“Hola a todos y bienvenidos de nuevo a mi cocina: Las cosicas de Cristina”. Con este peculiar saludo, la albaceteña Cristina Alcázar Carcelén, presenta cada día sus ya famosas recetas a los miles de seguidores de su página.
Todo empezó hace alrededor de un año, cuando se decretaba el Estado de Alarma en todo el país debido a la crisis sanitaria. Cristina Alcázar, vecina de Elche de la Sierra, nos cuenta que cuando llegó el confinamiento a la gente le dio por subir vídeos caseros a las redes sociales, y su amiga Graci, a la que había dado su propia receta de buñuelos, le pidió que “grabara un vídeo explicando con detalle cómo los hacía, ya que con la receta escrita no se apañaba”. Aunque le daba vergüenza, finalmente se decidió a grabarlo y lo publicó en su página personal de Facebook. “Para mi sorpresa el vídeo tuvo muchísimas visualizaciones y empecé a recibir solicitudes de amistad de gente que ni conocía”, revela.
A los buñuelos de viento les siguieron los rollos fritos y hasta unas buenas migas, receta que, además de salirle muy bien, le gusta hacer cuando va a Villares, localidad del municipio de Elche de la Sierra en la que nació, y donde “nos juntamos con los vecinos en verano a comer al fresco”, confiesa. Viendo el éxito de los vídeos, el 23 de abril de 2020 decidió abrir su propia página de recetas en Facebook, un lugar donde poder publicar sus vídeos al que bautizó ‘Las cosicas de Cristina’, que muy pronto comenzó a tener miles de adeptos. En tan solo tres meses llegó a los 10.000 seguidores, un logro que celebró realizando la receta de la ‘tarta de la abuela’, que obtuvo más de un millón de reproducciones y que “me motivó muchísimo a la hora de seguir adelante y dar el paso de monetizar la página”, señala.
Para la grabación de los vídeos, la creadora del proyecto sigue la técnica de ‘yo me lo guiso y yo me lo como’. “Al principio me grababa mi marido, pero le daba la risa y me la contagiaba a mí y acabábamos riéndonos los dos, por lo que teníamos que repetir muchas veces. Así que le sustituyó mi hija, pero no quería distraerla de sus deberes y de las cosas que tenía que hacer, así que decidí comprarme un trípode y aprender a manejarme yo sola con la cámara y así no molestar a nadie”, narra.
A día de hoy, Cristina ya es muy activa en la red, publicando recetas prácticamente a diario en la página de Facebook, que cuenta ya con más de 53 mil seguidores. La impulsora de la iniciativa pone de relieve que “hay que tener cierta periodicidad para tener éxito. Jamás hubiera pensado que iba a tener tantos seguidores y ha sido gracias a eso, a la constancia. Estoy muy agradecida por la gran acogida que tienen los vídeos y por eso me siento en el deber de cuidar todos los detalles, de echarle tiempo, de tener un contacto directo con los seguidores y de responder a todas sus preguntas”.
Entre los vídeos con más visualizaciones se encuentra el de las patatas fritas con ajo y vinagre, una sencilla receta que la cocinera realizó tras protagonizar una curiosa anécdota. “Preparé unas croquetas de cocido y dije que las íbamos a acompañar con unas patatas con ajo y vinagre, pero del acompañamiento no dije nada más. Parece ser que despertó mucha curiosidad, porque de repente tuve un aluvión de mensajes pidiendo que diera esa receta. Unos días más tarde la publiqué y consiguió más de 1.600.000 reproducciones”, detalla.
Otras que han tenido mucho éxito son las de algunos dulces típicos de Elche de la Sierra, tales como la ‘Candelaria’ o el ‘Rollo pintao’. Elaboraciones que han agradecido los seguidores, ya que, como la cocinera explica “son dulces que compra la gente cuando viene a las fiestas, y como ahora es complicado venir, pueden hacerlos en casa gracias a mis recetas”. Unos vídeos en los que la cocinera realiza ‘a su manera’ recetas de la cocina tradicional, la que antiguamente se hacía en los pueblos, algo que “la gente agradece porque les recuerda a su niñez, a sus abuelos y antepasados”, refleja.
Una afición que viene de lejos
Todos los años, cuando llegaba la Navidad o las fiestas de San José en Villares, pueblo que la vio nacer, Cristina acompañaba a su madre al horno del pueblo con su barreño, donde, tras coger “la vez”, mezclaban el agua y la harina y amasaban a mano para hacer dulces y magdalenas. Cristina recuerda que con tan solo 7 años ya se animaba a ayudar a su madre en la cocina y “esa fue mi fuente de inspiración. Aunque a veces se pregunte sorprendida que de donde saco tantas recetas, toda mi afición viene por ella. Sé que está muy orgullosa de mí, de cómo estoy canalizando todo lo que aprendí, y ahora me pide que le haga bizcochos, que le gustan mucho acompañados con la leche”, describe.
Más tarde, al cumplir los 15 años, ayudó a su padre durante varias temporadas a llevar el bar del hogar del pensionista del pueblo, en el que “siempre me gustaba estar en la cocina y hacer fritillas”, recuerda. Con el paso de los años su afición a la cocina fue creciendo, y sus dulces se hicieron famosos en los cumpleaños y reuniones familiares, hasta el punto de que “las madres de las amigas de mi hija me regalaron un delantal en el que ponía ‘la mejor cocinera’, así que ya apuntaba maneras”, indica.
La tienda de Cristina
Trabaja como dependienta en ‘La tienda de Cristina’ un negocio de su propiedad dedicado a ropa y calzado en Elche de la Sierra, que tuvo que cerrar cuando llegó el confinamiento. “Había mucha incertidumbre y eso me generó problemas de ansiedad”, lamenta la empresaria, añadiendo que “grabar los vídeos de las recetas me ayudó a estar entretenida, hasta el punto de convertirse en una terapia”.
El tirón de ‘Las cosicas de Cristina’ ha repercutido de manera positiva en la venta de la tienda, ya que en los vídeos a veces “hago referencias a algún delantal o cualquier prenda en stock para que la conozcan. De hecho, mucha gente que vive fuera me hace pedidos online de ropa o calzado y, ya de paso, me piden alguna tripa de embutido del pueblo, que mando envasada al vacío en el mismo paquete junto a otros artículos, en definitiva, lo mismo te mando unas zapatillas que una ristra de morcillas”, apunta.
Los planes a corto plazo de la cocinera pasan por montarse una buena cocina y “apostar por ‘Las cosicas de Cristina’ a tope”, asevera. Con respecto a la tienda, no descarta cerrarla en un futuro, ya que “aunque me gusta mucho, no es viable con todas las restricciones que han aplicado al comercio, una situación que me hace pasarlo bastante mal”, lamenta.
El secreto del éxito de ‘Las cosicas de Cristina’, que además de en Facebook, ya está en YouTube e Instagram, reside en la naturalidad con la que Cristina se desenvuelve a la hora de elaborar sus personales recetas, que realiza a su manera y como les gustan en su casa. “Las explico de forma sencilla, con mi personalidad y mi acento del pueblo, y eso es algo que la gente agradece”, resalta. Y es que lo que comenzó como un hobby para pasar mejor el confinamiento, se ha convertido en una verdadera revelación en su vida, para encontrarse a ella misma y así “olvidarme de la inseguridad, coger la vergüenza y la timidez y meterlas en un cajón para siempre”, concluye. Un fenómeno viral que está haciendo las delicias de los paladares más exquisitos.
/Modesto Colorado/
