El jefe del Servicio de Neurología del Hospital General Universitario de Albacete, Tomás Segura, se mostraba contundente al explicar la aparición de trombos en personas vacunadas con AstraZeneca.
En concreto, el doctor apuntaba durante el programa ‘Horizonte’ las diferencias que existen entre los trombos provocados desde el inicio de la vacunación con AstraZeneca y los que habitualmente se suelen tratar. “La diferencia fundamental es que estos trombos, en una medida inapropiada, afectan al territorio cerebral”, apuntaba Tomás Segura, y añadía que “con esto quiero decir que es habitual en medicina que se produzcan trombosis venosas en las extremidades inferiores, pero es más difícil que se produzcan en el cerebro ya que el sistema venoso cerebral no tiene válvulas”.
Matizaba el neurólogo que “la circulación venosa en el cerebro puede ir hacia un lado o hacia el contrario y esto probablemente le defiende de que se produzca un parón de la sangre y por tanto se cree un trombo”.
El doctor Tomás Segura explicaba que “en un hospital como el de Albacete, con una población de 500.000 habitantes se pueden atender 2 ó 3 trombosis venosas cerebrales al año”. Además puntualizaba que en todos estos casos “el contexto clínico suele ser muy claro, ya que son pacientes con una enfermedad oncológica activa, pacientes con mutaciones genéticas, o mujeres jóvenes con un cambio hormonal brusco como las que acaban de dar a luz”.
Al respecto añadía que “en otro contexto es muy raro que se produzcan”, por lo que consideraba que “hay que pensar que los casos detectados pueden estar influidos por la vacunación contra el coronavirus”. Consideraba que “es un número inusual de trombosis venosa cerebral”, en relación a los casos detectados en Alemania, país que ha paralizado la vacunación con AstraZeneca a menores de 60 años.
Pese a todo apuntaba que “esto hay que ponerlo en el contexto de la situación que estamos viviendo. Una situación en la que estamos vacunando a millones de personas y, por tanto, efectos secundarios que son muy improbables o de muy baja frecuencia aparecen en números que se pueden contar, lo que puede provocar una gran sensación de alarma”.
Al respecto puntualizaba el neurólogo que “toda vacunación tradicional, y la de AstraZeneca lo es, consiste en provocar en el organismo una reacción inmunitaria que es la que nos va a defender, en este caso del COVID-19”. En concreto desarrollaba que “toda vacunación lleva implícita una cierta reacción protombótica porque la biología pretende defendernos de la extensión de un microorganismo generando un parón de la sangre en esa zona”.
Añadía Tomás Segura que “desde hace años los científicos saben que cuando hay una reacción inmunitaria hay una cierta reacción protombótica”. “Si esta vacuna produce esta reacción de una forma más exagerada y, sobre todo, en un territorio que no es habitual es lo que ahora los científicos deben indagar”, consideraba.
Sobre frenar la vacunación con AstraZeneca sostenía que “la Sociedad Española de Neurología ya se ha manifestado al respecto y mantenemos que por el bien de la comunidad hay que vacunar y deberemos utilizar esta vacuna porque es mayor el riesgo de padecer COVID grave que de padecer una trombosis venosa”. Detallaba el doctor Segura que “se ha producido en unas pocas personas habiendo vacunado a millones”.
Pero consideraba que “lo que es verdaderamente necesario es que la gente sepa y esté informada de que existe esta complicación y en el caso de que tengan alguna sintomatología sospechosa deben acudir lo antes posible al médico”.
En relación a los síntomas con los que se puede relacionar la trombosis venosa es “un peculiar dolor de cabeza que empeora cuando te tumbas”. Así, indicaba que si este dolor de cabeza “aparece al segundo ó tercer día tras la vacunación y no mejora por la noche, que es cuando descansamos, merece consulta inmediata con un especialista”.
Además, se mostraba contundente al apuntar que “me gustaría vacunar con otras vacunas que no hubiera dado estos efectos secundarios”.
/El Digital de Albacete/
