/Marta López/Fotos y Vídeo: Ángel Chacón/
Albacete tiene numerosos tesoros y la céntrica Plaza del Altozano es un auténtico diamante en bruto que desde Patrimonio Albacetense quieren sacar a la luz. Por este motivo el segundo de nuestros paseos para descubrir nuestra ciudad transcurre por esta plaza que es el corazón de Albacete.
Un espacio verde, que antaño estuvo rodeado de monumentales edificios, de los que apenas quedan en pie un pequeño vestigio. Así, desde Patrimonio Albacetense, Ana Blázquez, explica que “la Plaza del Alto no siempre ha tenido este nombre, ya que ha sido la Plaza del Progreso y también la del General Espartero”. Un espacio que ha sido famoso en nuestra ciudad desde el siglo XVI.
Una plaza que ha cambiado mucho con el paso del tiempo y que en sus primero años de de vida albergaba el convento de las justianianas, el convento de San Agustín , e incluso un antiguo palacio, de los que hoy solo queda el recuerdo. Muestra de esta transformación es la actual sede del Tribunal Superior de Castilla-La Mancha, donde en el siglo XVI se emplaza el convento de San Agustín, que posteriormente “fue renovada en el siglo XVIII por Jareño, del que se ha instalado un busto justo delante como homenaje”, explica Ana Blázquez.
En los años 70 este remodelado edificio se tiró “y se hizo el edificio que hay ahora mismo, que es completamente moderno y no guarda ningún recuerdo de lo que era originariamente”. Del segundo convento que albergaba el Altozano, el de las justinianas solo quedan “un par de escudos heráldicos que están bajo la custodia del Museo de Albacete”. Así, tras la desaparición de estos conventos “se amplía la plaza que permanece con unas dimensiones similares, pero sin ajardinar hasta la alcaldía de Martínez de la Osa”, quien dota a este espacio de su aspecto actual.
Además, la Plaza del Altozano fue en 1888 la primera en una capital de provincia española que contó con alumbrado público. Pero sin duda una de las joyas del Altozano es el Gran Hotel, construido en el siglo XX por Daniel Rubio. “Es un edificio bastante singular y no tiene muchos parecidos en Albacete”, apuntan desde Patrimonio Albacetense. Sus formas redondeadas, su estilo clásico y su cúpula son algunos de los encantos de este edificio que enamoran a albaceteños y visitantes.
También de la misma época obra de Julio Carrilero es el Hotel Altozano, lo que muestra que “estamos en una puerta de entrada a la ciudad, una zona de paso”, así “el hecho de construir dos hoteles en la misma época quiere decir que la ciudad de Albacete empezaba a ser grande y a atraer público que necesitaba hospedarse”.
Un edificio que nada tiene que ver con las formas redondeadas y clásicas del Gran Hotel es el que albergaba la antigua sede del Banco de España, que “se construye coincidiendo con la Guerra Civil y es un encargo al arquitecto Madariaga que fue también arquitecto de otras sedes del Banco de España por todo el país”, explica Ana Blázquez. Es un edificio “mucho más sobrio, con líneas rectas y que además está decorado acorde a lo que tiene dentro, ya que se usa el color dorado haciendo referencia a la moneda”.
Sin embargo, lo que llama especialmente la atención es el actual estado del edificio, que “está cerrado y no se hace uso de él”, indica Blázquez. Así, explica que “sabemos que dentro hay una cristalera con la heráldica del escudo franquista que también ha sido motivo de discusión en redes sobre si se debería conservar o no por todo aquello que conlleva cualquier símbolo de la dictadura, pero políticamente, aparte no deja de ser una obra de arte”.
La mitología clásica también se cuela en la Plaza del Altozano, y es que en una de las cúpulas más emblemáticas de este punto se representa el rapto de Ganímedes por un fénix. Es exactamente a mediados del siglo XX cuando la plaza sufre la mayor transformación dando paso en los años 60 a la construcción de nuevos edificios como el que corona la escena mitológica anteriormente narrada. “Aunque a simple vista puede parecer más antiguo de lo que es”, debido a que su estilo es neoclásico.
Fue desde el balcón del actual Museo Municipal desde donde Alfonso XXIII puso en marcha el sistema de alcantarillado de la ciudad. Un edificio que “está hecho sobre una reforma del siglo XIX”, realizada por Martínez Villena y que fue la sede del Consistorio de la capital.
Además, bajo nuestros pies se encuentran los refugios antiaéreos que se construyeron durante la Guerra Civil para proteger a la población en caso de bombardeo, y que actualmente están cerrados al público. Y es que, Ana Blazquez recuerda que “Albacete fue sede de las Brigadas Internacionales” durante este reciente periodo de nuestra historia.
Así, tras pasear con Patrimonio Albacetense por este punto vital de la capital aconsejan “mirar hacia arriba porque nos vamos fijando en lo que tenemos a la altura de los ojos y nos cuesta levantar la cabeza”, un simple ejercicio que ha de completarse con “la pausa” e “informarse previamente, porque nos podemos hacer una idea de lo que no es”.
Sin duda, un paseo por Albacete diferente, en el que apreciar todos los detalles de nuestra ciudad que a veces pasan desapercibidos a nuestros ojos.