LA REVOLERA | Samuel Flores, un señor

En el más amplio sentido de la palabra, desde que conozco al ganadero Samuel Flores siempre he considerado que era un señor, por eso lo traigo aquí directamente al titular, sin rodeos. Si le dedico esta Revolera al titular de la ganadería, al ciudadano Samuel, al aficionado práctico, es porque ha sido el punto de partida de una familia que la pasión por la cría del toro bravo siempre ha sido su bandera, diría también que la ecología y el medio ambiente.

La presentación en público, en una plaza de toros, en un festival, de su nieto Adolfo Suarez Flores, hace remontarme a lo que yo vi, allá por los años 70 y 80, cuando conocí al ganadero.

Diré también por aclarar algunos titulares, no soy portavoz de nada ni de nadie, de algunas noticias que he escuchado sobre la presentación en público de  Adolfo Suarez Flores, hijo de Adolfo Suarez Illana y nieto de Samuel Flores y de quien fuera Presidente del Gobierno de España, entre 1976 y 1981, Adolfo Suárez González, añado que ha mamado esa pasión por el campo y por el toro bravo e intuyo que un día decidió ponerse delante de una becerra, como hizo su abuelo, sus tíos y su padre y en estos momentos con una edad adecuada desea hacerlo en público y donde mejor que en un festival taurino en el que cada año Samuel Flores echa una mano grande para sacarlo adelante.

Ser torero es algo superior, reservado para unos cuantos privilegiados que son capaces de hacer temporada y luchar por estar en lo más alto. Así lo ha entendido siempre Suarez Illana que participó en un buen número de festivales y yo vi como un día se despedía en Espartinas matando un cuatreño. También tuve el honor de recibir un brindis por su parte una tarde en Peñas de San Pedro, donde también sus festivales no han estado exentos de categoría.

También es verdad que vestirse de corto para participar en un festival no es asunto baladí porque hay que estar preparado y porque a su lado harán el paseíllo toreros como: Enrique Ponce, Javier Conde, Toñete y Luis David Adame.

Estamos por tanto ante un miembro más de la familia que sigue esos pasos de sentir lo que es criar el toro y con valor para torear en el campo y hasta hacer el paseíllo en público, por primera vez, como hará Adolfo Suarez Flores este domingo, día 6 en el festival taurino de Povedilla.

Cuando Samuel Flores me llamó para contarme como había quedado el cartel, noté el orgullo del abuelo que verá como la dinastía continua. Todo quedará ahí y tras ese festival, Adolfo volverá a sus estudios, su formación y cuando pueda disfrutará del toro en el campo. He conocido al chaval, su trato es afable y lo tiene todo muy claro.

Antes de existir la actual plaza de Povedilla, entre las poblaciones de Viveros (mi pueblo) y Villanueva de la Fuente, en un descampado, supongo que sería propiedad de Samuel, allí en una plaza de talanqueras, de niño veía a Samuel Flores de corto torear unas vacas que a mí me parecían extraordinariamente grandes y cornalonas, era mi primer contacto con el toreo.

Coincidían aquellos festivales con la víspera de mi marcha a Villarrobledo, interno, en su instituto para estudiar el Bachillerato. Sentía la felicidad de mi incipiente afición, pero con un halo de tristeza porque se acaban las vacaciones y empezaba el curso.

Muy pronto conocí a Samuel Flores, tuvimos desde el principio un trato sincero, cordial, de respeto, nos movía la pasión por el toro y por la tierra. Samuel afincado en su finca El Palomar (Povedilla) y yo en Viveros. 

Un día recuerdo que en un festival celebrado en Villanueva de la Fuente toreó Luis Miguel Dominguín, acudí al hostal donde se hospedaban los toreros, Samuel me lo presentó, terminé pidiéndole una entrevista, ya colaboraba yo en el periódico La Voz de Albacete y el gran Luis Miguel me dijo que “me la inventase, eran las que mejor quedaban”.  No hubo entrevista, pero si tuve la oportunidad de saludar a quien compitió con los mejores, como Domingo Ortega, Manolete, Antonio Ordóñez y amó a mujeres como Lucia Bosé, Ava Gardner o Romy Schneider.

Los recuerdos de aquel torero que un día en 1949 levantó el dedo índice para decir que era el número 1, su figura erguida, conocerlo me dio un subidón.

Otro día con el Rey emérito, Don Juan Carlos de Borbón, en El Palomar y en el término municipal de Biensevida, en la finca de Juan Pedro Fernández, gracias a Samuel tuve la oportunidad de pasar una jornada cerca de Don Juan Carlos, ha sido la única vez que animado por el Rey, entonces Príncipe, salté a la plaza de tientas y di con poco acierto unos capotazos a una becerrita. Nunca más lo he vuelto a hacer. Conservo las fotografías que aquel día hizo Manolo Podio.

Al día siguiente portada destacada en el periódico La Voz de Albacete que dirigía unos de los mejores periodistas que ha dado Albacete, Demetrio Gutiérrez Alarcón. Guardo el periódico como oro en paño.

No era fácil, en un día de asueto de Don Juan Carlos, estar cerca de él durante toda la jornada. Así era y es Samuel que, fiándose de mí, me permitió estar allí y no tuve ningún problema para contarlo en el periódico de entonces.

Diré y mantengo que es un señor porque ahora y no me refiero a la Casa Real, todo es mucho más complicado y no es fácil tener acceso a personajes de ese calibre.

Se lo agradeceré siempre y en esa relación de respeto siempre he valorado como se volcaba con los pueblos colindantes a su finca, le gusta estar con la gente, ayudar a confeccionar carteles como siempre ha ocurrido en Povedilla y en otros lugares. Quien ha acudido a él lo ha escuchado siempre y esa forma de ser no se olvida con facilidad.

Es querido, en Povedilla hasta tiene hasta su pasodoble.

Hace unos años, presenciábamos un festival y uno de esos presidentes que ahora “forman”, se ponen traje y corbata y acuden a plazas de la provincia como si fuesen los salvadores del toreo, se encontró con un publico enfervorizado que pedía el indulto de un novillo.

El presidente se negó y confieso que se lo recriminé en algún momento, no con buenas formas, pedí disculpas en su día, algo que mantengo y es que la opinión de varios miles de personas vale más que la opinión de un presidente e incluso lo que pueda decir un reglamento. Perdonar la vida a un animal no es un sacrilegio y si una fiesta para el disfrute de los que presencian el espectáculo.

El citado presidente dio cuenta de lo que le dije a la delegación de la Junta en Albacete, al final todo quedó en nada, menos la arrogancia de no permitir el perdón de un animal bravo. Samuel escuchaba atónito, lógicamente tenia que guardar las formas, pero sí dije lo que pensaba, seguramente con las formas menos ortodoxas, de lo que pedí perdón en su día, insisto.

En unas cuantas líneas cuenta uno lo que le viene a cabeza, sus recuerdos, sus emociones, pero como la vida continua, espero poder seguir compartiendo esos momentos del festival y cualesquiera otros porque cuando uno trata con un señor, todo es más fácil.

Ojalá y Adolfo Suarez Flores tenga suerte y sus abuelos, tíos y padres se sientan orgullosos de un chaval que siente en sus venas la pasión por este espectáculo tan nuestro y tan grande.

Ángel Calamardo

Twitter: @AFCalamardo

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