Me tragué enterito el último pleno del Ayuntamiento de Albacete vía página Web del Ayuntamiento capitalino. Debe tener su mérito, pero no lo anotaré en mi haber curricular porque no tiene valor alguno. Añadiré como titular que algunas cuestiones, exposiciones, léxico, son francamente mejorables.
Deben mejorar la transmisión, se corta, si abren un micro no se escucha nada, a veces se ve, pero falla el audio. Un poco caótico el sistema, será que el mecanismo no está a la última como merece un ayuntamiento de tal categoría. Será cuestión de inversión, como casi todo.
El pleno tiene dos gallos que no son de pelea a picotazos, pero si saben arrear cuando es menester, frenar cuando las circunstancias lo aconsejan y saben latín porque conocen la administración por dentro. Son gallos de cresta madura, dominadores de la situación y no es fácil porque cada gallinero tiene su aquel.
Estos dos gallos que no solo tiene el pleno porque cohabitan diariamente en el Ayuntamiento, representan a dos formaciones políticas, mayoritarias, como son PSOE y PP. Los gallos tienen nombre propio: Emilio Sáez y Manuel Serrano.
No en balde encabezaban las listas y son los que ganaron las elecciones, sumando los votos de ambos partidos el mandato que les concedieron fue amplísimo, los demás quedan a gran distancia. Otra cosa son los pactos a posteriori, pero eso puede considerarse a pesar de su legitimidad un parche para salir del paso temporalmente.
Ni Ciudadanos aguanta al PSOE, ni el PSOE aguanta a Cs, se puede vestir como se quiera y hasta podría ser lo más conveniente, en un momento determinado, ese matrimonio de acomodo, pero ellos saben (PSOE) lo que los de Ciudadanos dicen de ellos en público y en privado. He dicho en alguna ocasión que tengo documentados los términos empleados y son irreproducibles, por ahora.
En ese pleno que me zampé de principio a fin, con las interrupciones de la tecnología, me llamó mucho la atención cuando en varias ocasiones Casañ (alcalde) dirigiéndose a Manuel Serrano, le decía “no tiene usted la palabra”. ¡Me chirriaba!
Imaginen ustedes a Casado mandando callar a Aznar o a Rajoy; o a José Luis Martínez Guijarro mandando callar a Page. En mi cabeza no cabe, por mucho que me frote los ojos.
Haciendo abstracción pensaba que eran los formalismos plenarios, pero al mismo tiempo meditaba que quien sí le había dado la palabra al actual alcalde era Manuel Serrano, con sus apoyos para trabajar en la radiotelevisión pública del inefable Nacho Villa y en otros medios locales de Albacete. Así es la vida. Algo así podría contarles yo que a unos cuantos di la palabra, con el dedo, con el mismo dedo les puse sueldo, con el mismo dedo les dejé que aprendiesen y cuando medio sabían volar, echaron los bueyes por el pedregal. Es verdad que la mayoría no resultaron ser así, tan solo unos cuantos que caben en un 600. Estas cosas han pasado siempre y seguirán pasando. A todos les deseo larga vida. Los pata negra ahí están ocupando puestos de responsabilidad, poco me parece para lo que se han ganado.
Lo que les iba diciendo, los gallos, los que saben, los que tienen sobre sus espaldas la responsabilidad del buen gobierno o del malo, según sean sus obras, son estos dos señores, Sáez y Serrano, que sí saben mear dentro del tiesto. Es verdad que tienen sus equipos y con personas muy aceptables por su capacidad y trabajo. No los menciono por no molestar, pero hay gente muy sobresaliente, pero siempre tiene que haber un líder que encabece la formación. En este caso, los cabecillas, los he denominado gallos, con la mejor acepción del término, nada peyorativo.
Puede parecer lo que no es. Respeto tengo por todo aquel que se somete dignamente al veredicto de las urnas, respeto por la persona siempre, pero las actitudes y aptitudes políticas dejan en ocasiones mucho que desear y es ahí donde pongo el foco y dejo mi opinión que es solo eso, mi opinión. Lo que sí les aseguro es que no me la dicta nadie. No me pasa como a Carmen Picazo, la líder de Cs que el otro día escribía en Twitter que “me gusta mucho que el PP me conteste a través de sus afiliados, venga chicos que más os han dicho que me digáis”. El tono resultó de nivel bajo.
Luego se les llena la boca diciendo que son el centro, la moderación, el equilibrio, la liberalidad y no es verdad. En el PSOE y en el PP conozco mucha gente moderada, centrada y liberal.
El mosqueo venía por el tan traído y llevado Hospital de Albacete. Mociones en el Ayuntamiento para apoyar a la plataforma, mociones para que los técnicos digan cuánto dinero debe presupuestarse en 2020 para tales obras. Cospedal para acá, Page para allá, debatían y debatían hasta acabarse las pilas. Lo que les gusta mencionar a personas que ya ni están en la política. Con lo feo que resulta hablar de personas que no están presentes.
El problema es que Picazo descalifica en Toledo lo relativo al Hospital, aquí en Albacete hay pacto y Casañ pide ayuda para no quedarse con el trasero al aire. La “guerra” es Picazo–Casañ. No se ponen de acuerdo para decir lo mismo aquí y en Fuensalida, donde le regalaban los zapatos a Catalá.
La verdad de este asunto es que el Hospital va adelante, ya es imparable, con los dineros que sean necesarios en cada ejercicio, lo que pasa es que estamos en precampaña y a Ciudadanos les aprieta el zapato ante el desastre que se avecina según se palpa en la calle y ratifican las encuestas.
La contienda no está en el terreno de los dos gallos, Sáez y Serrano. Ellos saben de lo que va la cosa y el PP cuando pregunta y dice lo que dice fundamentalmente es para sacarle los colores al partido naranja por sus incongruencias en la cuestión.
El PP tenia hablado de sobra todo lo relativo a la sanidad y otros asuntos. Emiliano García-Page y Manuel Serrano habían hablado en numerosas ocasiones y pese a la controversia que siempre existe y debe existir, cuando hablan partidos que gobiernan o son alternativa es fácil entenderse.
No es lo mismo cuando uno se acerca a un partido para medrar, cobrar del erario público, cobrar, sí cobrar y llenar los despachos de asesores algunos con menos influencia que el alcalde de Bollullos en el parlamento del Reino Unido.
Sigo con el pleno. Tienen bemoles para discutir sobre el transporte sanitario, creo que fue cuestión de Unidas Podemos. Se quedan tan panchos discutiendo de lo que no tienen toda la información, ni son asuntos de su competencia.
Luego el apoyo a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Está muy bien. Solo cuatro descerebrados no muestran ese apoyo, pues hasta en este asunto hubo alguna objeción.
He empezado diciendo que tienen que mejorar la expresión oral, algunos rozan el parvulario y si les quitas el papel se desnortan. Es mejor mejorar en este sentido. Quizás con el paso del tiempo se vayan soltando.
Andan preparando en la Academia de Televisión el debate y lo quieren todo encorsetado, con bloques de asuntos, tiempo limitados, posiciones sorteadas. En fin, todo menos periodismo. Dejen a los periodistas que moderen, pregunten, repregunten, todo con naturalidad, menos fajar y en caso de duda más periodismo. Lo peor es que los periodistas elegidos se prestan a ello. Así le va al oficio de contar cosas.
Y si no un tal Joan Mesquida, fue director general de la Policía y de la Guardia Civil con Rubalcaba, después sin anestesia se ha pasado a Ciudadanos, un tránsfuga más como hizo Angel Garrido desde el PP también al partido naranja. Pues bien, Mesquida, sin rubor se ha lanzado a la yugular de Marlasca, con una desfachatez y demagogia vergonzante. La mamandurria es la mamandurria.
Mientras tanto me llevo una alegría al leer el siguiente titular en El Digital de Albacete: “El investigador hellinero Izpisúa deja boquiabierto al mundo científico con otro logro”. Igualito es una cosa que la otra.
Por eso, el domingo que viene, con el voto en la mano es preciso ajustar cuentas y cuentos. No vaya a ser que ahora parezca lo mismo el pescado congelado que el fresco. No hay color.
Ángel Calamardo
Twitter: @AFCalamardo