Descubre el fenómeno de los enjambres de abejas itinerantes

/Marta López/

La subida de las temperaturas o más horas de luz son algunas de las características que trae intrínsecas la primavera. Una estación en la que las abejas tienen una actividad frenética como agentes fundamentales para la polinización, una función de vital importancia para el mantenimiento del ecosistema.

Pese a su reducido tamaño, estos pequeños insectos son imprescindibles para la producción y reproducción de infinidad de cultivos y plantas silvestres. De este modo, las abejas son la piedra angular para la conservación de la biodiversidad, además de suponer numerosos beneficios para la salud y la seguridad alimentaria.

Además, las abejas son un indicador crucial de alerta sobre nuevos riegos ambientales, por lo que expertos alertan sobre las consecuencias de la disminución de las poblaciones de abejas a nivel mundial. Y es que, sin polarizadores, un tercio de nuestra alimentación desaparecería, al igual que el forraje del que se alimentan los ganados que comemos.

Durante la época de la floración numerosos enjambres de abejas se desplazan de forma itinerante buscando un lugar en el que asentarse. Estos “viajes” requieren de “paradas técnicas”, lo que muchas veces deja curiosas imágenes en entornos urbanos, por lo que durante esta época no es raro ver a miles de abejas paradas en un banco, en cornisas o en los rincones más insospechados.

El responsable del SEPEI, Ovidio García, señala a El Digital de Albacete que “ahora mismo estamos en pleno auge de estos enjambres itinerantes”. Del mismo modo apunta que “la mayoría se posan en sitios de fácil acceso hasta que se acumulan en un sitio definitivo”, por este motivo, y porque estos enjambres pueden detenerse en núcleos urbanos, cerca de colegios, naves, o lugares muy transitados “se nos avisa para quitarlo”.

Hay miles de especies de abejas, pero la Apis Mellifera o abeja doméstica puede llegar a a formar colonias de entre 15.000 y 80.000 abejas. Este motivo puede suponer un peligro para las personas que vivan o transitan por la zona urbana donde se encuentran, y es imprescindible la actuación de profesionales, para garantizar tanto la seguridad de las personas, como la de las propias abejas.

Todos los parques del SEPEI cuentan con “material específico para garantizar la seguridad” durante la retirada de estos enjambres, explica Ovidio García, y es que cuentan con trajes de apicultura específicos, así como con colmenas para poder transportar a las abejas de forma adecuada tras la retirada del enjambre. Finalmente, las abejas son entregadas a apicultores de la zona para que “estén en un sitio adecuado y controlado”, apunta.

Estos profesionales realizan todos los años varias jornadas de formación centradas en el “manejo de enjambre y cómo utilizar los equipos”, destaca el responsable del SEPEI, para utilizar técnicas poco intensivas en las intervenciones de rescate de estas comunidades de abejas. Comprender la naturaleza del enjambre es uno de los conocimientos básicos de estos profesionales para actuar de una forma eficaz y adecuada, contribuyendo al mantenimiento y la supervivencia de este preciado y vital animal.

Intervención y consejos 

Durante el pasado año se realizaron “al rededor de 75-80” intervenciones de este tipo, explica García, quien además apunta que la mayoría “se concentraron en este tiempo”. Un protocolo de actuación que se inicia con la “comprobación de la peligrosidad y la evaluación del momento adecuado para retirar el enjambre”, manifiesta el responsable del SEPEI.

De este modo, pide a la colaboración ciudadana para intervenir lo más rápido posible en estos casos y realizar la retirada de forma inmediata. Además, aconseja “mantenerse a una distancia prudencial, porque en horas de calor las abejas pueden estar muy revolucionadas”. Un fenómeno que no  se puede evitar, pero para el que es imprescindible la rápida actuación de los profesionales.

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