449 minutos después

/Hugo Piña/

En Albacete se hablaba de sequía hasta el momento en que alguien de Tarragona apareció. Se hablaba de la falta de gol en el Belmonte hasta que Eugeni, 449’ minutos después de hacerlo Susaeta por última vez, derribase la portería rival. En el que ha sido el tramo liguero más complicado de los albacetistas, el talento e ingenio de Eugeni Valderrama compareció en el momento preciso para brindar el décimo cuarto triunfo liguero.

Desde que Néstor Susaeta empalase el penalti a Manolo Reina el pasado 10 de febrero hasta el zapatazo de Eugeni Valderrama ante Casto Espinosa. Desde el 90’ de aquel partido ante el Mallorca y hasta el 89’ del triunfo de ayer ante los extremeños, el Albacete Balompié acumuló un total de 449’ minutos sin hacer gol.

Entre tanto, pasaron tres partidos en Zaragoza, Cádiz y Tarragona y el disputado en casa ante el Oviedo. Demasiados para el otrora líder del Campeonato Nacional de Segunda División, que veía como su falta de puntería mermaba sus aspiraciones de ascenso directo a Primera División con una sequía goleadora que tampoco se entendía.

Los goles antes llegaban hasta sin merecimientos. Y ahora, con mayor lucidez táctica, no llegaban. E incluso, como apuntaban algunos integrantes del vestuario albacetista, llegaba hasta preocupar la falta de acierto. Sin embargo, este Albacete ofrece detalles de un talento diferencial como Eugeni Valderrama. Ya lo demostró con la bellísima chilena ante el Alcorcón en la primera y ya lo reeditó en la tarde de ayer ante el Extremadura. 

La magia y el tesón del catalán son aspectos a tener en cuenta para un Albacete que, pese a la ya pretérita sequía goleadora, se mantiene como tercer clasificado de LaLiga 123 una jornada más, alcanzando los 53 puntos y persiguiendo a Osasuna y Granada por los puestos de ascenso directo. Ahora, con Eugeni Valderrama de vuelta al equipo, parece que todo vuelve a su cauce natural.

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