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Justo hace una semana, el 15 de febrero, se cumplía el triste aniversario de la muerte del cabo Calixto Noguera durante el atraco a un banco en nuestra capital, la única muerte que se ha producido en Albacete en acto de servicio desde que la Policía Nacional tiene presencia en la ciudad albaceteña.
Eran aproximadamente las dos de la tarde de aquel fatídico 15 de febrero de 1.980 y en el panel de alarmas de la comisaría de la Policía Nacional saltó el aviso procedente del Banco Exterior de España, ubicado en la calle Martínez Villena. En aquel momento y debido a que en aquellos tiempos era cuando se estaban instalando las primeras alarmas en los bancos, desde el cuerpo policial no se le dio toda la peligrosidad que aquel salto de alarma albergaba ya que debido a lo poco desarrollados de los sistemas de alarma de la época, era normal que la alarma saltase sola y se produjesen cada semana un buen número de falsas alarmas.
Volviendo al momento de los hechos, tras el salto de alarma se dirigió a la sucursal del Banco Exterior de España de la calle Martínez Villena un coche patrulla de la Policía Nacional en el que viajaban dos agentes, siendo uno de ellos el tristemente fallecido Cabo Calixto Noguera. A su llegada al establecimiento y en lo que fuentes expertas en este tipo de casos tachan de “error gravísimo”, los dos agentes entraron al banco pensando que en esta ocasión, como en otras tantas, el motivo del salto de la alarma había sido por algún error en el sistema y no imaginaban que la muerte le estaba esperando a uno de ellos detrás de la puerta.
En el interior del banco, 3 personas de nacionalidad extranjera y otra de nacionalidad española, armados hasta los dientes, tenían encañonados al director de la oficina bancaria y a un auxiliar administrativo, descerrajando un tiro por la espalda uno de los atracadores al Cabo Calixto Noguera que lo dejó herido de muerte y ante el que nada pudieron hacer los sanitarios a su llegada al hospital para salvar su vida.
Tras disparar a Calixto Noguera, éste cayó malherido sobre su compañero de patrulla y los atracadores aprovecharon ese momento para quitarle el arma reglamentaria y tomar como rehenes al director de la sucursal y al auxiliar administrativo, metiéndose los 6 en un turismo para comenzar su trepidante huida por las calles de Albacete.
A partir de ahí se inició una persecución policial a cierta distancia de los atracadores, que llegados a la altura del cuartel de la Guardia Civil decidieron asaltar a un ciudadano que viajaba con un vehículo mayor que el que estaban utilizando ellos en su huida y que les permitiría ir más cómodos que en el que viajaban ya que 6 personas eran demasiadas para el mismo.
Tras robar este vehículo continuaron con su huida y la Policía con su persecución, poniendo rumbo hacia la carretera de Mahora para intentar abandonar el casco urbano en busca de un lugar más seguro donde poder esconderse con los 4 millones de pesetas de la época que habían conseguido sustraer del banco durante su atraco.
En la huida los cruces de disparos entre policías y ladrones fueron múltiples y sintiéndose los cacos acorralados a la altura de la Piña Verde, los balazos se intensificaron en uno y otro bando. La Guardia Civil se unió también a la persecución de los asaltantes y estableció un control de carretera, algo que los ladrones intentaron evitar secuestrando entonces un autobús escolar que iba cargado de niños y disparando hacia los agentes de la Policía y de la Guardia Civil. A consecuencia de ello, varios niños resultaron heridos y un repartidor de bebidas que pasó por la zona con su vehículo también fue alcanzado por los proyectiles.
En ese momento y tras una brusca maniobra, los atracadores pusieron de nuevo rumbo a Albacete, pero su detención tuvo lugar instantes antes de que pudieran volver a entrar en la ciudad.
Tras ello los atracadores fueron juzgados en diciembre de 1981 y entre los 4 sumaron penas por un total de 260 años por los delitos de robo con homicidio, tenencia ilícita de armas, detención ilegal, uso ilegal de vehículo y atentado contra un agente de la autoridad, quedando claro en ese momento que de acuerdo con el articulo 70 del Código Penal de la época, cada uno de ellos cumpliría una pena máxima de treinta años de prisión; algo que no fue tal.
Y no fue tal porque uno de ellos, brasileño de nacionalidad, recibió un permiso penitenciario a los pocos años del suceso ya que mientras estaba preso en la cárcel cántabra de El Dueso su madre cayó enferma, lo que aprovechó para poner rumbo a Brasil y nunca más regresó para seguir cumpliendo la pena que le restaba.
Así terminó el asalto al Banco Exterior de España en Albacete, un atraco que se cobró la primera y única víctima en acto de servicio de la Policía Nacional en nuestra capital y que 40 años después aun perdura en la memoria de muchos albaceteños.
Cabe destacar que nunca se le ha rendido homenaje en Albacete tras lo sucedido al Cabo Calixto Noguera, que dio su vida en defensa de la seguridad de los albaceteños y que quizá este año, al haberse cumplido 40 años de su asesinato, hubiera sido un excelente momento.
Sirvan estas líneas para recordar su figura y para hacerle un pequeño homenaje mientras llega, si es que algún día lo hace, ese merecido homenaje oficial.