La Estación de Chinchilla se suma a ‘La lista Roja del Patrimonio’

/Marta López/

El abandono y el deterioro del que fuera uno de los emblemas de las comunicaciones ferroviarias en la provincia de Albacete en los primeros compases del pasado siglo, ha convertido a la Estación de Chinchilla en un verdadero edificio fantasma. Atrás queda el trasiego de trenes y pasajeros y mercancías, dejando paso al eco del silencio en un edificio antaño lleno de vida y que hoy apenas puede sostenerse en pie.

Debido a su pésimo estado de conservación, la Estación de Chinchilla ha pasado a formar parte de la ‘Lista Roja del Patrimonio’ elaborada por la Asociación Hispania Nostra. Este listado recoge aquellos elementos del Patrimonio Cultural Español en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. La finalidad con la que se desarrolla este listado es dar a conocer el problema que sufren estos elementos que forman parte de nuestra historia para lograr su restauración.

 

La estación fue construida en el año 1912, como sustituta del antiguo edificio levantado en 1857. Pero su deterioro ha sido paulatino y comenzó cuando la Estación de Albacete comenzó a tomar vida allá por el año 1967 y continuó su declive hasta su cierre definitivo en el año 2002.

Actualmente, es difícil hacerse una idea del edificio que acogía este importante complejo ferroviario. Aunque en pésimas condiciones, se conserva un muelle de carga, un taller, algunas de las antiguas viviendas de los empleados de Renfe y el edificio principal de la estación. Construida con ladrillo rojo y piedra, la casi desaparecida Estación de Chinchilla también incluía una fonda.

Pese al mantenimiento y conservación de la vía ferroviaria, ADIF, propietaria también del inmueble de la estación no ha considerado oportuno su mantenimiento, pese a reavivarse el tráfico de mercancías en esta zona ferroviaria. De este modo, proponen a ADIF dar una nueva vida y un nuevo uso a esta estación sin dejar de prestar el uso ferroviario, vital para las comunicaciones entre el centro peninsular y el levante.

La conexión ferroviaria entre Madrid y Albacete se remonta a finales del año 1857, para posteriormente llegar hasta el Mediterráneo. Chinchilla de Montearagón fue el corazón y nexo de las primeras líneas ferroviarias que unieran la capital con Alicante, Murcia y Cartagena, aunque el punto exacto elegido se situó a tres kilómetros de la localidad.

Poco a poco, la Estación de Chinchilla fue creando vida a su alrededor, y en un espacio primeramente deshabitado comenzó a florecer siendo el hogar elegido por cerca de 500 familias y dando origen a una nueva pedanía. La barriada de la estación llegó a tener incluso más población que la del propio municipio de Chinchilla y estaba compuesta en su mayoría por el personal ferroviario y sus familias.

El gran complejo ferroviario de la Estación de Chinchilla llegó a ser uno de los más importantes del país con un total de 16 vías. Sin embargo, esta pedanía apenas cuenta con un centenar de vecinos que recuerdan con nostalgia el trasiego y la vida de su estación.

Otros edificios de la provincia en la ‘Lista Roja del Patrimonio’

Además de la Estación de Chinchilla la Asociación Hispania Nostra ha incluido en su listado un total de cinco elementos patrimoniales de la provincia de Albacete en alto riesgo de destrucción.

La última en formar parte de este listado ha sido el edificio de la Estación de Chinchilla, quien se ha sumado al Acueducto de Albatana, la Torre del Castellar de Sierra, la Torre almohada de Isso y el Castillo de la Encomienda en Socovos.

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