Condenado por robar disfrazado y con un cuchillo en una gasolinera de Tobarra

/Redacción/

El Juzgado de lo Penal Uno de Albacete ha condenado a un hombre por un delito de robo con violencia en establecimiento público, en concreto en una gasolinera de la localidad de Tobarra, con la agravante de reincidencia y uso de disfraz, a 4 años y 10 meses de prisión así como la prohibición de aproximarse al dueño de la misma a una distancia inferior de 500 metros, así como a su lugar de trabajo y a cualquier otro que se encuentre o que frecuente en 7 años y la comunicación con el mismo por cualquier medio por el mismo periodo de tiempo.

El procesado se encontraba en prisión provisional, y continuará cautelarmente en la cárcel hasta que la sentencia sea firme.

En los hechos probados de la sentencia se establece que, sobre las 18:00 horas del 20 de abril de 2019, sábado de Gloria, el procesado, condenado con anterioridad por un delito de robo con violencia, con la cara tapada con la capucha de una sudadera y un pañuelo tipo palestina para evitar ser descubierto, se dirigió a la gasolinera Estación de Servicio de Tobarra donde, “con un cuchillo de 20 centímetros de hoja y 15 centímetros de empuñadura”, que acercó a la barriga del empleado de la misma, “le obligó a darle la riñonera en la que había, al menos, 300 euros en billetes y varias monedas”. Los hechos fueron presenciados por el propietario del establecimiento que se encontraba allí cuando el episodio tuvo lugar. 

Acto seguido, sigue relatando la sentencia, el dueño del establecimiento persiguió al procesado, primero con su vehículo y luego a pie, debido al tumulto de personas por el día que era, solicitando a voces ayuda para dar con el agresor. Al escuchar las voces dos jóvenes, quienes estaban tocando el tambor por el pueblo, se unieron a éste. Después de una breve persecución del acusado por las calles de Tobarra y tras dividirse sus perseguidores, a uno de los jóvenes le dijo un vecino que el procesado estaba escondido debajo de un camión, consiguiendo interceptarlo. En ese momento, desgrana la sentencia, llegaron los otros dos, consiguiendo recuperar la riñonera y como consecuencia del forcejeo al procesado se le cayó el cuchillo y el móvil, aunque éste pudo huir no sin antes recoger su teléfono. 

En el momento en el que el procesado fue interceptado ya no llevaba el pañuelo cubriendo su rostro ni tampoco la capucha, pudiendo ser identificado, al menos, por el dueño de la gasolinera y el joven que lo encontró. 

Concluye la sentencia que ninguno de los intervinientes sufrió lesiones a consecuencia de los hechos relatados. 

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