/Marta López/Fotos: Ángel Chacón/
Tras la decisión arbitral de suspender el pasado domingo la segunda parte del partido que enfrentaba al Rayo Vallecano y al Albacete Balompié a causa de unos gritos contra el delantero ucraniano del Alba, Roman Zozulia, el protagonista rompía este jueves su silencio daba a conocer cuáles serán los pasos que darán el jugador y su entorno tras la polémica.
Y es que, han sido muchos los rostros públicos que han dado su opinión sobre la controvertida situación, algunos de ellos a favor del futbolista, y otros volviéndolo a calificar de nazi, al igual que hiciera la afición del Rayo durante el encuentro en Vallecas.
Acompañado por su representante, Vladimir Kuzmenko, el delantero ucraniano del Alba apuntaba que “no quiero tener en ningún estadio gente que defiende la violencia y el racismo”. Así aclaraba que “cuando empezó a guerra en mi país no teníamos ejército y las personas eran convocadas para ayudar en la medida de lo posible al ejército”, así que “como patriota intenté crear una asociación del ejercito del pueblo que ayudara al ejército de mi país”.
De este modo, durante su comparecencia pública Roman Zozulia destacaba que forma parte “de un movimiento civil voluntario en el que todas las personas que quieran colaborar lo pueden hacer”, añadiendo que “que hacemos es salvar vidas y nunca jamas compramos armas ni utensilios de combate sino equipamientos técnicos para salvar vidas”. Por tanto, el delantero ucraniano del Alba manifestaba que “comprábamos ambulancias y ropa”, explicando que “ayudar a mi país y ser patriota no es ningún delito”.
Así, indicaba que “la guerra es algo horrible, y como patriota quiero ayudar a mi país”, relatando como “la gente herida llenaba los hospitales y por la noche se oyen continuamente ambulancias”, una situación que supone “un gran sufrimiento”. Explicaba que toda la polémica comenzó “cuando fiché con el Rayo”, relatando que “cuando firmé me dijeron que no querían que jugara en el equipo y no entendía el por qué”. Tras esto me dijeron que el motivo era porque “era fascista y que ayudaba al ejército de mi país”.
Además, reconocía que “hay varias personas de la afición del rayo que están combatiendo en el otro extremo y lo hacen por dinero”. Entonces fue cuando “pasaron de llamarme fascista a decirme nazi”. El jugador del Albacete Balompié manifestó entonces su voluntad de “explicar lo que estaba pasando pero no querían hablar conmigo”.
Tras ello, “hace poco me llamaron incluso racista”, a lo que Zozulia añadía que “mi mejor amigo es Bela y me da igual su color o nacionalidad, porque todos somos iguales”. Así, reconocía la buena relación que guarda con sus anteriores compañeros del Betis y con sus actuales compañeros de vestuario en el Albacete Balompié, incluso explicando que “ellos pueden dar fe de que no llevo nada tatuado en mi cuerpo que me pueda identificar con cualquier ideología”.
Explicaba también una por una las fotografías que circulan por internet y que han generado mucha controversia por su supuesta vinculación con el nazismo. Unas instantáneas que han sido fruto de la casualidad y de malos entendidos. “Todo lo que dicen sobre mi no es verdad, yo solo soy un futbolista y patriota de mi país”, manifestaba el delantero ucraniano declarándose “apolítico y contrario a estas ideologías”.
En la primera de estas fotografías “acusativas”, tomada hace 10 años, el jugador aparece con uno bufanda y el jugador la colgó en sus redes sociales por el parecido por el parecido físico que guardaba con Stepan Bandera y «no lleva ninguna información adicional política«. En la segunda de las instantáneas Roman Zozulia porta un arma, como “muestras de apoyo a mi ejército”; así ponía como ejemplo que “hace dos años todo el equipo fuimos a la Base de Albacete y nos hicimos fotos con aviones y con militares llevando ayuda humanitaria y no pasó nada”.
La última de las polémicas instantáneas hace referencia a la unión entre los números 14, 88 y 18 con la ideología nazi. Una instantánea que fue tomada tras un campeonato benéfico de baloncesto, un encuentro que se alargó durante varias horas y en el que el marcador de cada partido se suman al siguiente, por lo que la abultada cifra que alcanzó el marcador final llamó la atención del jugador y la fotografió, “desconociendo el significado que tienen estos números para algunas personas”.
De este modo confesaba estar “cansado de escuchar este tipo de comentarios”, por lo que anunciaba que tras reunirse con la directiva del club emprenderán medidas legales contra quienes han vertido todas estas acusaciones sobre el futbolista del Albacete Balompié. Aseguraba que ahora “solo pienso en ganar y en defender el escudo que llevo en mi pecho”, por lo que el sábado “cuando salga a jugar no pensaré en el Rayo sino en ganar al Elche”.
Partido en Vallecas
En relación a la convocatoria en Vallecas, Roman Zozulia confesaba que “al principio no quería ir, pero mis compañeros querían tenerme al lado porque somos una familia”. De este modo el ucraniano tomó la decisión de jugar contra el Rayo porque “soy profesional y tengo que trabajar y jugar”.
Relataba que cuando comenzaron los comentarios y los cánticos de la afición del Rayo “no me agradaban”, pero “sabía que no soy lo que me llamaban”. Así, Zozulia comentaba que cuando regresó al vestuario pudo “comprobar todo el apoyo del equipo me caí emocionalmente”. Además se ha mostrado contundente asegurando que quiere jugar en Vallecas lo que resta del encuentro suspendido.
Una compleja y dura situación a la que ha tenido que hacer frente el jugador del Alba, y ante la que agradecía el “apoyo de todo el mundo porque España es mi segunda casa y amo a España”. Agradecía también el futbolista el respaldo de la Federación y de la ciudad de Albacete, pero sin duda las mayores muestras de apoyo y cariño son las de sus compañeros, a quienes “no podré devolver todo lo que hacen por mí, jamás he estado en un equipo en el que me he sentido tan acogido”. Finalizaba el capítulo de agradecimientos reconocía el apoyo del presidente de Ucrania y del pueblo ucraniano.