El municipio albaceteño de Casas de Ves tiene unas vecinas muy especiales. Las gallinas de La Granja de la Abuela Pilar se están convirtiendo en auténticas ‘influencers’ en redes sociales gracias al incansable trabajo de Rosana Pérez.
Rosana es natural de Casas de Ves y hace 5 años decidió poner en marcha este proyecto como especial homenaje a su abuela Pilar. “Nos inspiramos en nuestra abuela Pilar, en la forma que tenía de mimar a sus gallinas para que después ellas nos ofrecieran unos huevos de verdad con el sabor de los de antes”, explicaba Rosana Pérez a El Digital de Albacete.
Esta emprendedora decidió poner en marcha esta granja artesanal de gallinas camperas, apostando por el medio rural y por las profundas raíces que le unen a Casas de Ves. “Tenía un terreno de mi abuelo y siempre he sido un amante de la naturaleza”, confesaba, por lo que decidió comenzar esta aventura.
Así, con una mirada al pasado y al mimo con el que cuidaba su abuela a las gallinas le asaltó la pregunta: “¿Por qué no traer todo esto de nuevo a nuestros días y hacerlo de tal manera que no solo se quede aquí, sino que podamos venderlo y llevarlo a otros lugares?”. El proyecto comenzó con “600 gallinas y ahora mismo ya son 1.600”, matizaba. Además bromeaba que “probablemente en el pueblo haya más gallinas que vecinos”.
Desde el primer momento apostaron por una concepción de la avicultura totalmente artesanal, incluyendo principios de la permacultura como el aprovechamiento de todos los recursos disponibles. Pero Rosana desvelaba a El Digital de Albacete que “nuestra mayor peculiaridad es que nuestras gallinas vienen de haber nacido y haber sido recriadas en jaulas”.
Así, matizaba que las gallinas que forman parte de La Granja de la Abuela Pilar “estaban destinadas a una industria de macro-granjas de puesta de huevo con jaulas”. De este modo, explicaba que una de las características más llamativas de estas gallinas “es que llevan el pico muy recortado porque es una práctica que está permitida ya que cuando están dentro de una jaula entre ellas se picotean por el estrés”.
Otra de las características de estas gallinas ‘influencers’ es que “vienen después de haber pasado mucho tiempo en una jaula”, motivo por el que “deben pasar por un periodo de adaptación” para aprender a vivir en libertad. Se trata de un proceso “lento y complicado”, detallaba Rosana y es que “tenemos que enseñarles todo” para desenvolverse en su día a día.
“Respetamos por completo sus ciclos naturales”, manifestaba en relación a todo este proceso, por lo que “el esfuerzo es superior, ya que hemos estado cerca de dos meses sin producción”. La granja es totalmente sostenible y los procesos son artesanales, desde la alimentación, pasando por la recolección manual, hasta la clasificación, empaquetado y sellado del huevo uno por uno. De este modo “conseguimos un producto mimado desde que la gallina picotea al maíz, hasta que el cliente disfruta del huevo campero en casa”.
EL ‘NETFLIX’ DE LOS HUEVOS
Relataba que “empezar de cero un proyecto de estas características en el medio rural es durísmo”. Así, confesaba que durante los años que lleva en marcha esta granja artesanal “no me ha dado ninguna subvención ninguna administración a ningún nivel”. De este modo ponía de manifiesto lo necesarias que son las ayudas si verdaderamente se quiere potenciar el emprendimiento en el mundo rural y respaldar los proyectos de mujeres emprendedoras en estos núcleos.
Los huevos de La Granja de la Abuela Pilar han llegado prácticamente a cualquier punto de la geografía nacional, y es que durante los momentos más pandemia “vendía por WhatsApp huevos a toda España”, explicaba Rosana. Finalmente en julio de 2020 lograron poner en marcha una página web “con una pasarela de pago adecuada y además tenemos los huevos por suscripción”.
La suscripción para adquirir estos huevos camperos les ha hecho ganarse el cariñoso apodo del “Netflix de los huevos”, apuntaba, al funcionar como esta conocida plataforma audiovisual de pago.
TU AYUDA PARA CONSTRUIR UN ‘GALLIHOSPITAL’
Esta emprendedora puso en marcha el pasado mes de abril una campaña de crowdfunding bautizada ‘Revolución en la granja’, buscando respaldo económico para poner en marcha lo que han llamado “un ‘gallihospital’”.
Se trata de una campaña para “hacer más sostenible este modelo de negocio”, subrayaba. Además explicaba que el ‘gallihospital’ está destinado “al cuidado de estas gallinas”. En concreto detallaba que el objetivo es “hacer un sitio para ellas, para que se recuperen y poder vigilarlas mucho mejor”.
El objetivo es alcanzar a través de donaciones un total de 8.000 euros en 40 días para llevar a cabo este proyecto. La iniciativa lleva en marcha 29 días y ya roza los 4.000 euros. Sin embargo, puntualizaba Rosana que “de no conseguir alcanzar el 100% del objetivo planteado no llegaría ninguna de estas aportaciones a la granja”.
Así, animaba a los albaceteños a sumarse a este proyecto con el objetivo de mejorar la vida de estas gallinas, pero también como muestra de apoyo al medio rural y a las mujeres emprendedoras.
¿A QUÉ SABE UN HUEVO CAMPERO?
“Lo que muy poca gente sabe es que el huevo es un producto estacional”, explicaba a El Digital de Albacete Rosana Pérez. Así detallaba que el huevo también varía “según muchos factores”.
Entre estos factores puntualizaba “el clima, la edad de la gallina, y su alimentación”. Dependiendo de tollo ello “podemos encontrar la clara y la yema de distintas texturas y colores”.
De este modo indicaba que “una de las cosas que más confunden a la gente y por lo que suelen estar equivocados es que cuanto más vivo sea el color de la yema es que el huevo es más campero”. Y añadía que esto no es un factor determinante ya que “algunas veces es tan simple como que ese color venga derivado de colorante que echan al pienso con el que se alimentan las gallinas”, algo que no hacen en esta granja de Casas de Ves.
En la Granja de la Abuela Pilar el color de los huevos “depende de la alimentación, por ejemplo hay épocas en las que comen mucha calabaza, por lo que seguro que esto se va traducir en un color de yema más intenso”. Así especificaba que debido a la temporalidad de estos productos “la yema del huevo va a variar y eso es lo natural y lo que la gente debe de apreciar”.
Otro de los ejemplos es que “si las gallinas son pequeñas, es normal que los huevos tengan un menor tamaño”. Cuando son mayores “llega un punto que las gallinas están tan descompasadas que hay algunos huevos que salen como arrugados pese a estar perfectamente por dentro”. A estos huevos Rosana los ha bautizado como ‘feapos’.
Señalaba que “nos daba mucha rabia que en una industria como la alimentaria parece que solo se busca la perfección y se tiran a la basura un montón de alimento simplemente porque no cumplen unos cánones de belleza autoimpuestos”. Así abogan por “la diversidad del huevo, desde el color o el tamaño hasta por los ‘feapos’”, y es que detallaba que “a los consumidores les llega un ‘feapo’ y le hacen una foto que comparte tan felices en redes sociales”.
“Nuestros huevos saben a huevos de verdad, a los de los corrales de las abuelas de pueblo de toda la vida”, describía Rosana Pérez. Además, tras conocer la historia que hay detrás de La Granja de la abuela Pilar, estos huevos camperos saben a esfuerzo, a cuidados y a tradición.
/Marta López/Fotos: La Granja de la Abuela Pilar/
