/Redacción/
Un depósito de en torno a 50.000 litros de una bodega de Villamalea ha dejado una atípica imagen y un tremendo pesar entre los integrantes de la bodega y los agricultores, que observaban desalmados como parte de su trabajo de todo un año se iba al garete en apenas segundos convertido en un río de mosto.
En plena época de vendimia y con las bodegas y cooperativas a pleno rendimiento no es raro que surjan averías entre la maquinaria, pero no es normal ver como tal cantidad de lo que estaba llamado a convertirse en vino queda desaparramada en mitad de La Manchuela.
Un fallo, en el que se trabaja para conocer su procedencia, ha sido el causante de tal desaguisado y tras el ‘reventón’ solo quedaba mirar atónito los hechos y esperar a que todo el contenido del señalado depósito se vertiera y perdiera por la explanada de la bodega en su totalidad.
La vendimia no cesa y Villamalea seguirá recogiendo los frutos de unas viñas trabajadas con esmero durante todo el año, para seguir convirtiendo en placer para el paladar el trabajo de unos agricultores que tardarán en olvidar lo sucedido y que cruzan los dedos para que no se vuelva a repetir.
