El Albacete Balompié regresó el pasado viernes por la tarde a la ciudad deportiva Andrés Iniesta. Desde entonces, tres sesiones de trabajo que continuarán una vez pase mañana el día libre asignado a la plantilla.
El regreso a los campos de entrenamiento en esta fase de trabajo individual ha venido marcado por el cumplimiento estricto de un férreo protocolo destinado a luchar contra el Covid-19. Tres sesiones han sido suficientes para comprobar la nueva rutina de los jugadores.
Los pupilos de Lucas Alcaraz llegan escalonadamente a la ciudad deportiva en turnos de 12 jugadores, entrenando seis futbolistas en cada uno de los dos campos de hierba natural, manteniendo siempre más de 1,5 metros de distancia. Al llegar medición de temperatura, parking asignado y a trabajar, ya que la imposibilidad de usar los vestuarios obliga a que vengan con la ropa de entrenamiento de casa.
Cada uno tiene que estar con su balón, sin poder pasárselo al compañero, y con su propio material de trabajo, que aún así es desinfectado cada vez que se utiliza, haciendo una desinfección general cuando se cambia de turno de entrenamiento de jugadores. Al acabar, cada futbolista se limpia adecuadamente las manos, coge la ropa limpia del entreno del día siguiente convenientemente empaquetada y a casa a pasar por la ducha.
Querol y Pedro Sánchez, aquejados de molestias, son los únicos que no están pisando por ahora el terreno de juego, en el que están todos los jugadores del primer equipo más los canteranos Miguel Ángel y Fernando Navarro.
Los porteros, por su parte, han trasladado a la tarde su trabajo individual con el preparador de porteros, Carlos Cano, quien dirige la sesión individualizada de cada uno de ellos cada hora. Cano, al igual que el resto de componentes del cuerpo técnico, trabajan con mascarilla.
El equipo, tras el descanso de mañana, regresará al trabajo bajo estas mismas reglas martes, miércoles, jueves, viernes y sábado.
