Los novios suicidas de Alcalá del Júcar

/Redacción/

Las leyendas juegan un papel importante en la cultura oral de muchos pueblos de la provincia de Albacete y la de los novios suicidas de Alcalá del Júcar, además de ser un hecho real, ha trascendido de generación en generación a lo largo de los años.

Para contemporizar estos hechos hay que remontarse al Alcalá del Júcar de hace 104 años, donde la sociedad se dividía en dos clases sociales compuestas por los jornaleros y labriegos por un lado y la alta alcurnia por otro; en el escalón superior.

Los protagonistas de esta historia son José María y Aurora, una joven pareja de enamorados de 23 y 17 años respectivamente que profesaban su profundo amor por los parajes de la localidad y que habían nacido en el seno de una familia acomodada.

En ambos casos su padre era médico, lo que les otorgó un estatus social alto alejado del profundo escalón de los jornaleros y labriegos que solo trabajaban cuando los terratenientes les daban faena por días sueltos trabajando las tierras de vid y cereal de las familias acomodadas. En el caso de José María, además de ser su padre médico, su madre era ‘rica de cuna’.

Felices, enamorados y cargados de juventud, José María y Aurora no pensaban que su historia se convertiría en cruel y pasaría a los anales de la historia popular tras su triste desenlace, pero lo cierto es que la muerte del padre de Aurora, Eduardo Alarcón, en 1910, sería el principio del fin de los novios de Alcalá del Júcar.

La familia de Aurora pertenecía al alto estatus debido a la profesión de su padre, algo que tras la muerte de Eduardo dejó de pasar y comenzó a desatar las críticas de Doña Fausta, madre de José María y que como hemos dicho había nacido en el seno de una familia adinerada.

Fue a partir de ahí cuando Doña Fausta comenzó a no consentir la relación entre su hijo y Aurora y según dice la leyenda y así se ha transmitido de generación en generación por la cultura oral de Alcalá del Júcar, la negativa de Doña Fausta a que Aurora viajara en la carreta de su familia a las fiestas de Casas Ibáñez desencadenó el luctuoso hecho ya que tras ese altercado, nadie volvió a ver a los jóvenes con vida.

Fue al fondo de un acantilado donde se hallaron los cadáveres de ambos adolescentes, fallecidos tras despeñarse de una altura de en torno a 50 metros, pero las que no ha quedado claras han sido las causas de la muerte de ambos ya que el tacón de un zapato de Aurora al borde del precipicio, y en sentido contrario al de la caída, hace pensar que quizá José María saltó al vacío de forma voluntaria y Aurora tratara de evitarlo oponiendo resistencia, pero lo cierto es que ambos fallecieron repletos de amor el uno hacia el otro y entre la incomprensión de que el dinero o las tierras debieran indicar qué persona era la idónea para compartir la vida y crear una familia. 

El final de esta historia queda abierto y misterioso al desconocerse a cienca cierta cual fue la causa y el motivo de la caída, ya que en esos momentos no había nadie más juntos a los jóvenes y las investigaciones llevadas a cabo en aquellas fechas, septiembre de 1915, no pudieron esclarecer si fue de manera voluntaria, accidental o una mezcla de ambas.

Este hecho real está recogido en un libro escrito por Jose Luis Valiente Pelayo fecha atrás y de la manera que se la hemos contado, lo transmitió el escritor a la periodista castellano-manchega Rosa Rosado en el programa que ésta conduce de madrugada en la Cadena COPE a nivel nacional.

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