/El Digital de Albacete/
El jurado popular ha declarado culpable por unanimidad de los delitos de asesinato y allanamiento de morada al acusado de matar a cuchilladas a su excuñada en Albacete en junio de 2018.
Según el veredicto, queda «más que acreditada» la alevosía y el enseñamiento en el asesinato, por lo que la pena de asesinato deberá imponerse entre 20 y 25 años.
El jurado no considera probado que en el momento de los hechos portara una máscara para ocultar su identidad, que intentara tapar la boca de la víctima ni que en la noche anterior hubiera tomado alcohol y pastillas en grandes cantidades, del mismo modo que no encuentra evidencias de que abusara de benzodiazepinas ni de que tuviera afectada su capacidad cognitiva.
El Ministerio Fiscal pedía en su escrito de acusación 25 años por el delito de asesinato y dos más por el de allanamiento de morada. Consideraba probado que el acusado, sobre las 6.00 horas del 4 de junio de 2018, salió de su domicilio en Albacete para dirigirse a la casa de su excuñada, con actitud decidida de acabar con su vida, motivo por el cual salió a una hora tan temprana y llevando consigo una mochila con utensilios necesarios para llevar a cabo su plan.
Se declaró culpable y alegaba haber mezclado alcohol con medicamentos
El juicio se inició el pasado viernes con la declaración M.R.G., acusado de acabar premeditadamente con la vida de su excuñada A.B.N.L., en 2018 en la ciudad de Albacete se ha declarado culpable de los hechos y ha reconocido que fue él quien asesinó a su excuñada, limitándose a responder a las preguntas de su abogada defensor acogiéndose así al derecho de no declarar.
Así por tanto, tras declararse como culpable de los hechos, a las preguntas de su abogada, durante el juicio que se inició viernes en la Audiencia Provincial de Albacete, el acusado ha relatado que se acuerda de lo que sucedió «por desgracia», aunque señala que «no totalmente».
Según su declaración, el acusado ha narrado que «no había dormido en toda la noche», algo que llevaba haciendo los meses anteriores mientras bebía y mezclaba el alcohol con medicación.
Una rutina que, según ha expuesto, comenzó desde la separación con su mujer teniendo en su domicilio pastillas pautadas por los doctores puesto que, antes de cumplir los 17 años, el acusado ya había sido diagnosticada de un trastorno mental por los servicios de Salud Mental del Hospital General de Albacete.
La medicación no se la había tomado durante los años de casado por lo que «estaba acumulada porque antes de la separación no las consumía» fue después, con su separación cuando, considera que perdió «un poquito el norte».
RELATO DEL ACUSADO
Según ha señalado el acusado a preguntas de su abogada, salió de su domicilio a las 06.00 horas de la mañana dirigiéndose «directamente» a casa de su excuñada sin saber la intención que llevaba. «Llevaba machetes, guantes, una cinta de celofán ancha, un destornillador», ha reconocido, asegurando que la mochila en la que portaba estos utensilios la llevaba «todos los días» sin saber con qué intención.
Aunque ha asegurado que no sabía el piso dónde vivía la víctima, supuso cuál era el piso porque escuchaba la televisión, en ese momento esperó en la puerta a que ella la abriese, procediendo seguidamente él a empujarla hacia adentro: «estuvimos forcejeando», ha señalado, añadiendo que fueron «incluso varios minutos».
En la reconstrucción de los hechos, el acusado ha expuesto que la víctima llegó a salir del domicilio «al descansillo» y cuando salió la cogió del pelo y la echó hacia dentro, cayéndose los dos en el suelo, él boca arriba y ella encima de él de espaldas.
«Ella no paraba de gritar» y fue en el momento en el que él empezó a escuchar golpes cuando reconoce que se puso «nervioso» y sacó el cuchillo «pequeño» que tenía en el bolsillo derecho, en esos momentos sabe que la puerta se cerró aunque no sabe si porque la cerró él o ella.
Según ha confesado, su intención no era apuñalar «en ningún momento» a su excuñada, pero al escuchar golpes de fuera sacó el cuchillo. Asimismo, ha aseverado que su estado era de «ira prácticamente» y además señala que hay momentos que no se acuerda considerando que tuvo que tener «algún brote» ya que no llega a comprender lo que hizo.
Recuerda que la apuñaló en la espalda «seis o siete veces» y que después de este acontecimiento, ella «ya no gritaba», asegurando que «estaba fuera de sí», procediendo él a arrastrarla por la cocina, reconociendo que ella seguía viva.
Fue en esta habitación de la casa cuando él reconoce que le dijo que no la iba a violar y que seguidamente sacó un machete de la mochila, a pesar de que no recuerda «tantas puñaladas» como se recoge en el escrito de la Fiscalía. «En ese momento no tenía ninguna comprensión», ha señalado, y confiesa que no puede poner excusas a lo que ha hecho y que no puede justificar lo que ha hecho.
SE ENCONTRÓ A SU EXSUEGRO
Tras lo sucedido en el domicilio, el acusado señala que cuando él se fue de la casa, su excuñada ya se encontraba fallecida, asegurando que la máscara de ‘Scream’ se la puso al marcharse del domicilio de la víctima, quitándosela al llegar a la puerta del edificio.
Al salir de la vivienda, según ha detallado, no se dio cuenta de lo que había hecho y después de 45 minutos «dando vueltas», se encontró al padre de la víctima parándose a hablar con él. Su exsuegro le recriminó que estaba muy nervioso últimamente y le pidió que no llamara más, asegurando que la conversación no fue «en ningún tono amenazante».
Seguidamente, se fue a su casa para cambiarse de ropa y sacar todo lo que llevaba en la mochila y tras quemarse una camiseta y tirarla al sofá, se puso nervioso y se fue a casa de una amiga –quien no se encontraba en el domicilio–, por lo que estuvo hablando con la compañera de piso de ella a quien le explicó que se había producido un incendio en su casa y, como ésta se tenía que ir a trabajar, él se fue al parque Abelardo Sánchez «a llorar».
SEPARACIÓN DEL MATRIMONIO
Según ha confesado el acusado a preguntas de su abogada, la separación con su mujer fue «atípica», señalando que hubo un problema con sus padres con los que ella «se llevaba muy mal» puesto que les reprochaba que durante quince años no habían estado con ella al haberse quedado embarazada de su primer hijo con 18 años.
Después de 15 años «sin buscar a su hija ni a sus nietos», y tras la muerte de su hija de 7 años y de sus padres, según ha relatado, él quería que sus otros dos hijos «tuviesen a sus abuelos» a pesar de que su mujer estuviese «muy dolida». Al final, según ha relatado, terminó convenciéndola para hablar con sus padres y aunque al principio «la relación iba bien», después, como consecuencia de la relación con sus cuñadas «desembocó en la separación».
Asimismo, ha expuesto que él «fantaseaba por las noches con hacer algo, con hacerme algo», ha manifestado asegurando que días anteriores al suceso estuvo en el hospital «rogando» que le ingresaran porque «no podía más» produciéndose en una ocasión el ingreso.
TERRIBLES CARTAS DESDE LA CÁRCEL A SU EXSUEGRO
La Audiencia Provincial de Albacete acogió este lunes la segunda sesión del juicio contra el hombre que el pasado viernes en la primera sesión confesó que había sido el autor del asesinato de su excuñada el 4 de junio de 2018. Una segunda sesión en la que el padre de la víctima ha manifestado que la mañana del suceso, tras el encuentro que tuvo con el acusado en la calle, no observó que este fuese «borracho» como indicó en su declaración el hombre.
Una jornada que comenzó a puerta cerrada, que posteriormente, a las 10.20 ha pasado a ser pública y en la que han declarado varios testigos y familiares de la víctima, reconociendo estos últimos que la relación con el acusado «no era buena».
El primero en declarar ha sido el padre de la víctima, quien ha señalado que la noche de antes había estado cenando con su mujer y con su hija y que después de cenar la dejaron en su casa puesto que vivían en la misma calle.
A la mañana siguiente, la madre de la víctima había quedado con ella a las 12.00 horas para acompañarla a una cita médica y tras esperarla y ver que no lograba localizarla y que en su trabajo le habían indicado que esa mañana no había ido, llamó a su marido para avisarle de que no conseguía localizarla y el matrimonio decidió ir a la casa de su hija.
Sobre las 13.00 horas fueron al domicilio, entrando con una copia de la llave que tenían, y observaron que había sangre en el suelo y, según ha relatado el padre de la víctima, cuando abrieron la puerta de la cocina encontraron el cuerpo de su hija, procediendo él mismo a tocarle la frente dándose cuenta que estaba muerta.
Esa misma mañana, el padre se había encontrado al acusado por la calle y había mantenido una conversación con él en la que no notó «nada raro» y aprovechó para pedirle que no llamara más, recibiendo la respuesta por parte del acusado de que todos iban a parar al cementerio.
Por su parte, la madre de la víctima, tras reafirmar la versión que minutos antes ha narrado su marido, ha señalado que éste «nunca» había pegado a su nieto, como indica el acusado en unas cartas enviadas por él a su marido en las que, entre otras cuestiones, le recrimina que pegase a su hijo.
RELACIÓN DE LAS HERMANAS CON EL ACUSADO
De otro lado, ha hablado la hermana de la víctima y excuñada del acusado, alegando que desde el inicio de la relación entre M.R.G. y su hermana la relación «se fue deteriorando», y que cuando su hermana se quedó embarazada con 18 años, tras no recibir bien el que sus padres se «disgustaran» por la noticia, decidió irse a vivir a la casa del acusado donde también se encontraban los padres de este.
Ha reconocido que no había recibido ninguna amenaza de muerte, pero sí constantes llamadas perdidas cuyo objeto, según ha manifestado, eran «para molestar». Así, ha afirmado que la relación del acusado con su hermana fallecida «era la misma» y estas molestias «no eran todos los días». «El día que le apetecía molestar era el día que nos llamaba», ha expuesto.
Respecto a la relación del matrimonio, ha asegurado que su hermana lo dejó porque «en esa pareja había violencia de género», señalando que la familia no es la culpable de la separación del matrimonio. Además, señala que antes de la separación hubo un episodio en el que su hermana acabó en la planta de psiquiatría y fue desde el Hospital desde donde llamaron a una casa de acogida.
En relación a la crianza y manutención de los hijos de su hermana, ha señalado que se estaban encargando sus padres ya que su hermana y el acusado habían dejado de vivir juntos, aunque se seguían viendo y su hermana le llevaba a uno de sus hijos para que lo viese.
DECLARACIÓN DE SU EXMUJER
Por otro lado, en las declaraciones que ha dado la exmujer del acusado ha indicado que sus padres le han cuidado tanto a ella como a sus hijos «en todo momento» tras su separación y que fue en el momento en el que ella se marchó de la ciudad cuando el acusado le enviaba mensajes de que iba a hacer «una carnicería», señalando que iba a matar a algún familiar de ella.
Además, ha relatado que durante 16 años que ha estado con el acusado, ella ha estado «encerrada en una habitación» ya que no le permitía salir sola a la calle, manifestando a su vez que ni sus suegros ni su exmarido querían que fuese a casa de sus padres puesto que cada vez que tenía contacto con ellos, asegura que él la maltrataba.
A ello, ha añadido que aunque él iba al psiquiatra «nunca se tomaba la mediación» manifestando que cuando falleció su hija mayor «se intentó suicidar» pero que después no habría tenido ningún intento de suicidio, al contrario del alegato que dio el acusado el pasado viernes.
DECLARACIONES DE OTROS TESTIGOS
Uno de los vecinos del edificio en el que vivía la víctima, ha señalado que comenzó a escuchar gritos y a otra persona decirle «tranquila, tranquila» por lo que preguntó si pasaba algo desde el descansillo, sin llegar a subir al piso desde donde procedían las voces, y al no obtener respuesta decidió irse.
Otra de las testigos que según ha expuesto, habría coincidido con él en varias ocasiones junto con un grupo de gente con los que se relacionaban, ha señalado que «siempre estaba bebido» y que ella «no lo soportaba».
El día del suceso, según ha contado, se encontraba con él y con más gente en un local de juegos por la tarde y que lo encontró «raro». Sin embargo, contradiciendo la declaración del acusado, ha señalado que ese día no lo encontró borracho y que llevaba consigo «una mochila».
Esta testigo ha afirmado que el acusado «siempre estaba con el mismo tema» haciendo referencia a que su suegro le había denunciado y le había quitado a sus hijos. Por último, ha señalado que el acusado le llegó a enviar una imagen de una puerta de la casa de sus suegros y que ella no entendía el por qué.
Por último, una última testigo que fue amiga del acusado ha narrado que la misma mañana en la que el acusado realizó los hechos, se encontró con ella y le pedía que le dijese donde había un locutorio. Una conversación en la que a su parecer él «parecía normal».
Asimismo, ha relatado que él siempre le había dicho que «quería hacerles algo» a la familia de su exmujer pero que ella no se lo creía al ir bajo los efectos del alcohol por lo que decidió «no hacerle mucho caso». Además, afirma que era frecuente que él llevase consigo cuchillos.
CARTAS ENVIADAS DESDE LA CÁRCEL
En relación a las cartas enviadas por parte del acusado al padre de la víctima ya citadas anteriormente, y tras la lectura de las mismas, se ha podido escuchar como en ellas el acusado indicaba que «ojalá» no hubiese matado a su excuñada aunque por otra parte le decía: «sinceramente jódete».
Unas cartas en las que amenazaba con «enviar a alguien» para darles «un toque» en caso de que pretendiesen quitar la casa en la que vivía su hermano y que pertenecía a sus padres, pidiéndoles así mismo que dejasen «en paz» a su hermano.
Así, en una de ella relataba que él esperaba que el caso no lo metiesen en violencia machista puesto que a pesar de haber asesinado a su excuñada, podría haberle matado a él –haciendo referencia a su exsuegro–.
En referencia a sus hijos, ha señalado que «lo mejor» sería que fuesen adoptados por su hermano ya que, según relata, los padres de la madre de sus hijos no están preparados para cuidar de ellos.
Usó un machete para hacerle la sonrisa del ‘JOKER’
En la la tercera sesión del juicio, celebrada el martes, contra el hombre que el pasado viernes en la primera sesión confesó ser el autor del asesinato de su excuñada. En esta jornada, en la que han participado varios peritos, el jefe del Grupo de Homicidios ha indicado que el cuerpo de la víctima presentaba «múltiples heridas de arma blanca» y dos cortes «en los mofletes» hechos con un machete que representaban la sonrisa del ‘joker’, según ha señalado.
De los hechos, que ocurrieron el 4 de junio de 2018, los agentes policiales fueron avisados por el padre de la víctima quien, alrededor de las 14.00 horas, les avisó de lo ocurrido manifestándoles, una vez que ya se encontraban en el lugar, que el autor de los hechos podría haber sido su exyerno.
Una vez que se procedió a entrar al domicilio y ver el cuerpo de la víctima, se llegaron a contabilizar «más de cien» cuchillazos, considerando que pudo haber un «ensañamiento» y que por «varios indicios que llaman la atención» como «alguna gota de sangre en el exterior del inmueble», mantuvieron la hipótesis de que los hechos podían haber ocurrido en la entrada de la vivienda, siendo un ataque «sorpresivo».
Tras varias gestiones por parte de las distintas áreas de la Policía Nacional, observaron que esa misma mañana en la casa del sospechoso se había declarado un incendio, algo que según ha señalado uno de los agentes, en una ciudad como Albacete, no es muy común que se den dos sucesos de ese alcance en la misma mañana.
Así, procedieron seguidamente a hablar con el círculo cercano del acusado y tras la declaración de dos de sus amigas, todo cabe indicar, según dicho agente, que habría habido una preparación y un ataque sorpresivo cuando la víctima abrió la puerta.
Tras tomar declaraciones a los padres de la víctima y al ámbito vecinal, los agentes descubrieron tras hablar con un vecino que a las 7.00 horas de la mañana se escucharon «fuertes golpes» en el domicilio de la víctima y una discusión.
NO MOSTRABA SÍNTOMAS DE ESTAR BEBIDO
Finalmente se procedió a realizar una «pronta detención» al comprobar que todas las declaraciones de los testigos señalaban al actual acusado, mostrándose el mismo con «arrepentimiento» y declarando los hechos con un lenguaje coherente, por lo que según ha recalcado el agente, el acusado no mostraba síntomas de estar bebido.
De otro lado, otro de los agentes ha señalado en su declaración que había «bastante sangre desde la entrada hasta la cocina» y que en relación al inmobiliario estaba «todo intacto», pareciendo así que «no había pasado nada» de no ser por la sangre.
Mientras, otro de sus compañeros que intervino en la detención del acusado sobre las 18.45 horas ha afirmado que el acusado se encontraba «solo» en la puerta de unos recreativos de la ciudad. Asimismo, ha indicado que el acusado además de llevar consigo un cuchillo y una mochila, entre otras cosas, también llevaba un álbum con fotos familiares en las que aparecían su exmujer y sus hijos.
Por otra parte, otro de los testigos que estuvo presente en las declaraciones del acusado ha manifestado que lo encontró «muy sereno, muy normal», apreciando daños en un dedo de la mano izquierda que no requirió de cura.
DOS MOCHILAS, CINCO ARMAS BLANCAS Y UNA CARETA DE ‘SCREAM’
De su lado, el jefe del Grupo de Homicidio ha señalado que en la investigación se procedió a recoger dos mochilas, una que el acusado habría llevado hasta el lugar de los hechos y otra que llevaba consigo en el momento de la detención.
En la primera mochila, el acusado llevaba un machete y un cuchillo –arma que no llegó a utilizar–, además de un cuchillo en el bolsillo de su pantalón, encontrándose en el momento de la investigación uno de los cuchillos en uno de los cajones de la cocina. En la segunda mochila llevaba un machete distinto y un álbum de fotos citado anteriormente, además de un cuchillo en su pantalón.
Asimismo, ha señalado que en el contenedor en el que el acusado había tirado la mochila y varias bolsas, se encontraron ropa con sangre, un destornillador doblado, una sudadera de ‘Scream’ y una máscara también del mismo juego, y un machete con el que le corta el cuello.
INSPECCIÓN DE LA CASA DEL ACUSADO
Por otra parte, como ya indicó el acusado en su declaración el pasado viernes, 2 de octubre, según han incidido varios agentes, coincidiendo en sus declaraciones, se realizaron dos inspecciones en el domicilio del acusado, siendo el primero por el incendio y el segundo al descubrir que podía ser el posible autor del asesinato de su excuñada.
En este domicilio, se encontró humo por el incendio dado así como alguna botella de alcohol y botes de medicina y unos guantes de látex que podría haber usado en el crimen.
Asimismo, y como ha indicado el último agente en testificar, la medicación se encontraba en un armario y además observaron que había un juego de cuchillos al que le faltaban dos, extremos que les pareció «curioso» y que posteriormente completaron con el cuchillo que llevaba el acusado en el momento de la detención y con el que se encontraron en un cajón en la cocina de la vivienda de la víctima.
MÁS DE 100 PUÑALADAS
En la cuarta sesión del juicio contra el acusado de asesinar a su excuñada, celebrada el miércoles, los médicos forenses que se encargaron de examinar el cuerpo de la fallecida han confirmado que presentaba más de cien cuchilladas, siendo «las más graves» las concentradas en el tórax y abdomen.
Según han señalado, todas las cuchilladas estaban «muy cerca» del perímetro perimortal, es decir, estaban «muy cerca de la muerte», siendo la causa de la defunción la insuficiencia respiratoria y shock hipovolémico, y como causa fundamental un traumatismo torácico abdominal por arma blanca.
Además, han destacado que en el examen interno de la cabeza de la víctima, esta presentaba un infiltrado hemorrágico que pudo haber sido derivado de un golpe en la cabeza al haber caído al suelo. Asimismo, han añadido que como consecuencia de todas las heridas provocadas, la víctima «tuvo que perder el conocimiento en algún momento» antes de la muerte.
Seguidamente, tres peritos que pertenecen al Servicio de Criminalística han señalado que las heridas producidas en el cuerpo habrían sido con arma blanca de hoja «muy afilada», destacando que las del tórax se habrían hecho con un arma blanca con un ancho de hoja de aproximadamente 24 milímetros.
Son «muchas las soluciones de continuidad que se han observado» y todas las heridas presentaban unas características «comunes», según han señalado, aunque han recalcado que no pueden descartar que se utilizase más de un arma.
Asimismo, han expuesto que en las uñas de las víctimas aparecían fibras que no pertenecían a la ropa que llevaba en el momento del suceso, aunque tampoco pueden confirmar que dichas fibras pertenezcan a la ropa del acusado.
Por otra parte, han declarado dos facultativos del Servicio de Química que pertenecen al Instituto Nacional de Toxicología, quienes han descartado que la víctima muriese por la toma de sustancias puesto que las muestras de sangre dieron negativo.
HERIDAS PRODUCIDAS PRÓXIMAS A LA MUERTE
De otra parte, dos facultativas de Histopatología han destacado que en el análisis que realizaron pudieron observar hallazgos histológicos que a pesar de no ser «demasiado llamativos ni evolucionados» se estima que se produjeron en un momento «próximo a la muerte».
Asimismo, han detallado que las lesiones producidas en pulmones y corazón son de «características vitales», lo que quiere decir que la víctima «estaba viva» en el momento en el que se produjeron. Mientras que el resto de heridas, como las que la víctima presentaba en el cuello, no se han podido concluir que fuesen «de signo vital», por lo que no han podido precisar si la víctima estaba o no viva.
Por último, han concluido exponiendo que aunque no pueden determinar el momento exacto en el que la víctima falleció, sí que consideran que habría sido en un periodo de tiempo menor a una hora.
En otro orden de declaraciones, una técnica del CNC y un facultativo del técnico de Policía, han señalado que tanto en el machete, como teléfono móvil y guantes de látex habrían encontrado ADN de la víctima. A ello, han sumado que en el machete se encontraron restos biológicos que pertenecían al acusado.
Por último, han detallado que la máscara que habría llevado el acusado se habría encontrado mezcla de perfiles genéticos que pertenecen a la víctima y al acusado, así como en la ropa analizada.
ANÁLISIS DE SALUD MENTAL
Por otra parte, también han declarado peritos del ámbito de la salud, dos en salud mental, quienes han expuesto que examinaron al acusado dos días más tarde del suceso. Una entrevista en la que el acusado no transmitió emoción de estar «preocupado» mientras relataba los hechos con «frialdad», aseverando que lo que le preocupaba era «la repercusión que iba a tener en su vida» lo sucedido.
Asimismo, se ha señalado que el acusado acudía a revisiones médicas desde 2002, aunque las visitas eran irregulares y la toma de medicación que tenía que tomar también lo era. Unas revisiones que tras la defunción de seres queridos y tras realizarle un análisis se concluye que el acusado padece «trastorno de la personalidad no especificado».
Un trastorno que no le incapacita para saber «lo que está bien y lo que está mal», siendo capaz dirigir su conducta en la dirección deseada, por lo que es una persona «capaz de reconocer» los hechos que realiza en cada momento.
ESCRIBIÓ A SU HERMANO ANTES DE LOS HECHOS
De otro lado, la médica psiquiatra que realizó al acusado una entrevista un año más tarde de los hechos y que duró una hora y cuarto aproximadamente, ha detallado que según el acusado, antes de realizar el crimen le había escrito a su hermano avisándole de que iba a matar a su excuñada y este le respondió que de recibir otro mensaje así avisaría a la policía.
Como perito psiquiatra, considera que tras la evaluación del estado de salud mental del acusado y tras el análisis de diversos informes sobre su estado de salud, considera que el acusado era capaz de actuar «con entendimiento». Asimismo, durante la entrevista consideró que por los detalles que iba relatando el acusado presentaba un nivel de atención «alto».
Por último, como último perito en declarar ha estado presente en la sala la médica del centro penitenciario quien ha señalado que desde octubre-noviembre de 2019 ella «siempre» le ha visto con «buena conducta», habiendo observado una evolución en él y un «mantenimiento de la conducta, más integrado, más colaborador».
PIDE PERDÓN
En la sesión de la tarde, el acusado de matar a su excuñada a cuchilladas en junio de 2018 en Albacete ha pedido perdón a la familia de la víctima, a sus padres, ya fallecidos, a sus hijos y a la sociedad en general en su derecho a la última palabra durante la última sesión del juicio con jurado que se ha celebrado en la Audiencia Provincial. «Ojalá estuviera muerto yo y no ella», ha manifestado explicando que lo que hizo «no tiene justificación ninguna» por lo que se ha encomendado al jurado y a la Justicia porque «por mucho que haya pasado, nadie puede tomarse la justicia por su mano. Lo que he hecho no es el mejor ejemplo».
Pero antes de hacer estas manifestaciones que, según sus palabras, «es lo que esperaba todo el mundo que dijera», ha querido usar su derecho a expresarse por última vez para «aclarar» una serie de cosas que se han dicho durante el juicio.
Así ha contradicho las afirmaciones del fiscal y de la acusación particular que lo han acusado de «buscar eximentes» de su crimen. Si él buscara quitarse condena, ha asegurado, hubiera limpiado la escena del crimen y hubiera huido, y no fue así, ha añadido.
Se ha mostrado dolido por la manera en la que han quedado retratados sus padres durante el juicio porque «no se pueden defender» al estar fallecidos y ha ironizado con la falta de empatía que le han atribuido los peritos. También ha insistido que solo se puso la careta para salir de la vivienda tras cometer el crimen.
Una aclaración surgida de la decisión de la Fiscalía y de la acusación particular de incluir en sus calificaciones definitivas la agravante de disfraz, ya que consideran probado que el acusado se puso la careta del asesino de la película de ‘Scream’ durante el momento que mataba a su excuñada. Una afirmación que ambas partes han basado en los resultados de las pruebas de AND y de la declaración de los peritos.
NO HACEN FALTA CIEN CUCHILLADAS
Así ambas acusaciones han considerado que ha quedado probado que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato en los que la alevosía y el ensañamiento están corroborados ya que según las palabras del fiscal «no hacen falta cien cuchilladas para acabar con la vida de nadie».
Para este la muerte de la excuñada fue de forma alevosa, sorpresiva y evitando cualquier defensa y con ensañamiento, aumentando de forma deliberada, consciente y totalmente gratuita un dolor innecesario para conseguir el fin que el acusado pretendía desde el primer momento.
Además de considerar demostrado el delito de allanamiento de morada por el que también piden condena.
Además tanto la Fiscalía como la acusación particular han querido desmontar los argumentos de la defensa, que ha cambiado su calificación provisional considerando que los hechos son constitutivos de un homicidio confesado con los atenuantes de enajenación mental afectado con la influencia del alcohol y pastillas y la de la confesión, «ya que ha colaborado con el esclarecimiento de los hechos». Para ello pide penas de entre cinco y seis años, según se consideren estos atenuantes, y no reconoce el delito de allanamiento de morada, como solicitan las acusaciones.
La letrada de la defensa ha considerado que han quedado acreditados los problemas mentales y el consumo abusivo de alcohol y pastillas de su defendido a raíz de la «traumática separación de su mujer y sus hijos, que no ha podido superar».
SE LE FUE DE LAS MANOS
Ha explicado que su representado ha confesado que no llevaba la intención de matar a nadie, tal y como han presentado las acusaciones, que solo quería hablar con su excuñada y «se le fue de las manos». Ha alegado un trastorno de la personalidad que sufría desde la adolescencia a lo que se unió que no había comido nada en tres días, un consumo abusivo de alcohol y pastillas y falta de sueño. Además de una animadversión mutua con la familia de su mujer.
Para la defensa no hay que confundir la alevosía con el abuso de la superioridad y ha defendido la colaboración prestada por su defendido desde el momento que fue detenido, a pesar que tanto el fiscal como el abogado de la acusación particular no ven tan clave la colaboración del acusado para resolver el crimen. «No tiene ánimo de confesar nada sino que su intencionalidad fue preocuparse de lo que le iba a pasar y ocultar el crimen», ha afirmado el letrado de la acusación particular.
Por otro lado, las acusaciones se han agarrado a los informes de los peritos sobre la situación mental del acusado ya que según estos tiene «plenamente conservadas sus facultades mentales».
El fiscal ha pedido justicia para la víctima, «una mujer de cuarenta años que estaba tranquila en su casa, que su único pecado es ser hermana de la exmujer y que cuando salía tranquilamente fue abordada, sin darle oportunidad de defensa se abalanzó sobre ella y le dio más de cien puñaladas».
Por su parte la abogada del acusado ha defendido que este reconoció los hechos y por tanto la pena. Ha solicitado al jurado que se ponga en el lugar de su defendido, que tengan «sentido común» y que solo se fíen de lo que han visto durante el juicio y, si tienen alguna duda, que favorezcan al acusado.