/Modesto Colorado/ Fotos: Quique García/
No dudan en coger sus cámaras fotográficas para acudir al mejor lugar posible y a la hora exacta cuando en sus redes salta la alerta de que un avión ha previsto hacer ejercicios en la base albaceteña. Se les conoce como ‘Spotters’, unos locos apasionados que, con esta práctica, aúnan sus dos aficiones: la aviación y la fotografía.
La afición por la aeronáutica de Quique García, ‘Spotter’ de Albacete, desde hace 9 años, va mucho más allá de su interés por sacar una fotografía bonita, es verdadera devoción. “Siempre me han fascinado los aviones. Fue vital descubrir que había gente en mi ciudad con la misma afición para poder compartir experiencias”, explica.
Y es que estos apasionados por la fotografía aeronáutica son felices compartiendo entre ellos sus vivencias, tanto en las redes sociales como cuando se desplazan a la Base Aérea de Los Llanos, ya que durante las esperas, protagonizan tertulias llenas de detalles técnicos de los aparatos, de sus compañías, de su historia o de los vuelos programados y se emocionan hablando de motores, turbinas, alerones o fuselaje.
En cada maniobra, en cada despegue o aterrizaje, disparan sus cámaras sin tregua en perfecta sincronía con los aviones, esperando una situación determinada o un color especial para poder fotografiarlo. “Estamos al tanto de todos los modelos y de su nacionalidad, y nuestras fotografías son como si coleccionáramos cromos, por el modelo, el número de avión o si lleva alguna decoración especial por algún motivo”, señala.
Primeros planos de las cabinas, maniobras difíciles o aviones raros que no se ven habitualmente, están entre sus logros más preciados. “Lo que más me gusta son los virajes y poder coger un buen plano de la cabina en el que salga bien el piloto. Normalmente llevan los cascos personalizados, y a través de las fotos podemos saber quiénes son, y eso es muy bonito. Lo bueno es cuando algún piloto nos saluda, o hace alguna señal. Eso es un gran logro para un Spotter”, explica García, añadiendo que también disfruta mucho en el momento que “sale el avión con la combustión a tope y logro captar el momento. También me encantan los aterrizajes a contraluz, con el sol por detrás. Hay muchas variaciones y ahí está la magia”.
El equipo base de un ‘Spotter’ consta tan solo de una cámara digital y de un buen teleobjetivo, pero cuidado, que engancha. “Cuando empecé en esto, me hice con una cámara normalilla. Poco a poco, fui viendo a los demás con sus grandes equipos y el resultado de sus fotos, y me picó el gusanillo, así que me compré una cámara mejor y un teleobjetivo mayor, y es que si te dejas llevar cada vez quieres más”, asegura.
Su objetivo es registrar el movimiento aéreo y para eso deben estar siempre preparados. Por ello se les puede ver por los aledaños de la Base Aérea de Los Llanos. “Tenemos ya nuestros sitios estudiados para poder ver bien los despegues y aterrizajes. Suelen ser por las inmediaciones de la base, cuidándonos bien de que sean espacios seguros, por la carretera de las Peñas y carretera de Murcia”, indica.
Por supuesto, si hay posibilidad de acceder a una instalación aeronáutica, estarán encantados. Es el caso de las jornadas del TLP, el prestigioso Programa de Liderazgo Táctico de la OTAN, orientado a pilotos expertos para consolidar sus capacidades en operaciones complejas, que hace de Albacete un punto de referencia. “Cuando alguna vez el Ejército nos ha abierto las puertas dejándonos estar a pie de pista, ha sido una gozada. El TLP es como Disneylandia para nosotros, está todo lo que nos gusta en un reducido espacio de tiempo”, afirma.
Lo más meritorio de esta singular afición es que, por regla general, ninguno de estos ‘Spotters’ tiene una vinculación profesional con el sector. Son enamorados autodidactas ávidos de descubrir todos los secretos de estos ‘pájaros de hierro’.
En Albacete hay alrededor de una treintena de ‘Spotters’. Quique García pone en relieve que “es una comunidad a la que nos une nuestra afición y nos llevamos todos muy bien. Es curioso porque algunos solo nos conocemos por las redes, y aunque no nos hayamos visto nunca, es como si nos conociéramos de toda la vida, ya que hablamos a diario. También tenemos mucho contacto con gente de otras ciudades, somos una gran familia”.
Durante las semanas que dura un curso del TLP, suelen disparar aproximadamente mil fotos cada tarde. Así que pueden llegar a recopilar unas quince mil fotos en ese periodo. “Tiramos muchas fotos en esos días. Una vez en casa, las descargamos en nuestro ordenador y vamos seleccionando las mejores, que luego editamos, para algunas de ellas guardarlas en nuestra colección e incluso compartirlas”, apunta.
Además de disfrutar de su afición en Albacete, muchos siguen la estela de los aviones recorriendo el mundo con sus cámaras en busca de la mejor imagen de estas sofisticadas aeronaves de combate. “A veces salimos a diferentes bases a hacer fotos, sobre todo cuando hay jornadas de puertas abiertas, o nos enteramos de que hay algo interesante”, refleja.
Forman una tribu unida y cómplice que viaja por todo el mundo tras las alas de acero, y muchos de ellos se suelen dar cita en Albacete. García considera que “el hecho de que tengamos aquí el TLP nos da mucha vida. Nuestra base es la que más movimiento de aviones extranjeros de diferentes países tiene. Cuando vienen a hacer maniobras y ejercicios de la OTAN, se pueden juntar más de una treintena de aviones y eso atrae a aficionados de todo el mundo”, concluye.
Con las tarjetas de memoria de sus cámaras llenas de grandes momentos y una gran sonrisa en los labios, los ‘Spotters’ albaceteños regresan a sus casas después de cada jornada, satisfechos y con la esperanza de volver pronto a ser los fotógrafos del cielo de la Base Aérea de Albacete. Misión cumplida.
