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En esta 44 edición de los galardones otorgados por la Real Academia de Gastronomía, el chef toledano es candidato a optar por el reconocimiento al Mejor Jefe de Cocina
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Reconocido con una estrella Michelin por su proyecto El Carmen de Montesión, Iván Cerdeño ha trasladado recientemente su cocina al emblemático Cigarral del Ángel
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El Restaurante Iván Cerdeño – Cigarral del Ángel explora la memoria a través del sabor, la estética y la creatividad en una propuesta gastronómica donde los ingredientes de huerta, ribera y monte son los protagonistas
En el marco de la 44 edición de los Premios Nacionales de Gastronomía, los académicos de la Real Academia de Gastronomía (RAG), en conjunto con las Academias Autonómicas, los miembros de la Asociación de Amigos y de la Cofradía de la Buena Mesa, han seleccionado a Iván Cerdeño como uno de los candidatos a optar el galardón al Mejor Jefe de Cocina 2018.
El chef toledano, reconocido con una estrella Michelin por su proyecto El Carmen de Montesión, trasladó a principios de años su cocina al homónimo Restaurante Iván Cerdeño en el Cigarral del Ángel, un enclave de ensueño compuestos por múltiples espacios rodeados de olivos y jardines. De este modo, lugareños y visitantes pueden disfrutar de la alta gastronomía de Iván Cerdeño en un ambiente único.
Nuevos tiempos gastronómicos se entremezclan con las memorias de este emblemático cigarral a través del sabor, la estética y la creatividad en la cocina toledana de Iván Cerdeño. La técnica, la innovación y la constante superación del chef se reflejan en una propuesta gastronómica basada en el producto de proximidad, donde los ingredientes de huerto, ribera y monte son los protagonistas de una cocina de memoria y entorno.
Raíces y creatividad, tradición y vanguardia, son los contrapuntos que el comensal puede degustar en cada una de las propuestas que conforman la oferta del Restaurante Iván Cerdeño – Cigarral del Ángel: Menú de Mediodía, Monte y Ribera, Degustación y Memoria de un Cigarral. Todas ellas comienzan con los ‘atisbos’, pequeños bocados que dan la bienvenida y acercan a la cocina de Iván Cerdeño. Sabores, equilibrio y armonía que preparan para lo que está por llegar a la mesa.
La completa propuesta gastronómica puede degustarse en la planta superior del palacete que fue residencia de la escritora, poetisa y compositora Fina de Calderón. Una sala luminosa y dispuesta con gran amplitud que invita a contemplar desde cada mesa de las privilegiadas vistas a la ciudad de Toledo mientras se observa en directo el acabado de los platos y la bodega vista.
Esta nominación al Premio Nacional de Gastronomía supone de por sí un reconocimiento al esfuerzo y dedicación de Iván Cerdeño y su técnica culinaria que pone en valor la riqueza de la cocina toledana en el mapa nacional. Un trabajo que hace las delicias de toledanos y viajeros en este atractivo paisaje del más antiguo cigarral en la Ciudad Imperial.
Sobre Iván Cerdeño:
El chef Ivan Cerdeño, reconocido hasta en dos ocasiones con una estrella por la Guía Metrópoli, dos Soles por la Guía Repsol y Premio Nacional de Hostelería a la Innovación 2018, trabajó como jefe de cocina durante seis años en ‘La Casa del Carmen’, en calidad de socio de Pepe y Diego Rodríguez. Tres años después se trasladó a ‘El Carmen de Montesión’, donde ya en solitario consolidó su cocina vanguardista de raíces toledanas que le hizo conseguir la afamada estrella Michelin en 2014. Ahora, el chef inicia una nueva etapa con su ‘Restaurante Iván Cerdeño’ en El Cigarral del Ángel, donde interpreta una cocina de memoria y entorno fuertemente arraigada a Toledo, su huerta, su ribera y sus cercanos montes.
Sobre Cigarral del Ángel:
Dominando el otrora llamado valle de Agalén se encuentra el cigarral dedicado al Ángel Custodio, guardián de la ciudad de Toledo. La privilegiada situación de este enclave toledano cautivó, desde los primeros siglos de nuestra era, a ilustres personajes como Lope de Vega o Tirso de Molina, entre otros. Su exclusiva panorámica sobre la ciudad Imperial, su inmediatez a la ribera fluvial, la suavidad de sus temperaturas y su vistosa vegetación, lo convirtieron en el lugar perfecto para grandes celebraciones, así como centro de encuentro de poetas, historiadores y eruditos, quienes bajo el mecenazgo de sus patronos celebraron tertulias y reuniones para el cultivo de las artes y las ciencias.
