/Marta López/Vídeo: @Albanestesia/
Tras 111 días ingresado, José Segovia abandonaba este lunes, 13 de julio, la UCI de Anestesia del Hospital General Universitario de Albacete. Un largo ingreso hospitalario con el que los profesionales sanitarios despedían entre aplausos al “último paciente ingresado por COVID-19” en este servicio.
En un emotivo vídeo difundido por el Servicio de Anestesia del Hospital General Universitario de Albacete con permiso de este valiente protagonista, el personal de la UCI deseaba una pronta recuperación a este paciente tan especial.
Sus hijas Elvira e Isabel relatan a El Digital de Albacete como han sido estos más de tres meses en los que su padre ha permanecido ingresado en la UCI luchando contra el coronavirus. “Nuestro padre ingresó en el Hospital de Albacete el pasado 24 de marzo tras cerca de 10 días con síntomas en casa”, explican.
De repente, “empezó a empeorar pero no tenía tos”, que era uno de los síntomas del coronavirus y finalmente le diagnosticaron “una neumonía bilateral muy grave”, explican. En un primer momento permaneció ingresado en el Hospital de Villarrobledo hasta que debido al empeoramiento de su estado de salud tuvo que ser trasladado al Hospital Perpetuo Socorro de Albacete.
“Necesitaba intubación” relatan sus hijas, y en el Perpetuo permaneció ingresado hasta que su estado de salud volvió a empeorar y se convirtió en “un paciente crítico”. Necesitaba “una traqueotomía y precisaba de cuidados especiales de otorrinos y neumólogos”, señalan, momento en el que fue trasladado hasta el Hospital General donde ha permanecido ingresado en la UCI hasta este mismo lunes.
Confiesan que “han sido días terribles”, sobre todo durante los primeros días de la enfermedad que además coincidieron con el confinamiento. Lo peor de todo era “el desconocimiento de la enfermedad”, manifiestan.
Todos los días esperaban pacientemente la llamada desde el Hospital para conocer cuál era la situación de su padre, y era “estar todo el día esperando la llamada”. José ha estado “durante meses en un estado de vida o muerte y no sabíamos si iba a pasar un día más o no”, confiesan, incluso “nos han llamado en más de una ocasión para decirnos que probablemente nos llamarían por la noche para decirnos que había pasado lo peor”.
Destacan que los sanitarios que han estado cuidando de su padre “lo han dado todo”, aún sabiendo “que no han tenido recursos y que aún continúan sin guantes y sin mascarillas”. Agradecen que pese a todo el trabajo que han tenido durante la crisis sanitaria “sacaran su lado más humano y trataran de empatizar con los familiares porque es una situación crítica en la que esa llamada diaria nos daba la vida”.
A sus 60 años, José afronta una nueva etapa en su recuperación. Un proceso largo que sus hijas reciben con “alegría e ilusión” y es que “una vez que hemos salido de la UCI es como si quisieras comerte el mundo porque si hemos podido con esto podemos con todo”.
Además, solicitan “ayuda psicológica en estos pacientes” porque se pasan muchísimo tiempo “en una habitación” y en una “situación crítica”. Pese a todo, lanzan un mensaje de “aliento y positividad a la gente que está en nuestra misma situación”, dejando claro que “lo importante es que hay que ser positivo y que en los peores momentos no hay que perder la esperanza”.
