/Redacción/Fotos: Plaza de Las Ventas/
No pudo ser. No hubo triunfo de Rubén Pinar en Madrid en la apertura de San Isidro, pero si no hay toro poco puede hacer el torero y ese sería el resumen a vuela pluma de lo ocurrido este martes con el lote del de Tobarra en la plaza más importante del mundo al mismo tiempo que comenzaba el ciclo isidril.
Regresaba Rubén Pinar a Madrid y a los ruedos tras su grave cogida del 12 de octubre precisamente también en Madrid y lo hacía para medirse a un encierro de La Quinta en compañía de Javier Cortés y el francés Thomas Dufau, algo que afrontaba con “tremenda ilusión” por el hecho de la prontitud de su cita en Madrid y conocedor de que un triunfo ahora abre más puertas que al final de San Isidro, tal y como reconocía en una entrevista con El Digital de Albacete hace tan sólo un par de semanas.
Abrió plaza ‘Malastardes’ y fue fiel a su nombre, recibiendo un cerrado silencio en su arrastre y que imposibilitó cualquier opción de triunfo para el diestro de Tobarra. Al igual que el astado, Rubén Pinar también recibió silencio tras dar muerte al astado de 588 kilos de peso.
‘Jinete’, de 552 kilos, fue el 4° de la tarde y segundo del lote de Rubén Pinar, mejorando las condiciones de su hermano de camada pero no permitiendo el lucimiento en una faena que terminó con palmas para el astado en el arrastre y con saludo del matador desde el tercio.
