/Marta López/
La calle Ancha atesora auténticas joyas arquitectónicas, muestra de la historia y del pasado de Albacete. Un legado que debido al paso de los años y al abandono está haciendo mella en algunos de los edificios más emblemáticos de esta céntrica calle de la capital albaceteña.
Este el caso del edificio Belda, donde antaño tenía su sede el estudio fotográfico Belda. Según indicaba desde Patrimonio Albacetense, Javier García, este edificio “es obra de Ramón Casas” y vio la luz en “el año 1903”. Sin embargo, pese a ser uno de los inmuebles con mayor historia del principal eje de Albacete se puede observar el deteriorado estado en el que se encuentra.
No son ajenos a la vista de los transeúntes los agujeros que ya tiene la cubierta del edificio y que incluso se pueden ver a través de la fachada. Pero si observamos el edificio desde arriba, preocupa el estado en el que se encuentra el tejado del inmueble. Así, tal y como se aprecia en las imágenes la techumbre está totalmente combada y amenaza con derrumbarse si no se realiza una intervención lo antes posible.
Las fotografías hablan por sí solas dejando a la vista el lamentable estado en el que se encuentra el tejado del emblemático edificio Belda. Un tejado que amenaza con derrumbarse en cualquier instante sobre la calle Ancha, algo que podría conllevar serias desgracias personales.
El abandono en el que se encuentra el edificio se puede sentir cuando se pasea por esta céntrica calle de Albacete, y es que desde Patrimonio Albacetense, Ana Blazquez, volvía a recordar que “desde fuera se ver que incluso hay agujeros en el techo”. En el caso de ser finalmente declarado en ruinas, su demolición supondría la desaparición de una parte de la historia de Albacete.
El Belda forma junto al Legorburo, un tándem de edificios que son parte de la identidad de la ciudad, y que actualmente son la sombra de lo que un día fueron debido al paso de los años, al continuado deterioro y al abandono.
Desde Patrimonio Albacetense apuntaban como principal problema al estado en el que se encuentran estos edificios el hecho de “estar cerrados y si están cerrado se deterioran”. Así, ponían como ejemplo la antigua Comisaría de Simón Abril, que “aunque ahora se va a remodelar y poner en funcionamiento, ha hecho falta una gran inversión para poder restaurarla, algo que no hubiera pasado si se le hubiera dado un uso continuado”, explicaban. En contraposición ponían como ejemplo el edificio que alberga actualmente la Subdelegación de Defensa “que es anterior a la Comisaría de Simón Abril y que está mucho mejor conservado y cuidado porque nunca ha estado abandonado”.
En definitiva, “la mejor manera de que un edificio no se deteriore es que esté en funcionamiento”, concluían.