Una joven de Castilla-La Mancha acusa a un sacerdote del divorcio de sus padres y de violarla después de hacerle un exorcismo; el caso llega a los juzgados

/Redacción/

La Audiencia provincial de Toledo ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por la defensa de un sacerdote investigado por un supuesto delito de agresión y abusos sexuales a una adolescente contra el auto de procesamiento dictado por el Juzgado de Instrucción número 4 de Talavera de la Reina (Toledo).

En el auto, al que ha tenido acceso Efe, la Sala ha desestimado el recurso tras la vista para revisarlo que acogió la Audiencia provincial el pasado 12 de febrero y ha confirmado el auto de procesamiento de la jueza de Talavera por considerar que existen “indicios racionales” de la comisión de los presuntos delitos.

Dictado el 20 de febrero, el citado auto recoge que la defensa del sacerdote investigado ha expuesto en la vista para revisar el auto de procesamiento que la declaración de la denunciante “no sería verosímil” porque la hora en la que dice que se cometieron los hechos contrasta con el horario de clases y con la distancia del colegio a la parroquia.

Asimismo, ha argumentado que no hubo agresión sexual ni existían señales de moratones así como que, de haber existido ruidos, se habrían oído porque el despacho del cura estaba a pie de calle y también los habría oído otro párroco que vivía al lado del despacho.

El letrado de la defensa también ha apuntado una serie de datos “incompatibles” con una agresión continuada, como que en 2011 (un año después de las agresiones) la demandante “aconsejó a la madre que viera al supuesto agresor”, o el hecho de que tuviera un “magnífico expediente académico” y que mantuviera una “relación cordial” con él hasta la denuncia.

De igual forma, ha alegado que en 2014 la joven hizo una “visita de cortesía” al investigado cuando vivía en Toledo (tres años después de las agresiones) y que la relación sentimental que el querellado tenía con la madre de la supuesta víctima, que desencadenó el divorcio de sus padres, pudo determinar unos sentimientos de “venganza” que justificaran la denuncia.

Con respecto a los informes forenses, la defensa del sacerdote ha sostenido que reflejan que las patologías que la perjudicada ha presentado desde la adolescencia “pudieron ser producidas por los episodios traumáticos que denuncia que vivió” pero que no establecían un nexo causal.

Sin embargo, la Sala de la Sección Primera de la Audiencia provincial de Toledo ha tenido en cuenta la declaración de la víctima y el informe del Instituto de Medicina Legal de Toledo en el que dos forenses concluyen que, tras un estudio “detallado y pormenorizado”, la demandante ha tenido un seguimiento psiquiátrico “exhaustivo y adecuado” para un trastorno por estrés postraumático y trastorno de la conducta alimentaria.

“Estos padecimientos psiquiátricos son compatibles y se puede establecer relación de causalidad con haber experimentado acontecimientos traumatizantes como pueden ser los abusos-agresiones sexuales continuados en el tiempo, que la víctima vivió en soledad una situación de vulnerabilidad por su edad y las circunstancias personales, familiares y sociales que la rodeaban”, recogen los informes forenses.

Para la Sala, este informe es un “claro indicio racional de criminalidad”, motivo por el que ha desestimado el recurso y por tanto permite continuar el procedimiento, aunque sí ha contemplado en el auto que será en el juicio cuando se determine la culpabilidad o no del procesado.

Según el auto de procesamiento que ha sido confirmado, el sacerdote investigado le propuso a la adolescente realizar sesiones en el despacho parroquial cada quince días, en las cuales “le pidió un beso” sosteniendo que “no tuviese miedo porque era lo que Dios quería”, le tocó el pecho y la agredió físicamente.

Los tocamientos supuestamente se prolongaron en el tiempo y “fueron a más”, además de que durante el ingreso de ella en una clínica por un diagnóstico de anorexia, él fue a verla y le dijo que “si lo contaba, la mataba”.

En 2014, su madre y el sacerdote la sometieron a un “exorcismo” al considerar que “tenía un demonio dentro” y un día después el cura volvió a citarla en su despacho donde la violó, según declaró la víctima, y a partir de entonces no volvió más.

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