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104 años no se cumplen todos los días y un cumpleaños tan especial se merece una celebración por todo lo alto. Constantino Roldán, natural de Fontanar, es uno de los vecinos más longevos de Elche y sus hijos, nietos y bisnietos han querido agradecerle que haya sido el corazón de su extensa familia.
Así, este vecino ilicitano confesaba al Diario Información que su secreto para haber superado el siglo de años es “vivir a gusto, comer bien y tomarme un vaso de vino todos los días”. Sin duda, la de Constantito es una larga vida llena de capítulos de los que forman una parte esencial sus 7 hijos, 20 nuevos y 17 bisnietos. Y es que, pese a haber sido testigo de históricos momentos durante estos 100 últimos años, el albaceteño se queda con haber formado una familia muy numerosa.
Una celebración única de la que también quiso formar parte la edil de Política de Mayores de Elche, Pura Vives, quien hizo llegar al longevo vecino un recuerdo de la Dama de Elche con el fin de recordarle que personas como él son un auténtico ejemplo para las generaciones presentes y futuras.
Constantino abrió los ojos en el año 1916 en Fontanar, una localidad de la provincia de Albacete de la que emigró hace más de 60 años. Fue en el Elche, donde se instaló, el lugar en el que junto a su esposa, Gloria Alcantud, construyeron un futuro y una amplia familia. Hasta su jubilación trabajó en la ciudad ilimitada como corredor inmobiliario y en el sector del transporte; pero ahora lleva una vida mucho más tranquila y confiesa que andar por las mañanas lo mantiene con vida.
Además, relata a esta publicación que tras su paseo matutino descansa en un banco y se para a observar a quienes pasan por delante de su posición. Pequeños ratos en los que lo cotidiano cobra vida y en los que nuestro protagonista a cautivado el corazón de comerciantes e incluso un agente de la Policía Local que también estaba invitado a la celebración.
Sin embargo, en largo libro de la vida de Constantino también hay escritos amargos capítulos, y es que ha visto fallecer a tres de sus hijos, un nieto y a su querida mujer. Tampoco han podido aguantar su ritmo vital muchas de sus amistades y se refugia en los que aún quedan junto a él. Así, confiesa que además de las pequeñas caminatas diarias, el flamenco es otra de sus grandes pasiones.
La última vez que Constantino visitó el hospital fue “hace 17 años” a causa de una neumonía, y solo toma una pastilla de la tensión al día. Fuerte, apenas presenta problemas de salud, más allá de la sordera y el paso de los años, y es que Constantino es el pilar que mantiene unida a esta extensa familia ilicitana con raíces albaceteñas.