El juez que investiga el atropello mortal de dos personas en El Álamo (Madrid) el pasado verano ha ordenado que se haga la prueba de ADN al detenido, quien se negó a someterse a esta prueba cuando fue arrestado en Borox (Toledo) y posteriormente en los juzgados.
En el auto, el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Navalcarnero acuerda la recogida «forzosa» de muestras biológicas del detenido y encarcelado provisionalmente por estos hechos, Jesús G.G., alias el Chote, y su inclusión en las bases de datos correspondientes para avanzar en esta investigación o en otras.
El juez, que detalla que esta diligencia se ajusta a la normativa, tomó esta decisión tras decretar la prisión provisional comunicada y sin fianza del detenido el pasado 16 de marzo.
Su letrado defendió ese día su inocencia y se negó a que se le tomase una muestra de saliva «dado que es un acto humillante para el ser humano formar parte de una base de datos permanente y utilizable para cualquier procedimiento que se estime», y porque ya contaban con el ADN de su hermano.
Durante esta comparecencia el Chote se acogió a su derecho a no declarar salvo para contestar a su abogado, asegurando que él fue atropellado en un momento de la reyerta ocurrida la noche del 26 de julio de 2020 en El Álamo y fue trasladado al hospital, donde un familiar le llevó luego su móvil.
Aseguró que cuando fue arrestado en marzo en una nave de la localidad toledana de Borox «no estaba escondido» sino que «tenía miedo a las represalias» por la muerte de dos personas de otro clan y se afanaba en buscar una casa más grande para que sus niños pudieran jugar, según consta en la declaración en el juzgado.
El juez decretó su ingreso en prisión como presunto autor de dos homicidios y un intento de homicidio tras recordar que el 26 de julio de 2020 en el bar Layso de El Álamo se celebró una pedida de mano que acabó con una reyerta entre clanes, durante la que un grupo trató de huir en coche, atropellando a varios adultos y un niño.
En este coche iban los luego fallecidos Antonio y Jessica y una familiar suya, Lucía, que resultaría herida en el suceso, quienes acabaron bajando del monovolumen y huyeron a pie por las cercanías de la M-404, según el auto de ingreso en prisión.
Hasta allí llegó Jesús G.G. en un BMW y «envistió contra ellos» provocando la muerte de los dos primeros y heridas graves a la tercera, siendo considerado el autor porque lo relatan testigos y porque es el usuario habitual de ese coche, que no puso a su nombre pero que sí tiene asegurado.
Detalla el magistrado que el BMW se encontró escondido luego en la caja de un camión con un importante golpe en la zona frontal y restos de especie de vegetación coincidente con la del punto exacto del atropello mortal, y además las piezas de vehículo halladas en el lugar de los hechos se corresponden con las piezas que faltan en el coche.
En el camión se identificaron huellas que corresponden al acusado y los repetidores de telefonía le sitúan en el lugar del crimen. También hay fotos que le sitúan en el lugar en el que fue hallado el camión.
El auto detalla que Jesús «es el único miembro de la familia que ha mantenido actitud esquiva y paradero desconocido. Ha dejado de llevar a sus hijos al colegio (les consta expediente abierto por absentismo). Ha apagado sus líneas telefónicas, y las gestiones burocráticas las ha realizado a través de su hermano y su cuñada».
La acusación particular, ejercida por el letrado Juan Manuel Medina, sostiene que en el coche que según todos los indicios conducía el Chote iban más personas y la investigación determinará la participación de cada una en el suceso.



