Cuando la víctima de la violencia de género es una mujer con discapacidad

/El Digital de Albacete/

La presidenta nacional de la Confederación Nacional de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer), Carmen Quintanilla, ha reclamado este martes más protección para las mujeres con discapacidad del medio rural que sufren violencia de género en este entorno.

Quintanilla ha hecho esta petición durante su participación en la mesa sobre Estrategias de Empoderamiento como prevención de la violencia de género y factor de recuperación enmarcada en el II Encuentro MujeresON-VG organizado por la Fundación ONCE e Inserta Empleo.

En la mesa moderada por Virginia Carcedo, secretaria general de Inserta Empleo y directora adjunta de formación, empleo y transformación de la Fundación ONCE, también han estado presentes la escritora, actriz y directora de cine, Mabel Lozano, y Vanesa Sobral, técnica de Compass en Galicia.

La presidenta nacional de Afammer ha reclamado un impulso político para luchar contra esta lacra que afecta y sufren muchas mujeres con discapacidad que residen en el medio rural.

Durante su intervención, ha hecho referencia al Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica aprobado por el Consejo de Europa en el año 2011 mientras Carmen Quintanilla era parlamentaria en dicho consejo.

«Este convenio recoge toda las formas de violencia contra las mujeres, pero también hace hincapié en las mujeres que sufren discapacidad, sin embargo, a día de hoy todavía hay países de nuestro entorno comunitario que todavía no lo han ratificado», ha lamentado.

Además, ha hecho referencia a la resolución del Parlamento Europeo sobre la situación de las mujeres con discapacidad que fue aprobada en 2018 y publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea en 2020, donde se pide la accesibilidad de las personas con discapacidad e insta a aquellos Estados miembro que aún no hayan ratificado el Convenio de Estambul a que lo hagan como un paso importante para combatir la violencia contra las mujeres y niñas con capacidades diferentes.

«Una resolución para que los países firmen, cumplan y ratifiquen el Convenio de Estambul y poder así seguir avanzando en el gran reto que supone la igualdad de oportunidades y que se adopten las medidas adecuadas, y presten servicios de alta calidad, accesibles y a medida para poner fin a la violencia de las mujeres y niñas con discapacidad, reconociendo que tienen más posibilidades de convertirse en víctimas de la violencia machista», ha destacado.

Carmen Quintanilla ha denunciado también la triple discriminación que sufren las mujeres rurales con discapacidad, «por ser mujer, ser discapacitada y vivir en un entorno como el rural donde el acceso a la salud y el empleo es tremendamente difícil para ellas».

En este sentido, ha señalado que el empleo es una herramienta fundamental para conseguir el empoderamiento de las mujeres rurales con discapacidad y una herramienta para salir de la situación en la que se encuentran a consecuencia de la violencia machista.

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