La espectacular restauración del Retablo Mayor de la Iglesia de Alcaraz

Hace años que historiadores y restauradores de la zona intuían que en Alcaraz había una joya escondida. El restaurador albaceteño Pablo Nieto era uno de ellos, y ahora, tras varios años de conversaciones, por fin ha logrado materializar su deseo. Al frente de su estudio ‘El Parteluz’ está llevando a cabo la restauración del Retablo del Altar Mayor de la Iglesia de la Trinidad en Alcaraz, declarada de interés turístico cultural, situada en la Plaza Mayor de esta población.

Tenía claro que “restaurar algo de esa importancia sería un privilegio, un proyecto bonito, largo e interesante, y en definitiva, un trabajo muy goloso para cualquier equipo de restauración”. Por ello, se animó a presentar una propuesta que, “aunque costó mucho que saliera adelante, ahora se ha hecho realidad y  la estoy llevando a efecto con toda la ilusión del mundo”, asegura.

Un trabajo que comenzó en octubre de 2020 y va a tener una duración aproximada de año y medio, ya que está previsto que termine en marzo del 2022. Cinco restauradores, entre los que se encuentra el propio Pablo Nieto, un historiador que habitualmente trabaja para el estudio, y dos historiadores externos que están colaborando con el proyecto, forman el equipo titular que está llevando a cabo la restauración de este impresionante retablo.

Una intervención enmarcada en el trabajo de colaboración establecido entre la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, el Ayuntamiento alcaraceño y la Diócesis de Albacete para la recuperación del patrimonio. El restaurador pone de relieve que “al ser un retablo de dimensiones tan grandes, el proyecto era muy ambicioso y costaba mucho ponerlo en marcha a nivel económico. Finalmente se ha podido lograr a través de las ayudas de organismos públicos, de la propia parroquia y de la gente de Alcaraz, que se ha volcado para que la restauración salga adelante”.

El retablo, de unos 12 metros de altura, contiene 20 imágenes de diferentes tamaños y ocho pinturas de casi 2 metros cada una, que lo convierten en un conjunto, tanto pictórico como escultórico, de primer orden. Uno de los ejemplos artísticos que contiene el patrimonio religioso de Alcaraz, considerado como una de las piezas más antiguas que tiene la provincia en la actualidad. Nieto sostiene que “devolver el retablo a su estado original va a ser algo espectacular para el impulso del turismo de la zona y la repercusión social de Alcaraz, ya que vamos a poner en valor una pieza única que posiblemente se convertirá en una de las obras más importantes de la provincia de Albacete”.

Otras restauraciones

Este valioso retablo ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los tiempos y ya poco queda de la originalidad de la pieza, algo que ha dificultado la tarea de determinar su antigüedad. “Hemos documentado hasta cinco restauraciones, tres de las cuales han sido integrales. Restauraciones en las que se ha pintado encima y se han añadido tallas, molduras o decoraciones hasta cambiar su aspecto original. Algo que ha desembocando en una especie de pastiche en donde hemos podido distinguir estilos del siglo XVI, del XVIII, neogóticas o incluso aportaciones del siglo XX”, describe.

Gracias a estudios y al minucioso trabajo que está realizando el equipo se ha descubierto que es un retablo de bella factura que data del siglo XVI, más concretamente entre los años 1503 y 1510, e incluso se ha podido deducir cómo era, de qué manera restaurarlo y qué materiales utilizar para ello. El artista explica que “el trabajo de los historiadores es fundamental, ya que conociendo datos claves, tales como donde se realizó, en qué año o quién es el autor, podemos averiguar qué materiales se utilizaron en su día, y que productos podemos formular para trabajar en su restauración actual”.

El retablo, que permaneció con su forma original durante sus primeros 200 años de vida, se cubrió por primera vez hace 300 años y ya no se volvió a ver igual. Tras varias renovaciones, cambios de época y capas de pintura, se presentaba en la actualidad con un color gris verdoso, adornado con toques de purpurina, y ahora al ir quitando “todo lo que tenía encima, el cambio ha sido tremendo. Están apareciendo bajo las capas los materiales originales, unos materiales muy nobles, como el oro fino de gran calidad”, detalla.

La idea de Pablo Nieto es la de devolver al retablo su estado original, el que tuvo en su época, “que era muy especial y con los años ha ido perdiendo, ya que han ido enmascarando una obra excepcional, adaptándola al gusto de cada época, sin tener en cuenta que han ido utilizando cada vez materiales de peor calidad”, lamenta el artista.

A pesar de restaurar piezas de todo tipo y de cualquier época en su taller, está convencido de que “encontrarse una del año 1500, de esta factura y de estas dimensiones, y poder dedicar un largo periodo de mi vida en trabajar en ella, es un auténtico lujo”, concluye. Un impresionante y meticuloso trabajo que devolverá a este retablo todo el esplendor que se merece.

/Modesto Colorado/

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