/Marta López/
Los técnicos de emergencias sanitarias que trabajan estos días a bordo de las ambulancias del 112 en Albacete se consideran “los grandes olvidados” en esta emergencia sanitaria.
Así, explican que cada uno de estos soportes atiende “una media de entre 12 y 15 avisos al día”. Actualmente prestan este servicio un total de “cuatro soportes” en Albacete y aseguran que “todos o prácticamente todos” los avisos que atienden a diario “son de COVID-19”. Los turnos de trabajo son “siempre de 24 horas”, unas largas jornadas que se complican debido “a las bajas que tenemos que cubrir”, ya que señalan que “hay varios compañeros contagiados”. De este modo, aseguran estar trabajando “24 horas sí, 24 horas no”, lo cual “es una paliza porque las 24 horas que trabajamos estamos prácticamente sin dormir”, matizan.
“Nadie se acuerda de nosotros, es como si no existiéramos”, manifiesta este colectivo. Así reconoce que “las pocas donaciones de material que nos han hecho son de amigos y familiares”. Y es que, también ponen de manifiesto la falta de material que sufren estos técnicos de emergencias sanitarias. Explican que apenas “nos dan un puñado de guantes con los que nos tenemos que apañar todo el día y dejaron de darnos EPIS al segundo día”. De modo que “estamos teniendo que reutilizar todo el material de los equipos de protección”, algo que “no sirve de nada porque pierden calidad y no sirven”.
Para la reutilización de este equipo de trabajo “lo desinfectamos con una máquina de ozono”. Así confiesan a El Digital de Albacete que “el turno de desinfección es otro problema” ya que cuentan con dos máquinas de ozono de las que “solo una funciona correctamente”. Además, “tenemos que esperar cerca de dos horas para que llegue nuestro turno” para realizar esta desinfección, porque estas máquinas son utilizadas por “todas las ambulancias colectivas de la provincia de Albacete y también las ambulancias de Cuenca que se derivan al Hospital de Albacete”. Un tiempo de espera que aseguran “es una auténtica barbaridad”.
Material de protección que consideran “insuficiente” para realizar su trabajo, ya que son las primeras personas en atender a los pacientes antes de ser trasladado a dependencias hospitalarias. “Pasamos a las casas de gente que ya está infectada y muchas veces para moverlos nos los tenemos que pegar al cuerpo y abrazarlos”, explican, por lo que “si nuestro equipamiento no tiene una calidad mínima nuestro trabajo no es seguro”, apuntan los técnicos de emergencias sanitarias.
Tras semanas al pie del cañón y con un frenético ritmo de trabajo, el cansancio se va a cumulando, pese al ligero descenso de avisos que están recibiendo durante las horas nocturnas. Un trabajo que continúa siendo incesante de por el día, y es que “muchas veces se nos acumulan más de 7 avisos mientras estamos trabajando”. Es decir que “estamos todos los soportes ocupados y aún nos quedan más avisos pendientes de atender que los tiene el 112 y en el momento en el que nos quedamos libres directamente nos pasan otro”. De este modo apuntan que “así estamos todo el día”, algo que les dificulta y les hace prácticamente imposible hasta comer.
Aseguran estar “saturados y desbordados de trabajo” y es que “vamos encadenando aviso tras aviso, y no cubrimos solo Albacete capital sino que también vamos a Chinchilla, Pozocañada, El Salobral, Balazote, La Gineta o La Roda”, explican. Una situación crítica a la que cabe sumar el hecho de que “ni siquiera nos hacían las pruebas del COVID-19”, cuando por el contrario se las realizan a otro personal que también está en la primera de batalla como son los técnicos de emergencias.
