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La Iglesia de Franciscanos se ha quedado pequeña para dar el último adiós a Antonio Cepillo. El pediatra, que fallecía este martes, tenía una manera especial de trabajar, haciendo de la humanización de la Sanidad su bandera, algo que ha calado hondo en la sociedad. El estilo ‘Cepi’ se instaló en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete movilizando a estudiantes y personal a trabajar con la humanización, el trato digno, el juego, la vocación y la entrega.
Su dedicación en las tareas diarias y su sensibilidad con los niños y niñas con cáncer y enfermedades crónicas despertó la admiración y el cariño de los albaceteños, que este miércoles se despedían de él en una abarrotada Iglesia de Franciscanos. Familiares, amigos y compañeros llenaban la parroquia y parte de la calle que da acceso a la puerta principal, que ha tenido que ser cortada por la Policía Local, como se puede apreciar en esta imagen del exterior que les muestra El Digital de Albacete.
Por respeto a familiares, amigos y a la figura del Doctor Cepillo, este medio de comunicación no ha accedido al interior de la Iglesia ni tomado imágenes de la misa. Descanse en paz.
Estilo ‘Cepi’
‘Cepi’ fue el pediatra al que todos los niños y niñas querían volver a ver: desde el trato que daba al paciente y sus familiares, este albaceteño consiguió llenar la sexta planta del Hospital de sonrisas y esperanzas, y lo hizo incluso cuando sus propias fuerzas flaqueaban. El Doctor Cepillo era un alma solidaria que también participaba en tareas de cooperación internacional, ayudando en lo que podía a los más desfavorecidos y trasladando realidades para muchos desconocidas.
En cada visita a sus habitaciones y con cada gesto que nacía de él, el doctor les ayudaba a pintar sus días de unos colores que terminaron saltando a las paredes del Hospital de Albacete, ya que gracias a la dotación económica del Premio a la Responsabilidad Social en los Premios Empresariales San Juan 2018-XIX Edición, de FEDA, el Doctor Cepillo dio pie al proyecto “Dibujando mi Hospital de colores para niños y niñas”. Una manera de que los pequeños y pequeñas viajasen, aunque fuera por unos instantes, lejos de las crudas paredes del centro sanitario.
Con jeringuillas de cariño y empatía, el Doctor Cepillo, ayudaba a sobrellevar los momentos difíciles tanto de pacientes como de familiares, formando parte también ‘Los Guachis’, un grupo que organiza musicales para que los niños y niñas con cáncer, familias y profesionales sanitarios del Hospital puedan disfrutar de la música e incluirla en su difícil día a día. Una rutina complicada en la que personas como ‘Cepi’ y profesionales como Antonio Javier Cepillo dibujan un mundo de color, lo que le valió el reconocimiento nacional de ‘Capitán Optimista’.