/Marta López/Fotos: Ángel Chacón/
Albacete amanecía este viernes, 13 de marzo, con otro aspecto y otras sensaciones. Una ciudad llena de vida dejaba paso a colegios e institutos cerrados, al igual que numerosas dependencias municipales que permanecen clausuradas con el fin de evitar la propagación del coronavirus.
El centro de la capital se percibía este viernes un descenso de peatones y de tráfico, y es que bastantes albaceteños han puesto en práctica, y no solo en redes sociales, el hashtag #yomequedoencasa. Así, predicando con el ejemplo, hacían suya la responsabilidad de evitar el contagio del COVID-19, ya que a día de hoy se contabilizan 38 casos positivos en Albacete y un total de 194 personas afectadas en toda Castilla-La Mancha.
Parques infantiles precintados para evitar que el contagio de los más pequeños, ya que cabe recordar, no son inmunes al virus; e incluso empresarios valientes tomaban la iniciativa de cerrar sus establecimientos como medida preventiva. Era la imagen de un Albacete que se despertaba con la mirada puesta en el virus. Sin embargo, aún hay quien se resiste a quedarse en casa pese a las recomendaciones y es que todavía había quien decidía salir a la calle más allá de por motivos laborales o de primera necesidad.
‘La zona’ no tenía el bullicio que acostumbra a inundar sus calles un viernes. Así, apostando por las recomendaciones de restringir la vida social, muchos de los pubs y bares de esta concurrida zona de Albacete han echado el cierre.
Extremar la higiene, evitar los saludos, toser en el codo o mantener una distancia de seguridad son algunas de las recomendaciones para evitar el contagio. Pero si de verdad queremos plantarle cara al virus y que Albacete sea un ejemplo debemos de tirar de ingenio manchego y planificar jornadas en casa para convertirnos en los ingeniosos hidalgos de La Mancha que vencieron al coronavirus.
