada del ferrocarril en 1855, la instalación del alumbrado público en 1900 y el abastecimiento de agua potable en 1905 fueron acontecimientos que propiciaron el crecimiento de una ciudad, junto a la creación en 1929 de la Base Aérea de los Llanos y en 1939 con la Maestranza Aérea de Albacete, que se frenó durante la Guerra Civil y la primera parte de la Dictadura y solo se centró en el paulatino éxodo rural de los pueblos de la provincia hacia la capital. Albacete había sido sede de las Brigadas Internacionales y para el Régimen no era más que campo y ganado.

Fue en el tramo final de la dictadura cuando otra importante decisión, propiciada por hombres valientes y comprometidos con el crecimiento de la ciudad, dotó a la población de un polígono industrial que muchos creían que era una locura. El Polígono Industrial de Campollano se inauguró oficialmente en 30 de mayo de 1974 con los entonces Príncipes Juan Carlos y Sofía, aunque antes de esa fecha ya había empresas instaladas en la zona empresarial, como la conocida Arcos. Esa idea casi visionaria dotó a Albacete del que hoy es el Parque Empresarial más grande de Castilla-La Mancha. En ese año se creó el ALA 14 y en 1975 aterrizan en la capital los primeros Mirage.

La designación de Albacete como sede del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en 1982 y la creación del Campus Universitario de Albacete, a mediados de la década de los 80, fueron dos hitos que siguieron potenciando el crecimiento de una ciudad que era mirado con recelo desde algunos núcleos externos a la misma.

La situación estratégica de Albacete otorgó a la capital un importante papel como nudo de comunicaciones, las conexiones por tren con Madrid, Alicante, Valencia y Murcia eran envidiables y servían de catapulta para el crecimiento económico de Albacete, pero una decisión nefasta para los intereses de la capital y provincia y auspiciada por el Gobierno regional de entonces, presidido curiosamente por el albaceteño José Bono, comenzó a dibujar el declive en las comunicaciones del ‘Nueva York de La Mancha’, el AVE Madrid-Valencia no pasaría por Albacete, tan solo un ramal que comunicara con Alicante. 

Desde ese momento Albacete ha visto como perdía su posición de liderazgo regional en comunicaciones, junto con Alcázar de San Juan, también golpeada duramente por esta decisión. Se pretendía potenciar así el crecimiento de una capital despoblada, como lo es Cuenca, pero años más tarde el tiempo no ha dado la razón a los que confiaban en esto. Cuenca sigue sufriendo la despoblación, el AVE no ha servido para potenciar el crecimiento de la ciudad y ha hundido las comunicaciones entre Albacete y Valencia, a la vez que ha disminuido sustancialmente la frecuencia de las mismas con Madrid.

Ahora Albacete vive varias amenazas en materia de comunicaciones. La primera de ellas es no entrar a formar parte de la comunicación de Algeciras con el Corredor Mediterráneo. La capital tiene la oportunidad de ser un lugar para pasar y parar en la unión del puerto con mayor tráfico marítimo de España y dentro del TOP 15 europeo con el este y el norte del país. Para ello Albacete necesita contar con una Plataforma Logística Intermodal, pero desde el Ayuntamiento de la capital no hay políticos que apuesten decididamente por ello, tan solo por el reparto de sus sillones. La sociedad, enmudecida, tampoco se lo exige, parece anestesiada y preocupada por el corto plazo.

Por otro lado, la Autovía A-32 sigue sin ser una realidad presente ni futura. Esa comunicación es vendida por sus detractores como una autovía que uniría Albacete con Jaén, pero en realidad conectaría Albacete con el Puerto de Algeciras y la salida hacia Europa, un “tercer carril” del Corredor Mediterráneo, lo cual potenciaría aún más nuestra posición estratégica. Murcia pelea porque no sea así, y que discurra por su territorio la conexión principal entre Algeciras y el Corredor Mediterráneo. Además, Albacete sería nexo de unión entre los Corredores Atlántico y Mediterráneo, tal y como se recoge en el proyecto ALMA, pero vuelve a chocar con el cortoplacismo de los políticos y representantes locales, más pendientes de comprar el Edificio del Banco de España por encima de su valor de tasación y no saber qué hacer con él, o abrir los Depósitos de la Fiesta del Árbol para poder observar desde su mirador una ciudad que se empequeñece a un ritmo acelerado.

Pero no solo en infraestructuras de comunicaciones Albacete está perdiendo terreno. La capital más poblada de Castilla-La Mancha ve como amenaza que su Facultad de Medicina puede verse relevada de alguna manera con Toledo, donde se ha creado un megahospital “Universitario” sin tener Facultad de Medicina. La comparación entre el nuevo Hospital de Toledo y el vetusto Hospital de Albacete la abordaremos detenidamente en otro artículo, porque es algo que objetivamente clama al cielo.

En definitiva, Albacete está en un momento clave en el que la sociedad debe dar un paso al frente y exigir a quien corresponda seguir avanzando y disipar los negros nubarrones que se ciernen sobre ella. De no ser así, en uno años veremos un éxodo que nos llevará a perder población y peso, algo deseado por algunos pero que los albaceteños no debemos permitir.

Javier Romero

Director El Digital de Albacete

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