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El magistrado del Juzgado Nº1 de Menores de Granada, Emilio Calatayud, hacía una sensata reflexión sobre los problemas que traerá consigo la crisis del coronovirus a la economía, la justicia y a la sanidad.
Junto a los agradecimientos y el reconocimiento al personal sanitario por su dura batalla en esta crisis, llega ahora el momento para la reivindicación y para pedir responsabilidades. La falta de material y el pertrechado equipamiento que han tenido que usar los sanitarios para hacer frente al coronavirus es y sigue siendo una realidad. Instantáneas de profesionales envueltos en bolsas de basura han llenado las redes sociales y copado cientos de páginas durante los últimos meses. Ahora, el Juzgado de lo Social de Teruel ha condenado al Gobierno de Aragón, al Servicio Aragonés de Salud y al Instituto Aragonés de Servicios Sociales por no proporcionar los Equipos de Protección Individual a los sanitarios de la provincia durante la crisis.
Una situación sobre la que reflexionaba en el ‘Fin de Semana de COPE’, el juez Emilio Calatayud: “Tengo dos hermanos médicos, dos cuñadas y una enfermeras, por lo que conozco bien el tema”. Así, manifestaba que “han estado y están en primera línea de batalla y no han tenido y siguen sin tener medios”, y añadía que “ahora mismo, por ejemplo va a haber una escasez de guantes de quirófano, algo que están pidiendo y la Administración no entra”.
Confesaba que ante esta situación “están todos muy desanimados”. Además, recuerda que “el empresario tiene la obligación de garantizar la seguridad del trabajo, y por tanto la Administración tiene la obligación de garantizar las medidas necesarias para el trabajo”, y añadía que “si no lo hace, se le condena”. Explicaba que la de Teruel ha sido la primera sentencia de una posible oleada de condenas que están por llegar, y subrayaba que “esto acaba de empezar”.
“Hemos tenido la crisis de esta pandemia, pero es que ahora vamos atener la crisis social y económica, vamos a tener otra crisis sanitaria y vamos a tener otra crisis judicial”, aseguraba Emilio Calatayud. En relación a la segunda crisis sanitaria a la que deberá hacer frente el Sistema Nacional de Salud, destacaba que sus hermanos son neurocirujanos en Zaragoza y Albacete y “como consecuencia de que todo se ha volcado en el coronavirus se han suprimido las intervenciones quirúrgicas”, algo que ha aumentado considerablemente las listas de espera.
“Los quirófanos han tenido que ser convertidos en UVIs porque no había, por mucho que digan los políticos”, señalaba Calatayud. Así, especificaba que “las listas de espera en Zaragoza ahora mismo tienen 2.000 pacientes esperando una intervención”, una cantidad de personas que supone una media de espera de “entre dos y tres años”. En una situación similar se encuentra Albacete, donde el magistrado aseguraba que “la lista de espera es de 1.000 intervenciones quirúrgicas, más lo que vaya entrando”, luego “la situación no se ha administrado bien”.
Al problema de las lista de espera quirúrgicas también sumaba el cierre de las consultas externas, y se preguntaba “¿qué pasa con esas consultas?”. Y es que “la vida diaria sanitaria se ha paralizado y ahora se tiene que recuperar, pero ¿cuánto se va a tardar?”, preguntaba Emilio Calatayud.
Crisis judicial
“Luego viene la crisis económica y la judicial porque todo esto se traslada a los juzgados y no hay jueces para resolver”, advertía el magistrado. Los Servicios Jurídicos del Estado no han cambiado sus estructuras pese a los constantes cambios sociales, algo que reconocía Calatayud, porque “yo llevo 40 años de juez y desde que entré en la Carrera Judicial en el 80 siempre se han pedido más medios”, pero matizaba que “no han llegado ni más medios ni más jueces”.
Ante la postura del Gobierno, que tiene la intención de crear un centenar de juzgados provisionales de cara al próximo mes de septiembre se preguntaba el magistrado “¿de dónde van a sacar 100 jueces si no hay?”. Y es que, ante el problema de las listas de espera sus hermanos le recordaban que “no puedes formar a un neurocirujano en un día”, algo que extrapolaba al problema judicial.
Así, el juez Emilio Calatayud ponía sobre la mesa que llegarán hasta los juzgados de toda España “demandas laborales, mercantiles, despidos y denuncias y querellas penales”.