/Marta López/Fotos: Ángel Chacón/
Sin duda una de las calles que bombean el corazón de Albacete y que guarda auténticas joyas arquitectónicas es la calle Ancha. Historia, detalles y la posibilidad de un resurgir de nuestro pasado son elementos que animan a pasear por esta céntrica calle para continuar descubriendo el patrimonio de Albacete.
Pero llama poderosamente la atención el estado de deterioro en el que se encuentra uno de los históricos edificios de este punto de la capital: El edificio Legorburo. Este edificio “se construyó entre los años 1932 y 1935”, explicaba desde Patrimonio Albacetense, Ana Blázquez. Del mismo modo subrayaba que los encargados de levantar este emblemático inmueble en el corazón de la capital albaceteña fueron “Baldomero Pérez Villena y José Luis García Pellicer”.
Actualmente permanece cerrado el local comercial que antiguamente albergó una ferretería, y el resto del edificio “es residencial ya que se trata de una unión de viviendas y un local comercial”, indicaba. Además, se trata de “uno de los pocos edificios que conjugan la arquitectura expresionista y racionalista en Albacete”, matizaba.
El Legorburo “es un edificio bastante novedoso para la época en la que se construyó”, destacaba. Además, “implementó una curiosa novedad como es el chaflán curvo, ya que normalmente los chaflanes se suelen hacer rectos”, indicaba, “probablemente influencia del edificio Flatiron de Nueva York”.
“El problema es que no tiene ningún tipo de protección más allá de la que le da el Catálogo de Bienes Protegidos”, explicaba Ana Blázquez. Algo que resulta “curioso porque edificios que están prácticamente al lado como el Pasaje de Lodares o las Casas Cabot están declarados Bien de Interés Cultural y Bien de Interés Patrimonial respectivamente”, aclaraba. Pero la joya del Legorburo son sus interiores de estilo art déco, y que son la única parte del edificio que está protegida.
Señalaba como uno de los principales problemas el hecho de que el inmueble “sea de propiedad privada”, y es que condiciona “el acceso o que la Administración pueda intervenir”, reconocía. Así, en relación a los interiores sostenía que “están protegidos, pero están abandonados porque el edificio lleva mucho tiempo cerrado”. Un problema que queda patente en el edificio anexo, y que antaño albergara en Estudio de Fotografía Belda, “porque desde fuera se puede ver que incluso hay agujeros en el techo”.
Lo importante de los interiores del edificio Legorburo es que “son la única muestra de art déco que queda en Albacete”, subrayaba Ana Blázquez. Sin embargo reconocía que “lo malo de que estén protegidos es que las empresas que se quieran instalar en el inmueble no pueden moverlos ni tirarlos y echan para atrás porque no pueden adaptar el espacio a las necesidades”. Pese a todo sostenía que “no podemos ceder en tirarlo porque es la única muestra de este estilo que queda en Albacete”.
Si finalmente el edificio es declarado en ruinas y se produce su demolición “perderíamos una importante parte de nuestro patrimonio”, manifestaba y es que diríamos adiós “a un edificio emblemático y reconocido”.
Desde Patrimonio Albacetense apuntan como principal problema al estado en el que se encuentra el edificio Legorburo es “que está cerrado y si está cerrado se deteriora”. Así, ponían como ejemplo la antigua Comisaría de Simón Abril, que “aunque ahora se va a remodelar y poner en funcionamiento, ha hecho falta una gran inversión para poder restaurarla, algo que no hubiera pasado si se le hubiera dado un uso continuado”, explicaban. En contraposición ponían como ejemplo el edificio que alberga actualmente la Subdelegación de Defensa “que es anterior a la Comisaría de Simón Abril y que está mucho mejor conservado y cuidado porque nunca ha estado abandonado”.
Así retomando la situación del Legorburo reconocían que “no se puede solucionar el abandono porque ya está hecho, pero hay que apostar por la apertura de algún local y llenar de vida el edificio respetando los interiores”. Además, desde Patrimonio Albacetense están tratando de proteger y poner en valor también el cartel de este emblemático edificio gracias a un novedoso proyecto de la Red Ibérica de Patrimonio Gráfico.
En definitiva, “la mejor manera de que un edificio no se deteriore es que esté en funcionamiento”, concluían.
Un lugar “desolador”
De este modo, el historiador albaceteño, Vicente Carrión, subrayaba a El Digital de Albacete que el de Legorburo “es uno de los pocos edificios emblemáticos que quedan y que debido a su estado actual está contribuyendo al deterioro de la principal calle de Albacete en todos los sentidos, urbanísticamente y comercialmente”. Además sostenía que “es un edificio que está deteriorado internamente, por dentro estará destrozado y no sabemos en que estado se encontrará la famosa escalera que en su momento impidió que se estableciera en el inmueble un determinado comercio”.
Puntualizaba que el problema con el edificio Legorburo “también reside en el anexo donde estaba la armería y el fotógrafo Belda”, y añadía que “cualquier día podía causar una desgracia en Albacete porque la techumbre se está hundiendo y la cornisa está a punto de caerse”. Por tanto apuntaba que “esta es otra cuestión que tienen que tener en cuenta los responsables municipales”.
“Me atrevería a decir que por una cuestión política en su momento se pudo instalar un establecimiento en este inmueble, pero al final se dejó pasar y el resultado es el que podemos observar”, concretaba. Sin embargo, aseguraba que “lo más lamentable es el deterioro, no solo del edificio, sino de la calle Ancha, que es la calle más comercial, más visitada y transitada y tenemos un estercolero, porque a saber cómo está el edificio por dentro”.
Además, subrayaba Vicente Carrión que esta es una cuestión “en la que también intervienen cuestiones burocráticas en el sentido de que el inmueble pertenece a la familia Lergorburo y conlleva un verdadero problema dirimir quién es el propietario exacto”. Pese a todo confirmaba que “soluciones hay muchas, pero a veces voluntad de solucionarlo poca, y dinero menos aún”.
Ponía “otro ejemplo flagrante del deterioro del patrimonio histórico de Albacete y del que nadie habla: El edificio del Banco de España”. Y es que “lleva cerrado más de 10 años y ¿para qué lo queremos si no se utiliza?”, cuestionaba el historiador albaceteño. Además, “a saber en las condicionas en las que se encuentran los mostradores, el mobiliario, el suelo y las cristaleras tan bonitas que tenía”, manifestaba.
Consideraba que “hay una despreocupación realmente grande” en relación a esta cuestión, y también ponía como ejemplo “el Chalet Fontecha que está cerrado y se está deteriorando, o cines como el Carlos III”. Apuntaba que Albacete cuenta “con edificios de sobra, pero desde mi punto de vista, no hay voluntad de solucionar esta problemática por parte de los responsables”. “El deterioro que está sufriendo Albacete en todos los órdenes, acabará convirtiendo el centro de la ciudad en un lugar desolador”.
Una “preocupación”
Fuentes del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Albacete señalaban que “la inquietud de la ciudadanía por el edificio Legorburo es una preocupación de este Equipo de Gobierno”. Así, matizaban que “desde el inicio del mandato hemos estado trabajando por revitalizar el Centro de Albacete, de nuestra ciudad, y esta revitalización pasa porque edificios emblemáticos que llevan años y años, décadas, cerrados y deteriorándose, recobren vida de nuevo”.
“Nos ocupa y preocupa la situación de edificios de titularidad pública, como es el Banco de España, pero también los que son de propiedad privada, como es el Edificio Legorburo”, sostenían. De este modo desvelaban que “hemos establecido contactos con la representación de la familia propietaria de este edificio, con el ánimo de que deje de estar cerrado, pero es un proceso lento. En ello estamos”. Reconocían que “la singularidad del edificio es conocida por todos, de sobra, hasta no hace mucho era el único edificio de Albacete incluido en el Docomomo ibérico, como ejemplo de la arquitectura del siglo XX”.
Igualmente recordaban estas mismas fuentes que el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Albacete también “está trabajando en definir el modelo de movilidad para esa arteria de la ciudad, el tramo de la calle Ancha (Tesifonte Gallego y Marqués de Molins) desde Tinte hasta la plaza del Altozano”. De este modo apuntaban que “en cuanto hayamos acordado cómo se moverán coches y peatones en esta zona, terminaremos el proyecto de remodelación sobre el que están trabajando los técnicos municipales y pasaremos a adjudicar esta obra para la que ya existe una partida reservada en el plan de inversiones del 2020 de 1 millón de euros”.
