Condenado un cirujano estético por las secuelas a una paciente en una intervención de recambio de prótesis mamarias

El Juzgado de Primera Instancia número 88 de Madrid ha condenado a un cirujano estético por las secuelas ocasionadas a una paciente durante una intervención de recambio de prótesis mamarias.

Así consta en una sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que el juez estima parcialmente la demanda presentada por la paciente afectada e impone al cirujano y a la clínica de Madrid el pago de una indemnización de 31.118 euros, más los intereses moratorios desde la fecha de interposición de la demanda.

La afectada, de 37 años en el momento de los hechos, acudió a una clínica de estética de Madrid, en marzo de 2014, ya que se había realizado una resonancia que mostraba la rotura de una prótesis en la mama izquierda que la misma llevaba desde el año 2004. Por ello, fue citada, en fecha 1 de agosto de 2014, para someterse a un recambio de prótesis mamaria bilateral.

Según el fallo, el resultado de dicha intervención fue una mama izquierda excesivamente elevada en relación con la derecha, sufriendo dolor crónico y constante. Tras la prueba practicada, quedó acreditada “la mala praxis en el acto quirúrgico de recambio de prótesis al disecar el bolsillo para alojar la prótesis izquierda, efectuando una disección demasiado elevada en el polo superior, habiendo quedado el músculo incluido en el bolsillo, cuando el bolsillo debía quedar debajo del pectoral, por lo que se practicó una técnica quirúrgica incorrecta”.

Según la abogada Julia García Domínguez, de los Servicios Jurídicos de ‘El Defensor del Paciente’, “las consecuencias de la mala praxis por dicha técnica han sido asimetría severa con deformidad, caída del pecho grado I en la mama derecha y caída del pecho grado II con deformidad en la mama izquierda, bases de implantación asimétricas y lateralizadas, con prótesis derecha desplazada a lateral, así como distancia intermamaria de 5 cm, además de un surco submamario izquierdo 1 cm. más alto”.

Por todo lo anteriormente, la paciente requirió una segunda intervención con la que no obtuvo el resultado deseado. La defensa contraria se fundamentó en que lo que realmente había ocurrido era una contractura capsular, complicación que se encontraba reflejada en el documento de consentimiento informado, sin embargo, se acreditó que no había existido contractura capsular alguna, sino una mala posición de las prótesis.

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