¿Cómo realiza Cáritas el reparto de alimentos en Albacete?

/Marta López/

El pasado mes de diciembre Cáritas Diocesana de Albacete daba a conocer los datos del informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en Castilla-La Mancha, poniendo de relieve las circunstancias reales de las personas y hogares atendidos por Cáritas en los primeros 9 meses del año 2019.

De este modo, el secretario general de Cáritas, Antonio García, destacaba que “la exclusión no es solo el indigente que vemos en la calle, sino que la exclusión es la pérdida de integración y la falta de participación en la vida económica, social y cultural debido a la carencia de derechos, recursos y capacidades básicas”, como puede ser el acceso al mercado laboral, a la educación, a la vivienda o a los sistemas de salud. A esto sumaba aspectos como “la soledad y el conflicto social”.

Un baremo, el de la exclusión que “es imposible medirlo con una simple tasa de pobreza”, explicaba, por lo que se utilizan 35 indicadores que ponen de manifiesto que “62.900 personas de la provincia, un 16,2% de la población, se encuentra en exclusión social”. Indicaba García que “esta población es lo que denominamos ‘sociedad estancada’”, en concreto se trata de un grupo “para el que “el ascensor de la movilidad social sencillamente no funciona, y no es capaz de subir a la primera planta”.

Dentro de ella, aparece otro grupo social, más vulnerable y a la que la exclusión les impide desarrollar un proyecto vital mínimamente estructurado. En concreto, afecta a un “6,3% de la población, a unas 24.500 personas” que se encuentran en situación de exclusión social severa”, con quienes “se ceba la precariedad y la desigualdad y resultan invisibles para los partidos políticos”. En el grupo que Cáritas denomina como “sociedad expulsada” se encuentran más de 7.300 personas, cerca del 1,9% de la población de la provincia, quienes debido a sus problemas y dificultadas “han sido descartadas por la sociedad”.

Así, aunque desde Cáritas Diocesana en Albacete “no tenemos datos por barrios”, pero aseguran que existen zonas en la capital como “‘La Estrella y La Milagrosa o la zona de Hermanos Falcó” en las que se produce una “mayor concentración de la pobreza”. Actualmente la capital cuenta con 19 Cáritas parroquiales desde las que se atiende a la población más necesitada, por lo que destacan que “existen conatos de pobreza en prácticamente todos los barrios”.

Reparto de alimentos

Una de las tareas de las realizadas por Cáritas que más controversia pueden generar es el reparto de alimentos, y es que desde la asociación destacan que muy al contrario de lo que la ciudadanía piensa, “se desperdicia menos de lo que se cree”, subrayando que “desde Cáritas estamos al servicio de las personas que lo necesitan”.

De este modo, destacan “el control riguroso de las personas que acuden a Cáritas a pedir ayuda, “con las que intervenimos a través de diferentes programas en función de la situación en la que se encuentren”, explican. Y es que, además de el conocido reparto de alimentos, desde Cáritas desarrollan programas de Empleo, Infancia, Mediación Jurídica o Atención Primaria entre otros. Así, cuentan con técnicos especializados que valoran la situación individualizada de cada persona, y realizan un acompañamiento personal. Un trabajo que además se coordina “con los voluntarios de cada una de las parroquias donde se realiza otro tipo de apoyo, así como con los servicios sociales públicos y otras entidades” manifiestan.

Y es que, desde Cáritas Diocesana de Albacete “estimamos que la inmensa mayoría de las personas y familias a las que atendemos, efectivamente necesitan la ayuda que les hemos prestado, y que no siempre consiste en alimentos”. En relación a ello, cabe recordar que reciben ayudas para hacer frente a los recibos de la luz, el pago del alquiler, medicinas e incluso apoyo para sufragar el material escolar. Sin embargo, reconocen que “existe una mínima parte de estas personas atendidas que hacen un uso indebido de estas ayudas”, una ínfima parte “que no minimiza el impacto positivo que estos apoyos tienen en la inmensa mayoría de familias”.

De este modo, explican desde Cáritas Diocesana de Albacete que “el problema no es dar alimentos”, sino que la cuestión es que “hay carencias nutricionales en familias que no se solucionan con la entrega en especie de alimentos”. Así, subrayan que “en realidad, es la colaboración económica la que nos permite atender de manera más efectiva las necesidades, en este caso alimentarias, que tienen estas personas”. Para paliar esta situación de pobreza en la que se encuentran cerca de 63.000 personas en toda la provincia de Albacete, desde Cáritas tratan de “complementar su alimentación de forma equilibrada atendiendo especialmente a las necesidades nutricionales de menores, personas enfermas o personas con algún tipo de alergia, intolerancia o celiacas”.

Gracias a esta fórmula de trabajo se posibilita que estas personas “adquieran los productos que ellas mismas eligen”, haciéndolo “de una forma digna a través del economato”. Además, se contribuye al pago de recibos o de medicinas como anteriormente señalábamos, unos apoyos que son gestionados desde programas como Atención Primaria o Infancia, que revierten en los más necesitados.

Además, puntualizan que en relación a los alimentos destinados a personas de otras creencias religiosas “en la medida de lo posible, el reparto se adapta a sus necesidades”, ofreciéndoles igualmente la ayuda que soliciten.

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