/Marta López/Fotos: Pilar Felipe/
Las bandas de cornetas y tambores reunidas a los pies de la Catedral de Albacete anunciaron el comienzo del Miércoles Santo. Los albaceteños disfrutaron de la ‘Procesión de la Pasión’ con todos sus sentidos, y es que relata con sus pasos, su música y su aroma los momentos vividos por Cristo desde su prendimiento hasta su crucifixión.
Silencio y un tímido y acompasado arrastrar de pies de los costaleros de la ‘Macarena’, quienes con su lento caminar bajo el trono de la Nuestra Señora de la Esperanza, abrieron el recorrido procesional de este Miércoles Santo.
Tras ella, un suave olor a incienso inundó a su paso a todos los albaceteños que esperaban la llegada del conjunto escultórico de la Flagelación. El incienso, con un propósito espiritual lleno de significado, lleva usándose miles de años. Su aroma hizo disfrutar de esta procesión desde una nueva perspectiva. Permite al sentido del olfato ser también protagonista.
Este ha sido el segundo Miércoles Santo que procesionaba por las calles de la capital el Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas. Su incorporación a esta procesión de la Pasión fue una de las principales novedades de la Semana Santa de Albacete, una imagen que además da nombre a su cofradía, y de la que llama la atención su característica vestimenta. Sus cofrades visten uniformes romanos y los penitentes que acompañan a su imagen titular lo hacen con vestidos de hebreos.
El Ecce Homo y el Santísimo Cristo de la Misericordia son las siguientes imágenes de la pasión que participaron con su presencia en las calles de Albacete. Sus respectivas bandas de cornetas y tambores procesionaron tras los tronos que acompañan, dedicando cada una de sus composiciones musicales a sus imágenes, como si de una oración se tratase.
Despertando el fervor de los albaceteños con su solemne caminar procesionó Nuestro Padre Jesús Nazareno, luciendo su característica túnica de terciopelo púrpura. De nuevo, el olfato hace disfrutar de la Semana Santa y es que las flores que adornan cada uno de los tronos desprenden un aroma agradable y dulce característico de estas fiestas.
Tras el Nazareno, turno para María Santísima de la Misericordia, Amor y Perdón, a la que acompañaron y arroparon durante el recorrido procesional sus cofrades y penitentes.
El tintineo de los cristales y diminutas campanillas escondidas entre los farolillos que coronan el vistoso trono de San Juan Evangelista anunciaban su paso por las calles albaceteñas. El suave sonido de uno de los pasos con más solera de la Semana Santa de Albacete, y es que, la talla del discípulo amado vio la luz en 1942, naciendo de las manos de José Díes.
Jesús de la Pasión en su Caída, Santísimo Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de la Amargura, cerraron una ‘Procesión de la Pasión’ que comenzó a las 20:00 horas y discurrió sin inclemencias meteorológicas por las calles de Albacete hasta la Catedral, inicio y fin del desfile procesional de este Miércoles Santo albaceteño.
