/Marta López/
“Realmente no sabemos lo que supondría psicológicamente enfrentarnos a un nuevo confinamiento”, explicaba el profesor de psicología de la UCLM, Rafael Morón, a El Digital de Albacete. Además, matizaba que “si nos volvieran a confinar de una forma parecida al mes de marzo sería bastante complicado porque nos enfrentamos a ver que lo que hemos hecho, los esfuerzos que hemos llevado a cabo no han funcionado”.
Aseguraba que tanto individual como colectivamente “hemos estado haciendo muchos sacrificios, unos más y otros menos, por lo que enfrentarnos a la posibilidad de un nuevo confinamiento sería como volver a la casilla de salida”. Esta situación, indicaba “sería muy complicada de asimilar por la población en general”.
Hacer frente y superar un confinamiento fue una situación novedosa para todos, pero “también es algo nuevo pasar un segundo confinamiento”, recordaba Rafael Morón. Así sostenía que en el caso de producirse un segundo confinamiento “es muy probable que nos encontremos con momentos de más ansiedad, estrés, y de mucha más rabia relacionada con la frustración y con la impotencia”. Además, “afectaría a nuestro estado de ánimo y supondría una gran dificultad”, reconocía.
Sin embargo, manifestaba este experto que “todo dependerá de cómo de estricto sea este nuevo confinamiento”, y es que “no es lo mismo que sea un confinamiento con las condiciones tan severas como fue el de marzo a que en en este nuevo haya algo más de libertad de movimiento”, apuntaba. Pese a todo, al tratarse de una situación a la que jamás antes nos hemos enfrentado “no sabemos con certeza si estamos preparados, pero no se trata de una cuestión de plantearnos una preparación psicológica, sino de hacerlo”, ponía de manifiesto Morón.
De este modo reconocía que de producirse un nuevo confinamiento igual de estricto al que vivimos en marzo que “no sabemos realmente cómo la población podría reaccionar a nivel emocional”. Así, aconsejaba que “es importante tener en mente que la situación es temporal y que tenemos que hacerlo cumpliendo todas las medidas que nos digan las autoridades sanitarias para que sea lo más temporal posible”. Igualmente aconsejaba “aprovechar el tiempo que permanezcamos aislados para intentar lo más activos posibles e intentar conectar, en la medida de lo podamos, con aquellas cosas que son importantes para cada uno pese a la situación en la que estemos”, y es que reconocía que “solo la idea de pensar en un nuevo confinamiento genera rabia, frustración e impotencia”.
En el caso de que el confinamiento fuese menos estricto que el anterior en cuanto a movilidad “será mucho más llevadero”. De este modo, exponía Rafael Morón que “si podemos ir a trabajar o nos dejan salir a la calle en determinadas franjas horarias el aislamiento liviano”. Por lo que propone “aprovechar al máximo estos ratos y momentos para poder hacer actividad física y estar conectados con la gente que nos permitan”, teniendo siempre en cuenta la situación epidemiológica y las recomendaciones sanitarias.
Se trata, por tanto, de tener una mira lo más optimista posible y afrontar la situación de manera responsable con el fin de mantener un buen estado anímico y contribuir a reducir los contagios y expansión del coronavirus.



