/Marta López/
La familia de una joven de 23 años reclama “justicia” tras su fallecimiento después de dar a luz a su tercera hija en el Hospital de Albacete. En concreto, apuntan que una presunta «negligencia médica durante el parto” pudo ser la causante de la muerte de esta joven albaceteña.
El marido de la joven fallecida relataba a El Digital de Albacete cómo sucedió todo. Así, explicaba que su mujer “se quedó embarazada dos años después de dar a luz a la última de nuestras hijas a través de una cesárea”. “Durante los 9 meses de embarazo ha hecho todas sus revisiones y los médicos decían que estaba todo bien”, indicaba, e “incluso le hicieron tres veces la PCR para asegurarse de que no tenía COVID y dio negativo todas las veces”.
La joven se puso de parto durante “la madrugada de ayer y nos fuimos al Hospital”, manifestaba. Ya en las dependencias hospitalarias y tras una primera revisión “el médico nos dijo que había dilatado cuatro centímetros y nos pasaron a una sala de espera porque le hicieron una nueva PCR”. Cuando les dieron el resultado negativo de la prueba “había dilatado un centímetro más y como no tenía contracciones muy seguidas por lo que no le quisieron poner la epidural”, sostenía.
“Volvimos a la habitación y al rato empezó a tener dolores y contracciones muy fuertes”, relataba. Así, el equipo sanitario que la atendía comprobó “que tenía contracciones cada minuto, pero no pudieron ponerle la epidural porque ya había dilatado más de 9 centímetros y el parto era inminente”.
El parto fue natural y muy rápido. Tras el alumbramiento “le cortaron el cordón umbilical y le dieron a nuestra hija en brazos”, explica el marido, quien añade que “Se encontraba bien y decidió llamar con el móvil a su madre para darle la noticia y decirle que estaba todo bien”, relataba el viudo a El Digital de Albacete.
“Entonces la muchacha que había asistido el parto, en vez de hacer lo que habían hecho en el anterior embarazo de ir tocándole la barriga para poder sacar poco a poco la placenta, la sacó de golpe, sin mirar que la placenta podría haber estado pegada a una cicatriz de una anterior cesárea”, explicaba. En ese mismo instante “mi mujer no empezó a sangrar pero la desgarraron por dentro, tenía una hemorragia interna y los médicos no se daban cuenta”.
Manifestaba que “le miraba la cara a mi mujer y le estaba cambiando por momentos”, por lo que decidió trasladarle su inquietud a los médicos. “Le cambió el color de la cara y los labios se le pusieron grises y sabía que no era síntoma del agotamiento por el parto”, subrayaba. Finalmente “mi mujer empezó a convulsionar y se la pasaron al quirófano”, tras dos horas a la espera de saber como evolucionaba su mujer “me dijeron que estaban intentado salvarle la vida”.
El personal médico le trasladó que “analíticamente estaba bien y que clínicamente había pasado de estar muy grave a estar estable dentro de la gravedad y la trasladaban a la REA”. Sin embargo, tras esta conversación “me llamaron por teléfono porque había empeorado y cuando llegué ya estaba muerta”.
“No quiero nada para mí, lo único que quiero es que se haga justicia porque me han quitado a mi mujer con 23 años”, manifestaba. Además adelantaba a El Digital de Albacete que “ya tenemos la carta de denuncia” para poner en conocimiento de las autoridades lo ocurrido y que inicien las pertinentes investigaciones.
Puestos en contacto desde El Digital de Albacete con el SESCAM, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha ha declinado realizar algún tipo de declaración sobre este caso.
