/Marta López/
La calle Ancha es una de las vías más emblemáticas de Albacete. Es sin duda una de las principales arterias que bombean el corazón de la capital albaceteña y está conformada por las calles Tesifonte Gallego y Marqués de Molins.
Emblemáticos edificios resisten a los envites del tiempo en esta céntrica calle de Albacete, algunos en mejores condiciones de conservación que otros. Además, cabe destacar que varios de los edificios ubicados en la calle Ancha, en concreto, la Casa de Juan López, el Gran Hotel, la Casa Julia Gómez Alfaro y la Casa Cabot fueron declarados en febrero de 2019 Bien de Interés Patrimonial, todas ellas en la categoría de Construcción de Interés Patrimonial.
Sin embargo, y así lo han reflejado las redes sociales, no ha pasado desapercibido por muchos albaceteños las modificaciones que está sufriendo la fachada de uno de estos edificios. En concreto, se debe a las obras efectuadas en un local comercial situado en el bajo de la Casa Cabot.
De este modo, el concejal de Urbanismo y Vivienda, Roberto Tejada, explicaba a El Digital de Albacete que “la propiedad presentó su correspondiente licencia que se analizó igual que cualquier otra actividad pero el asunto es que se encuentra en el eje histórico de Albacete y que afecta a un informe previo que debemos de obtener de la Delegación de Cultura”. En este informe “sometemos a la consideración de la Delegación de Cultura que las obras que se van a acometer no solo tienen que estar correctas desde el plano urbanístico, como efectivamente lo están, sino que también tienen que ser correctas desde el punto de vista de la protección y conservación del patrimonio”, especificaba.
Así, indicaba que “nos llegó ayer la respuesta de la Junta indicando que no había ningún problema en que este local fuera destinado al uso para el que se le quiere dar y procedimos a conceder la licencia”. “El asunto radica en que el cambio estético que la gente ha podido ver en a fachada es por la retirada de una marquesina luminosa” y no “de un elemento arquitectónico”, reconocía el concejal. Por tanto, se procedía a retirar el anterior letrero del comercio instalado en este local “que no tiene nada que ver con la fachada protegida y quedando al aire la última modificación que se hizo a la fachada”, manifestaba. De este modo indicaba que “en el momento en el que se ha retirado este elemento que iba contra el Plan General y que estaba instalado con anterioridad a la protección del inmueble ha sido lo que ha podido generar alguna duda o confusión sobre que estuvieran afectando a la fachada”.
En el informe recibido en el Ayuntamiento y redactado por la propia Delegación de Cultura que indica que tras la retirada de este elemento “deberá recuperarse la alineación original de la fachada del inmueble, alterada y cubierta por la marquesina del comercio que anterior ocupaba el local de referencia, reponiendo y reparando los posibles daños en esta como consecuencia de la colocación de la misma”. De este modo será el nuevo comercio “quien deba restaurar la fachada como era originalmente, encareciendo la intervención, porque la propia Junta obliga a retirar esta marquesina que había instalada anteriormente y que no cumplía con el debido respeto al patrimonio”, explicaba a El Digital de Albacete Roberto Tejada.
Pese a todo, reconocía el propio concejal de Urbanismo que “quizá la prudencia hubiera sido esperar a obtener todas las licencias para proceder a la retirada de este elemento, pero lo que han quitado está contemplado en la propia licencia de obra”. Y es que “no se trata de un elemento protegido y tras la restauración el edificio va a quedar muchísimo mejor que estaba”.
Comercios en el Eje Histórico de Albacete
“Nosotros nunca permitiríamos que se instalasen elementos que dañen nuestro patrimonio”, destacaba, y añadía que “está muy protegido qué tipo de cartelería, luminosos e indicadores comerciales se pueden instalar en un eje histórico como es la calle Ancha”. De este modo sostenía que “hay que favorecer que los comercios se puedan instalarse en este eje histórico de nuestra ciudad, más aún si cabe en los difíciles momentos económicos que atravesamos”.
Manifestaba que el propio Consistorio albaceteño es el “primer interesado en que se respete y no se toque el patrimonio más allá de lo que jurídicamente proceda autorizar, porque a los locales hay que darles vida”. Además añadía que “un local sin actividad es un local muerto, y más aún en nuestro eje histórico”. Así apostaba por “favorecer la instalación de actividad en este eje porque si no tenemos un verdadero problema, teniendo en cuenta que Albacete es una ciudad eminentemente comercial”.
Cumpliendo con la normativa, recordaba que “previamente a la instalación de cualquier actividad en este punto de la capital tenemos que efectuar una consulta administrativa a la Delegación de Cultura para que nos diga si hay alguna infracción en contra del patrimonio”. De este modo manifestaba que “hay que compatibilizar mucho los usos con el patrimonio porque nos preocupa tener locales mucho tiempo cerrados en el centro histórico de nuestra ciudad”, y ponía como ejemplo “Jaque o Legorburo”.
“Existen diversos edificios en este eje histórico que la responsabilidad de protegerlos tiene que ir combinada, si podemos, con la compatibilidad del ejercicio de alguna actividad económica, siempre valorando que está por delante la protección del patrimonio”, concluía Roberto Tejada.
Casa Cabot
La joya de Marqués de Molins es la Casa Cabot, obra que llevó a cabo Miguel Ortiz en 1922, y que junto a la Casa de Julián López equilibran y articulan toda la manzana. Cabe destacar de este edificio la gran cúpula azul con un águila desplegando sus alas y dos carteleras con las iniciales del que fuera alcalde de la ciudad y quien costeó la obra, José Cabot, que corona la edificación.
Las obras de este histórico inmueble finalizaron en 1924, y también son de una especial belleza toda la balaustrada cerrada que despliega todo un espectacular conjunto de esculturas, relieves, adornos y detalles que merecen la pena ser admirados.
