/Javier Romero/
España vive inmersa en una segunda ola de contagios de la pandemia provocada por el coronavirus SARS-COV-2, (en inglés, severe acute respiratory syndrome-coronavirus 2) que todos conocemos como COVID-19.
La provincia de Albacete fue una de las más azotadas en la primera ola, en la que el virus puso contra las cuerdas nuestro sistema sanitario y obligó al trabajo ingente de los profesionales de la sanidad. Además, según datos de los registros civiles, el virus se llevó por delante la vida de más de 1.000 de nuestros vecinos.
Mientras Madrid vive confinada bajo el Estado de Alarma, Cataluña, Navarra y Castilla y León muestran datos preocupantes y no es descartable que de seguir esta tendencia, se pueda repetir en estas comunidades lo vivido en Madrid.
Por su parte, la provincia de Albacete aguanta por el momento con buenos registros esta segunda ola, manteniendo durante las últimas semanas los hospitalizados en la barrera de los 50 y con menos de 5 pacientes con necesidad de respirador.
ROZANDO LOS 50 HOSPITALIZADOS
En concreto este viernes eran 44 los pacientes hospitalizados en cama convencional en la provincia de Albacete (31 en el Hospital de Albacete, 9 en el Hospital de Hellín, 3 en el Hospital de Villarrobledo y 1 en el Hospital de Almansa). A estos hay que sumar otros 4 pacientes que se encuentran en la UCI con necesidad de respiración asistida. Estos datos son mejores que los de la segunda semana de septiembre, por ejemplo, cuando eran 60 los hospitalizados en la provincia, por lo que se está conteniendo la presión hospitalaria.
Además, los nuevos positivos diarios no alcanzan el centenar, algunos días por debajo de los 40, siendo Albacete la provincia de Castilla-La Mancha, junto con Cuenca, que mejores registros presenta y alejada de los números de Toledo, Guadalajara y Ciudad Real, que en esta segunda ola superan los datos de Albacete.
MEDIDAS ESPECIALES
Desde que pasó el verano solo dos localidades de la provincia han visto como Sanidad ha tomado medidas especiales ante los contagios por COVID-19, la primera fue Villamalea, que fue confinada por la aparición de un brote importante. La segunda ha sido Balazote, a la que también el número de contagios obligó a adoptar medidas.
En estos momentos la situación parece estar bajo control en toda la provincia y Sanidad vigila de cerca brotes en localidades como Albacete capital, Cenizate y La Roda para conocer su evolución. Para ello es fundamental la labor de los rastreadores.
VUELTA AL COLE
En cuanto al aspecto educativo, Sanidad informaba el viernes que un total de 8 aulas de diferentes centros de Albacete capital y provincia permanecían en aislamiento preventivo.
Así, a las aulas confinadas durante los últimos días, fuentes oficiales confirmaban a El Digital de Albacete el confinamiento de un aula nueva en el Colegio Concertado José María Pemán en la capital albaceteña.
Desde que diera comienzo el curso escolar el pasado mes de septiembre, el pasado martes, 6 de octubre, fue el primer día en el que no se produjo el aislamiento preventivo de ningún aula de centros docentes en Albacete tal y como confirmaban fuentes oficiales a El Digital de Albacete.
Así, recordamos que permanecen en aislamiento preventivo dos aulas del Colegio Miguel Hernández de La Roda, un aula del Colegio Escuelas Pías, un aula del Colegio Concertado Diocesano, un aula en el Colegio Concertado José María Pemán de Albacete capital, y tres aulas confinadas en el CEIP Benjamín Palencia en Barrax. Se trata de un total de 8 aulas confinadas de las cerca de 3.500 con las que cuentan los centros educativos de la provincia de Albacete.
QUEJAS ANTE LA NO LLAMADA DE LOS RASTREADORES EN LAS “AULA BURBUJA”
En el debe se encuentra el escaso seguimiento que se realiza en las conocidas como “aulas burbuja” a los compañeros de los casos positivos. Son numerosas las quejas de padres de alumnos de infantil con los que nadie contacta tras el positivo de un compañero y el aislamiento de la clase. Los niños regresan al aula 10 días después sin haber sido sometidos a pruebas, no conociendo así si hay algún positivo asintomático entre los niños de la clase que había sido confinada.
LLEGA EL FRÍO Y LA GRIPE
Ahora la duda de los expertos está en el comportamiento del virus durante los meses más fríos del año y su convivencia con catarros comunes y la temida gripe. Desde este domingo las temperaturas bajarán hasta 10 grados, con lo que se abre un nuevo escenario del que Sanidad estará muy pendiente para detectar cualquier variación en la tendencia que implique la activación de los planes de contingencia establecidos.
RECOMENDACIONES
En caso de tener síntomas leves de Covid-19 las recomendaciones generales a la población son:
Quedarse en casa.
Solicitar cita telefónica con su médico.
Vigilar su estado de salud.
Medirse la temperatura.
Tomar antitérmicos habituales.
Extremar las medidas de higiene.
Evitar el contacto con las personas con las que se convive para evitar el contagio.
Es esencial extremar las medidas de higiene principalmente con el lavado de manos con jabón o gel hidroalcohólico, mantener una distancia de seguridad de, al menos 1,5 metros, el uso obligatorio de la mascarilla, además de taparse con el codo al toser o estornudar, usar pañuelos desechables y desinfectar las superficies de uso común.
NO TODO ES CORONAVIRUS
Pero el COVID-19 no es la única amenaza para nuestra salud. Las diferentes patologías que habitualmente sufren los ciudadanos se han visto en muchos casos acentuadas ante el aumento de los plazos para la atención sanitaria o la “consulta telefónica” en Atención Primaria, un hecho que también ha levantado fuertes críticas entre pacientes y profesionales de la salud. “Un diagnóstico por teléfono no es Medicina”, señalan los que sufren en sus carnes esta realidad y ven como tan solo una llamada, cuando les contestan el teléfono, es toda la consulta posible con su médico de cabacera.
Sin esperar a que pase esta pandemia las listas de espera diagnóstica y quirúrgica continúan albergando pacientes que requieren de una operación o un diagnóstico a una enfermedad que no espera. Sin duda este es otro de los daños colaterales más potentes que está dejando el COVID-19.
