/Marta López/
Historias de lucha y de superación que tienen como protagonistas a nuestros mayores siguen llegando hasta El Digital de Albacete. Gabriel Atienzar, ha demostrado a sus 92 años su gran fortaleza al vencer la guerra al coronavirus.
Batalla tras batalla, este vecino de Madrigueras ha logrado plantar cara al COVID-19 tras más de un mes ingresado en el Hospital Perpetuo Socorro de Albacete. Así, con un test negativo ha podido abandonar las dependencias hospitalarias y solo le queda hacer frente a la última batalla: pasar 15 días aislamiento domiciliario.
Su nieta, Cristina Atienzar, cuenta a El Digital de Albacete que “todo comenzó el pasado 18 de febrero cuando tuvo que ser ingresado en el Hospital General Universitario de Albacete con una grave infección en la vesícula”. Tras recibir el alta, el 22 de marzo “presentaba los mismos síntomas y fue ingresado de nuevo en urgencias, pese al riesgo de contagio que ello suponía”, y es que su regreso al hospital coincidió con el pico de casos de coronavirus.
Tras realizarle las pertinentes pruebas, “mi abuelo dio positivo en COVID-19 y lo trasladaron al Hospital Perpetuo Socorro”. De este modo indica que “los primeros días fueron esperanzadores, pero con el paso del tiempo todo fue a peor, incluso nos llamaron para decirnos que estaba muy grave y que podría morir”, apunta, debido a “una afectación grave a los pulmones con necesidad de oxígeno debido a la saturación pulmonar que presentaba”.
La de Gabriel ha sido una lucha constante llena de altibajos en los que ha demostrado su fortaleza. Una batalla que sus familiares han tenido que librar en las trincheras, lejos del campo de batalla y de Gabriel, haciendo frente a la incertidumbre. “Estábamos constantemente pendientes del móvil para tener noticias de mi abuelo y esperando a que en cualquier momento sonara para darnos la peor noticia”, manifiesta su nieta.
“Mi abuelo ha sido muy fuerte pero su recuperación también ha sido posible gracias al personal sanitario que en todo momento ha estado al pie del cañón”, confiesa. Además, recuerda “que a pesar de no poder estar nosotros con él, gracias llamadas telefónicas y videollamadas nos han hecho sentirlo cerca a pesar de la distancia”.
Ahora Gabriel está decidido a terminar con el COVID-19 siguiendo su recuperación en casa, donde le espera su mujer Adoración de 92 años. Tan solo tendrán que esperar 15 días más para volver a abrazarse y contar que a su edad fueron los soldados que vencieron la guerra a un terrorífico virus invisible.