CORONAVIRUS | “Tenemos una guerra biológica que afecta a la economía y a la psicología de las personas, con un impacto importantísimo en la sociedad”

/El Digital de Albacete/

El director del Instituto Cardiovascular del Mount Sinai Medical Center de Nueva York y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III de Madrid, Valentín Fuster, ha avisado de que “nadie sabe” si la vacuna contra el Covid-19 va a prevenir la recurrencia, y ha asegurado que “va a ser solo otro estadio”.

Fuster se ha pronunciado así su conferencia digital sobre ‘Salud Global y Liderazgo’, organizada por el Aspen Institute España dentro de su formato Aspen Ideas, y que ha sido presentada por presentado por el presidente de la organización, Javier Solana.

Allí, y respecto a la pandemia del COVID-19 y tras describir de forma muy gráfica los distintos estadios de la enfermedad, Fuster ha comentado que, pese a su gravedad, la cosa “más simple” para que no ocurra un contagio “es el distanciamiento social”, que previene el 80% de los contagios.

Un aspecto más que ha destacado fue la alerta que ha generado en todas las personas, pero, a su vez, “el aumento de la generosidad”. “Nos hemos librado de una guerra, pero ahora tenemos una guerra biológica, con un gran problema, que afecta a la economía y psicológicamente y tiene un impacto importantísimo en la sociedad”, ha señalado.

Además, y preguntado por diferentes problemáticas derivadas del COVID-19 y su relación con las enfermedades cardiovasculares. En este sentido, Fuster ha señalado que las consecuencias psicológicas pueden afectar a las condiciones cardiacas, argumentando que lo emocional no solo afecta directamente, sino también a través de los diferentes hábitos o vicios, como el tabaco, que pueden ser dañinos para la salud.

Por otra parte, la importancia de la educación y el sistema público de salud han sido dos de los temas clave que se plantearon en el diálogo. El doctor Fuster ha dejado claro que “todas las críticas al sistema público no son al concepto, sino a cómo opera”. Por eso, y aunque ha apelado a la necesaria humildad de los científicos, ha insistido en dotar de la importancia necesaria a los trabajadores para que los sistemas funcionen.

Al mismo tiempo, el experto ha asegurado que ciencia, salud y educación son la fuerza que debe dirigir un país, no solo económicamente, sino en todos los aspectos de la sociedad. Dicho esto, ha recordado que la enfermedad cardiaca es la primera causa de mortalidad en el mundo, y ha explicado los resultados de un estudio recién publicado por la ‘Revista Americana del Corazón’, que también dirige, sobre la evolución de esta dolencia durante los últimos 30 años a partir de datos obtenidos en 204 países.

En este sentido, ha destacado que el citado estudio refleja que esta enfermedad afecta a todo tipo de personas entre 30 y 70 años, que China, India, Rusia, Estados Unidos e Indonesia son los países que encabezan el ranking y que su incidencia se ha duplicado entre 1990 y 2019.

En cuanto a las principales causas que provocan estos datos, ha señalado el aumento y el envejecimiento de la población, pero, especialmente, factores de riesgo como “la hipertensión, la dieta inadecuada, el colesterol elevado, la polución atmosférica, la obesidad, el tabaquismo y la diabetes”, por este orden.

Para hacer frente a dichos factores, ha abogado por aumentar la concienciación de la población simplificando los mensajes, encontrando las poblaciones de mayor riesgo y educando en salud desde la infancia, “porque los niños y niñas captan mucho más que los adultos”.

Finalmente, Fuster ha avisado de que es responsabilidad individual de cada persona hacer todo lo posible para prevenir la aparición de la enfermedad, no solo de los gobiernos, al tiempo que ha destacado la necesidad de financiación de las grandes organizaciones con impacto global para que puedan cumplir su papel.

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