/Modesto Colorado/
El artista albaceteño José María Ponce nos presenta estos días su nueva colección de pintura que lleva por título ‘Mi vida como un chopo’, una nueva exposición en la que muestra sus últimos trabajos.
Ponce vuelve a exponer en su ciudad y lo hace recopilando sus últimas vivencias artísticas, muy relacionadas con la naturaleza, en las que muestra un especial interés por los árboles. “Me gustan mucho las texturas y cómo se adaptan a la pintura que hago”, refleja.
Sobre el original título de la exposición, el autor señala que siempre le ha gustado que sus obras tengan un toque de humor y que “inviten a que cada persona le dé una interpretación distinta”. Desde su punto de vista, el autor se presenta en esta obra como si él mismo fuera un chopo que desde pequeño va viendo lo que hay a su alrededor. “He jugado mucho con la perspectiva desde abajo, dando la sensación de que lo representado en cada obra es lo que estoy viendo, y todo esto forma una especie de colección de álbum de fotos familiar”, explica.
El pintor albaceteño vive desde hace 20 años en Valdepeñas, donde es profesor de pintura en el Centro de Mayores, y en sus viajes desde esta localidad hacia Albacete es donde ha encontrado la fuente de inspiración para esta exposición. “Muchas veces voy a Albacete y tengo ese sentimiento nostálgico de saber de donde soy. Los chopos representan de alguna manera ese viaje, porque es un árbol muy habitual de La Mancha. Cuando voy por la carretera me gusta ir viendo las alamedas de chopos en el camino y cómo unen la tierra con el cielo”, narra el artista.
Con esta exposición se puede apreciar el desarrollo que ha tenido el artista en estos últimos años, una evolución que nos lleva desde el arte pop al que nos tenía acostumbrados, hasta una pintura algo más realista, pero siempre con su sello característico. Ponce pone de relieve que “con las tintas planas, el proceso era muy lento y perdía mucho tiempo ajustando colores. Empecé a aligerar los fondos, mientras iba manteniendo la tinta plana en las figuras, en este caso en los árboles”.
Se cumplen ahora tres años de su última exposición en el Museo Municipal de Albacete que tuvo por título ‘Espacios abiertos’, en la que su obra ‘Latidos del bosque’ fue seleccionada por la Fundación Globalcaja para el Premio de Artes Plásticas Ciudad de Albacete. Ese mismo año fue seleccionado con su obra ‘Nieve Virgen’ para la exposición internacional de Valdepeñas. “Eran mis últimos cuadros con esa forma de trabajar con tintas planas puras. Digamos que los árboles han sido la herramienta para cambiar a una pintura algo más ligera”, refleja.
Con respecto a ese toque realista en sus obras el pintor destaca que siempre busca mantener la naturalidad y respetar la forma, aunque le gusta tener libertad con los colores. “Me salgo del realismo para investigar con los colores en busca de efectos, pero vuelvo a él respetando mucho la forma, que es lo que hace que el color encaje y puedas ver una figura”, aclara.
Y es que el pintor no se plantea una fidelidad absoluta a una corriente estilística, ya que va cogiendo lo que le gusta de cada una para finalmente crear su propio estilo. “El pop es la referencia estética más clara que he tenido siempre. En temática tengo influencias del surrealismo y, en algunas ocasiones, con el color puedo tirar hacia el impresionismo”, explica.
El soporte elegido para sus obras es de los factores más representativos en esta nueva exposición del pintor manchego que pone hincapié en que “están pintadas directamente sobre madera. Es importante porque además es un concepto muy relacionado con la naturaleza y los árboles, por lo que considero que realza la obra”.
Otro de los aspectos más originales de ‘Mi vida como un chopo’ es que se puede ver en una ‘Street Gallery’. “Siempre me ha gustado mucho lo de sacar el arte al exterior, por lo que el hecho de que sea una galería abierta a la calle me parece una iniciativa estupenda”, afirma el pintor y añade que “de esta manera también se capta a gente que probablemente no iría a una exposición, pero en este caso se paran a verla. Es como el vino, que hasta que no lo pruebas no sabes si te gusta o no, y estoy seguro de que hay mucha gente que probablemente no sea consciente de lo que le puede gustar el arte”.
Esta idea se ha ajustado como un guante a la situación que estamos viviendo. En las circunstancias en las que nos encontramos debido a la pandemia, los museos y galerías permanecen cerrados, y esta forma de disfrutar del arte en la calle se convierte en una opción interesante. “Estamos acostumbrados a la publicidad, a la fotografía, a la televisión, en definitiva; a un bombardeo continuo de imágenes, pero al final el espectador no se da cuenta de la elaboración y el trabajo que hay detrás de todo eso. Poder apreciarlo así, de forma más lenta, en una situación distinta y en un contexto que no es el habitual, creo que es una manera de acercar el arte a la gente para que puedan descubrir cosas”, concluye.
Hasta el 28 de enero, y a cualquier hora del día, se puede disfrutar de las excelentes nueve obras que componen ‘Mi vida como un chopo’, la nueva exposición de un Ponce en estado puro, en la ‘Street Gallery Pablo Alfaro’, en la calle Collado Piña, 20.
