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Castilla-La Mancha registró en 2018 un total de 15.730 nacimientos y de 19.401 muertes, lo que implica que tuvo un saldo vegetativo negativo de -3.671 personas, mientras que la esperanza de vida al nacer fue de 83,5 años, tres décimas superior a la de la media española, que se situó en 83,2 años.
El número de nacimientos disminuyó en 2018 en todas las comunidades y ciudades autónomas, excepto en Melilla, donde aumentó un 0,6 %.
Galicia (-10,3 %), La Rioja (-9,2 %) y Extremadura (-8,1 %) registraron los mayores descensos, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) relativos al Movimiento natural de la Población.
En 2018 nacieron en España 369.302 niños (23.879 menos que en 2017), lo que supone un descenso del 6,1 %, por lo que en los últimos diez años la cifra ha bajado un 40,7 %.
Donde más niños nacieron fue en Andalucía, con 70.050, y donde menos en Ceuta, con 972.
Según el INE, el número de defunciones creció en diez comunidades y los mayores incrementos se dieron en Canarias (5,7 %), La Rioja (5,1 %) y en la ciudad autónoma de Melilla (3,6 %).
La tasa bruta de mortalidad -defunciones por cada 1.000 habitantes- fue casi del 13 % en Asturias y superior al 12 en Castilla y León y Galicia, mientras que en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla apenas sobrepasa el 6 %.
La esperanza de vida al nacer alcanzó los valores más altos en Madrid (84,8 años), Navarra (84,2) y Castilla y León (83,9), mientras que los valores más bajos se localizaron en las ciudades autónomas de Melilla (80,5) y Ceuta (80,8) y en Andalucía (81,9).
El saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) fue positivo en 2018 en Madrid (10.904 personas), Murcia (3.448), Baleares (1.946) y las ciudades autónomas de Melilla (838) y Ceuta (445).
Por el contrario, los saldos vegetativos más negativos se dieron en Galicia (-15.854 personas), Castilla y León (-14.199) y Asturias (-7.503).
