/El Digital de Albacete/
El que fuera entrenador del Albacete Balompié, Lucas Alcaraz, hablaba en una entrevista a ‘Voces del Fútbol’ sobre su paso por el club blanco y sobre todo de las circunstancias que propiciaron su salida del Alba.
Así tras un repaso a la trayectoria profesional de Alcaraz, el entrenador reconocía que “un buen entrenador tiene que desarrollar todos los estilos del fútbol adaptándose a todos los recursos de cada equipo que dirige”. De este modo, analizaba la permanencia in extremis que lograba el Albacete Balompié durante u primera temporada al mando del conjunto manchego.
Una temporada marcada por el COVID-19, y sobre la que reconocía que “la situación previa era complicada”, ya que antes del parón producido por la pandemia el Albacete ocupaba “el cuarto puesto en la clasificación y acabamos siendo los quintos por la cola”, recordaba Lucas Alcaraz. Sin embargo reconocía durante la entrevista que “cuando iniciamos la etapa post-COVID tuvimos que adaptarnos a competir prácticamente cada tres días y al filo de la navaja”.
Así, apuntaba Lucas Alcaraz que la conseguida formaron parte del banquillo del Alba ante el Cádiz “ha sido de las permanencias que más satisfecho me han dejado por el sentimiento de dificultad”. La final ante el Cádiz en la que la balanza del Alba se decantó por la permanencia en Segunda División fue muy compleja pero pese a todo reconocía que “el equipo tenía los conceptos claros y lo que había que hacer era seguir con un nivel de activación justo”, es decir, “motivados pero no nerviosos”.
Tras lograr la salvación, el Albacete Balompié decidió renovar a Lucas Alcaraz como técnico al frente del primer equipo durante una temporada, sin embargo a los pocos meses llegó la destitución. Una salida que “fue sin duda precipitada”, consideraba el propio Lucas Alcaraz. Además apuntaba que “en el Albacete había que hacer un reajuste muy general en el sentido de que, aunque el límite salarial era alto, había dos o tres jugadores que prácticamente lo copaban”.
Ante esta situación desarrollaba que “tuvimos que apostar por una serie de jugadores de Segunda B que con las circunstancias del COVID habían dejado de jugar en marzo”. Otra circunstancia es que tuvieron que empezar a competir en agosto habiendo completado una escueta pretemporada, a la que sumaba la “lesión de Gorosito y la incorporación tardía de otros jugadores”. De este modo desvelaba que “sabíamos que el principio podía ser malo, teniendo en cuenta todas estas circunstancias objetivas”. Así, reconocía que “tampoco le doy muchas más vueltas porque al final el fútbol es como es”.