/Redacción/Fotos: Diócesis de Albacete/
Hace tan solo unos días la albaceteña María Ángeles Lara recibía los votos perpetuos como Hermana de la Consolación. La celebración se llevó a cabo en Brasil donde esta joven albaceteña está destinada desde hace unos años como misionera.
“Suele decirse que con el paso del tiempo se acaba el fuego en una relación”, explicaba Lara. Manifestaba que “es cierto que el amor se va haciendo más maduro y sereno, pero el amor siempre es apasionado” y así es como “estoy viviendo este momento de mi vida”, indicaba.
Han pasado varios años desde que esta albaceteña se consagró como hermana de la Consolación y desde entonces ha llenado su vida infinidad de “experiencias, personas, situaciones, dificultades y sorpresas”. Pese a todo reconocía que “ese amor primero no ha desaparecido, sino que ha ido madurando a través del conocimiento íntimo de Jesucristo y de mí misma”.
De este modo expresaba que este era el momento de dar “un sí definitivo y con la alegría serena que el Señor me está regalando especialmente en este último tiempo”. Así, manifestaba su deseo de “entregar mi vida, pese al paso de los años, con un amor apasionado a Dios y a los hermanos más necesitados”.
Este deseo y compromiso de María Ángeles Lara fue celebrado ente toda la Iglesia el pasado 9 de agosto en Brasil, donde esta albaceteña fue enviada en misión hace unos años. Pedía a “mis queridos paisanos albaceteños que recen, por intercesión de nuestra ‘Virgencica’ de los Llanos, por mí y por el mayor tesoro que tengo en la tierra que siempre está a mi lado: mi familia”.