29 años de la brutal muerte de ‘Rosita’, la niña de Almansa que fue destripada por su madre en un exorcismo

/Redacción/

Muchos vecinos de Almansa nunca olvidarán lo que ocurrió la madrugada del 18 de septiembre de 1990 en una vivienda ubicada en la calle Valencia del municipio, un hecho que conmocionó a toda España por la brutalidad que emplearon para matar a una niña de 11 años su madre, su tía y dos vecinas.

Para ponernos en situación lo mejor es comenzar por el principio y en esta historia juega un papel fundamental Rosa Gonzálvez, madre de la difunta y asesina de su hija; como así dice la sentencia judicial.

Rosa era una mujer de Almansa, aficionada a los temas exotéricos y que un día, convencida de sus propias mentiras, dio el paso de amateur a profesional y comenzó a ganarse la vida como sanadora y otras índoles relacionadas con supuestos poderes curativos o milagrosos.

No le fue el ‘negocio’ mal a Rosa, ya que su marido, según diversas fuentes, abandonó su trabajo en el sector del calzado para actuar como ‘secretario’, por así llamarlo, de su mujer. Por otro lado y una vez presentada Rosa Gonzálvez, decir que su hermana, Ana María Gonzálvez, y dos vecinas, Mercedes y María Ángeles Rodríguez, jugaron un papel clave en esta tétrica historia y junto a Rosa fueron condenadas por la muerte de ‘Rosita’.

Volviendo ahora al lugar y al momento de los hechos en la madrugada del 18 de septiembre de 1990, los vecinos  alertaron a la Guardia Civil de los incesantes y desgarradores gritos que provenían de la casa de Rosa Gonzálvez. Cuando los agentes entraron a la escena del crimen, una gran cantidad de sangre impregnaba la habitación y diversos órganos estaban esparcidos por la estancia. En ella, la madre, la tía y las dos vecinas de la indefensa niña, deliraban con el demonio y su poder de posesión. Inmediatamente, las 4 fueron detenidas y puestas a disposición judicial.

Tras la autopista, el juez confirmó que en un extraño ritual porque creían que la pequeña Rosita estaba poseída y embarazada del maligno, le habían extraído los intestinos por la vagina y habían provocado su muerte por un choque hipovolémico. La autopsia también determinó que la fallecida no se encontraba en estado de gestación.

Igualmente, en la instrucción del caso también se recoge que las horas previas al oscuro ritual discurrieron para las asesinas en un desenfreno de sexo, alcohol y drogas extraídas de plantas que previamente Rosa Gonzálvez había recogido del campo en los alrededores de Almansa. Tras la orgia de sexo lésbico y desenfreno con las sustancias estupefacientes, las 4 asesinas estaban convencidas de que ese era el momento de ‘salvar’ a la pequeña Rosita.

En el juicio quedaron probados los hechos de los que se acusaba a las cuatro imputadas y un juez las condenó por el asesinato de la niña, pero ni Rosa, ni Ana María, ni Mercedes, ni María Ángeles pisaron la cárcel ya que finalmente, los resultados del análisis psiquiátrico fueron los que resultaron determinantes al considerarlas inimputables debido a sus problemas mentales (estado psicótico agudo con enajenación mental). En su escrito, el Ministerio Público solicitó que todas fueran internadas “por un periodo no especificado de tiempo” en un centro psiquiátrico. Periodo que según fuentes especializadas consultadas no excedió de los 3 años.

El 19 de septiembre de 1990, Almansa, consternada por la brutalidad de los hechos, despidió a la pequeña Rosita en su funeral.

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