/Marta López/
Nuestros mayores siempre han sido un ejemplo para todos. Ejemplo de lucha, de sabiduría, de supervivencia y de ganas de vivir que están dando ahora más que nunca en su particular batalla contra el coronavirus. Con 102 años recién cumplidos Iluminada Gallego, es otro de los rostros que demuestran la fortaleza de nuestros mayores, y es que, ha superado el COVID-19 en silencio y sin presentar apenas síntomas.
Su hija, Ángela Martínez, señala a El Digital de Albacete que lleva sin poder verla “desde el pasado mes de marzo”, como medida preventiva para evitar el contagio y la propagación del virus, ya que nuestros mayores han sido el colectivo más damnificado por la pandemia. De este modo, explica que Iluminada lleva “cerca de 7 años como residente en la Residencia de Mayores de Casas de Juan Núñez ‘La Manchuela’”, gestionada por Quirónsalud y que como medida preventiva al inicio de esta crisis sanitaria optaron por “confinarla junto a otra compañera en una habitación”.
Confiesa que la compañera que compartía habitación con Iluminada falleció, y que el director de la residencia les comunicaba prácticamente a diario cuál era la evolución de la situación y “cómo se encontraba mi madre”. Así, indica que los cambios en la residencia afectaron a Iluminada, quien “estuvo durante unos días desubicada”, ya que “las enfermeras y el personal de la residencia que entraba a su habitación vestidos con EPIs”, algo a lo que esta albaceteña no estaba acostumbrada.
“Llegó a tener unas décimas de fiebre, pero nada fuera de lo normal a los años que tiene”, subraya Ángela Martínez, y es con más de un siglo a sus espaldas y “una vida nada fácil”, Iluminada ha demostrado ser una auténtica luchadora. Hace cerca de 20 días, el director de la residencia les comunicaba a través de una llamada telefónica que Iluminada “le habían hecho las pruebas y había estado en contacto con el virus”, una llamada que preocupó a la familia. Sin embargo, el pasado viernes recibieron una inesperada noticia: Las pruebas de Iluminada arrojaban que “tenía anticuerpos, lo que quiere decir que ha pasado el virus y está inmunizada”.
Una “gran noticia” que aún están asimilando tanto sus familiares como los trabajadores de la residencia, y es que “no nos lo podemos creer”, confiesa. Además, reconoce que tras unos días desubicada, Inmaculada “ha vuelto a retomar su dinámica y se encuentra mejor”. Y es que, subraya Ángela que “no tener palabras para agradecer todo lo que el personal de la residencia está haciendo por mi madre, por mí, y por el resto de residentes”, porque “nos llaman muy a menudo para contarnos cómo está e incluso nos hacen videoconferencias para que la veamos”.
Asegura que tiene “unas ganas locas de ver a mi madre”, ya que lleva sin poder visitarla cerca de tres meses, pero es consciente de que “hasta que no nos digan no podemos ir”. Además, cuando llegue el momento del esperado reencuentro “deberemos ir a verla con las normas que nos pongan”.
El pasado 15 de mayo, Iluminada soplaba las velas de su 102 cumpleaños. Una instantánea que irradia vida, fortaleza y con la que quiere animar a todos los mayores que están siendo todo un ejemplo en los momentos tan difíciles que atravesamos.
